Crítica 'Knightfall' 1x01: poniendo a prueba la fe

Cuando algo o alguien triunfa en la vida, el resto del mundo intentará replicar su éxito fijándose más en la otra que en la que se tiene entre manos. 'Vikingos' fue toda una sorpresa dos años después de que estallara el fenómeno de HBO 'Juego de Tronos'. Michael Hirst consiguió crear una serie con personalidad propia, una historia apasionante y unos persojanes de hierro. El canal Historia quiere repetir la jugada que le salió tan bien con los vikingos, ahora con otros personajes también históricos, los Templarios, con 'Knightfall', traída a nuestro país por HBO España.

Templarios en decadencia

El primer episodio de 'Knightfall' nos coloca en situación: la Orden del Temple pierde la batalla de Acre y se encuentra en decadencia por culpa del avance de los otomanos. Por el camino, han perdido su posesión más preciada (sin contar la Tierra Santa), el mítico Santo Grial, que parece que tendrá gran importancia en los futuros episodios. Es inevitable pensar en Dan Brown y en esas intrincadas tramas de pasajes ocultos y complicados mecanismo que datan de hace muchos años. Ya en este capítulo hemos visto gemas que abren pasadizos.

Tom Cullen ('Downtown Abbey') es Landry, el líder de los templarios que quiere devolver a la Orden a su antiguo esplendor. Quince años después de la batalla de Acre y la pérdida de la Tierra Santa, los templarios se encuentran resignados en París protegiendo al rey Felipe IV. La actuación de Cullen es un poco sosa, sin lugar a apenas matices, y eso que recientemente le hemos podido ver en 'Gunpowder' en un papel más oscuro y brutal.

Los constantes conflictos entre los templarios son en base a diferentes formas de ver el mundo y sensibilidades. Mientras Landry tiene unas preocupaciones más honorables y centradas en el bien común, otros compañeros buscan la riqueza personal y aprovecharse de los más desamparados, que va en contra de los principios morales de la orden.

Este primer capítulo, aunque también cuenta con escenas de acción, está más pensado para dejar claro las personalidades y las motivaciones de los protagonistas. Por ahora, no hay ninguno que consiga destacar más allá de los clásicos estereotipos de las series ambientadas en esa época. Ese alarde y defensa del honor que hace Landry recuerda mucho al tono general de la serie de 'Los Mosqueteros' de la BBC (incluso tiene un detalle argumental que es idéntico).

Estamos hablando de templarios, por supuesto que hay combates, a pesar de que se pasan una pequeña temporada sin estar demasiados activos. Posiblemente ésta sea la peor parte de la serie hasta ahora. El montaje de estas secuencias es realmente caótico, cortes cada dos por tres, que, aparte de marear, da la sensación que quieren ocultar fallos evidentes.

Aparte de este montaje que deja mucho que desear, sí que hay una decisión brillante en medio de la batalla y es la utilización de una cámara dentro de los cascos de los templarios para ofrecer su punto de vista. Los planos son realmente agobiantes y se siente cómo los cascos coartaban prácticamente toda la visión de los luchadores.

La batalla inicial, en mitad del asedio de Acre, se apoya demasiado en efectos visuales generados por ordenador que cantan demasiado por el limitado presupuesto con el que cuentan. Es comprensible que hayan tenido que recurrir al CGI para recrear ese momento, pero esperamos que no se apoyen más en el apartado digital, porque canta demasiado.

En busca del Santo Grial

La primera imagen que se te viene a la cabeza cuando piensas en templarios son las Cruzadas. Despojar la serie de las Cruzadas y colocarla en un lugar más neutral como París hace que la serie pierda algo de originalidad, al centrarse más en conspiraciones político-religiosas y la búsqueda del Santo Grial. Se acerca más al enfoque que tenía 'DaVinci's Demons', compartiendo esa ambientación urbana, esos conflictos en las altas esferas del poder y ese interés por lo oculto. Todavía está por ver hasta qué punto llegarán con la parte legendaria del Santo Grial y si introducirán algún elemento fantástico dentro de una serie preminentemente histórica.

Las comparaciones son odiosas y a veces también pueden ser injustas, pero en este caso, comparar 'Knightfall' con 'Vikingos' parece inevitable y les juega una mala pasada a los templarios. Por ahora, no hay nada que destaque en 'Knightfall', quizás pinceladas que puedan ser interesantes si se desarrollan correctamente durante los nueve capítulos restantes, pero en general, no hay ningún punto que nos atraiga específicamente.

Estamos ante el primer capítulo y todavía quedan dos meses de serie para que siga desarrollando sus tramas. Por ahora, las sensaciones no son especialmente buenas, con un grupo de actores que no dice gran cosa ni un planteamiento de la historia interesante.