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Crítica 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2' - Volviendo a romper los moldes

CRÍTICA

Crítica 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2' - Volviendo a romper los moldes

Por Juan Pedro Prat

El 30 de Abril 2017 | 12:07

James Gunn consigue darle una vuelta de tuerca más a tan alocado grupo de no tan héroes al uso.

Si algo se le pedía a 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2' es que fuese tan buena como su predecesora, algo que puede haber hecho que el resultado de sus primeras críticas no fueran todo lo positivo que muchos quisieran. James Gunn consiguió romper una estructura fijada, una receta que tenía unos ingredientes que eran sinónimo de plato delicioso, pero que con el paso del tiempo su sabor se hacía familiar y nada sorprendente.

Por estos motivos 'Guardianes de la Galaxia' tuvo un éxito tan arrollador, tanto en crítica como en taquilla y esta segunda entrega no debería compararse directamente con antecesora, ya que es injusto. Todos los componentes que se le han añadido siempre suman y no resta nada a lo que ya nos presentaron hace tres años cuando nos presentaron a Star-Lord y a sus nada convencionales compañeros.

Una historia diluida

No vamos a entrar en todos los detalles de la trama de 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2', pero podríamos decir que la atención se centra más que nunca en Peter Quill, ya ni siquiera en Star-Lord. Aunque en esta cinta nos toque ahondar en las raíces del terrícola, el trasfondo no será más que una base para que se desarrolle lo más importante: un caótico baile de personajes a cada cual más histriónico y desenfadado. No es que la trama no tenga importancia, pero es cierto que acabaremos por olvidarnos en parte de ella cuando veamos cómo se relacionan entre ellos todos los personajes que aparecerán en pantalla.

Guardianes de la Galaxia

El eje central de 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2' no es otro que la repentina aparición de Ego, padre de Star-Lord, que quiere reencontrarse con su hijo tras muchísimos años de búsqueda desde que abandonase a su mujer en la Tierra tras dejarla embarazada. El personaje de Kurt Russell es de los más complicados de la película, sobre todo porque su propia existencia es compleja hasta para los que están dentro de la película. A pesar de ello, los guionistas de la película han conseguido explicar con bastante claridad en qué consiste este ente planetario y cómo ha llegado a conseguir emerger en una forma humanoide.

Los propios personajes son la esencia de esta nueva entrega y son los que llevan el peso constante de la atención al espectador. Sus interacciones, sus frases, sus relaciones. Con cada escena que pasa estamos deseando ver cuál es la próxima monería de Bebé Groot o cuál la siguiente en la que ver a la inocente Mantis.

Humor sencillo, pero efectivo

Y es uno de los valores seguros de 'Guardianes de la Galaxia'. Peter Quill y el resto de sus compañeros no son el idílico grupo de amigos que se llevan siempre bien. Para nada. Están desestructurados, cada uno tiene un origen completamente diferente y esto es lo que hace que encajen tan bien. Todos comparten unos inicios muy desiguales y necesitan una familia para sentirse felices, aunque sea la de los Guardianes de la Galaxia.

Guardianes de la Galaxia

Estas interacciones son las que nos darán algunos de los mejores momentos de la película. James Gunn sabe que no es necesario hacer chistes inteligentes o humor fino para hacer que el espectador se ría a carcajadas. Aquí es más bien al contrario, el humor es de base, sencillo, de acceso a todos los públicos. No hablo de gracietas para niños, pero los creadores de la película saben perfectamente que al ser humano le sigue haciendo gracia la palabra "zurullo".

El trabajo de localización y traducción de la película es de los puntos más fuertes en la producción de esta secuela. Al igual que ocurría en 'Escuadrón Suicida', en el doblaje de la cinta de Marvel se han tomado ciertas licencias a la hora traducir algunas líneas de diálogo para que encaje perfectamente en el espacio-tiempo español, lo que sorprenderá a más de uno. A mi, desde luego, me sorprendió, y para muy bien.

Estrellas secundarias

Está claro que siempre hay un grupo protagonista y que hay personajes que secundarios que sazonan la historia con algunas de sus intervenciones. En este caso podría ser casi al revés. 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2' contiene una inversión en sus papeles muy evidente, dándoles una importancia brutal a los secundarios como en mucho tiempo no había visto. En esta secuela, James Gunn le ha dado casi más intervenciones a Nébula que a Gamora y eso se nota enormemente desde el mismo momento en el que aparece la infame hija de Thanos.

Guardianes de la Galaxia

Pero no es la única, ya que Yondu también adquiere una importancia increíble en una cinta en la que los Saqueadores Espaciales que están a su cargo le ponen un poco las cosas difíciles. Sabíamos que el extraterrestre era un golfo y que escrúpulos tenía pocos, pues veremos que es exactamente todo lo contrario y que, además es mejor no enfadarle si no queremos que se ponga su aleta ochentera.

Guardianes de la Galaxia

Como mención final tengo que destacar a Mantis, una de las nuevas incorporaciones a la películas que, con lo poco que interviene, sabe ganarse el afecto tanto del resto de personajes de la cinta, como de los espectadores. El personaje de Pom Klementieff le da al grupo ese tono inocente, ingenuo, de quien no ha salido nunca del cascarón y que tiene mucho mundo por ver. Los pocos filtros que tienen los guardianes se mezclan estupendamente con el lienzo en blanco que es Mantis. Deja, sin duda, algunas de las escenas más divertidas de la película gracias a sus poderes empáticos.

Todo ello hará que Bebé Groot, una de la revelaciones de la primera 'Guardianes de la Galaxia' pase casi a un segundo plano. La joven planta sigue teniendo sus momentos estrella, pero el peso del humor ya no recae todo sobre él y Rocket, los cuales tendrán sus propios problemas.

Tecnoambiente y referencias

Esto es algo que se nos avisaba en los tráileres y que desprende la película por todos sus poros. Peter Quill se quedó estancado en los años 80, cuando Yondu se lo llevó de la Tierra, por lo que él no conoce nada más allá de esa época. El ochentismo sigue envolviendo una película más de ciencia-ficción que de acción y lo hace dándole a todo un toque tecno de lo más visual. Seguiremos teniendo los grandes temazos de la época, pero en la producción le han puesto a todo muchísimos más colorines, y puede que abandonemos esta estética bastante pronto por lo que hemos podido ver.

Guardianes de la Galaxia

Junto a esto, voy a destacar las mútiples referencias a videojuegos que he encontrado en la película y es que Peter Quill es un fanático de Pac-Man, a quien nombrará en la película y hasta llegará a revivir en cierto modo, pero es que no es lo único. Los Gobernadores tienen montada una sala con cabinas de pilotaje que bien podría simular una sala de videjuegos. Todos sus miembros tienen que montarlas para poder pilotar las naves que poseen. Son simuladores y hasta los propios miembros de la organización se tratan los unos a los otros como jugadores, picándose para acabar con más enemigos. Hasta los ruiditos de esas escenas son característicos.

Otra escena, en la recta final de la película, me ha recordado mucho al título 'Space Invaders', ya que las naves de los Gobernadores comienzan a aparecer y forman una especie de mosaico. Juré por un momento que Star-Lord y los demás comenzarían a "matar marcianitos" de un momento a otro.

No es comparable

Volviendo al principio de esta crítica, 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2' no es ni mejor ni peor que la primera parte, es simplemente distinta. No tiene necesidad de competir con su anterior entrega, aunque sí toma lo mejor de la primera cinta y agita sus ingredientes con algunas adiciones. El cine de Marvel seguirá teniendo, por el momento, esta franquicia como una de las más rompedoras dentro del género de superhéroes.

Lo mejor:

Humor más sencillo, pero muy directo; personajes secundarios que brillan con luz propia; un trabajo de localización increíble

Lo peor:

Un hilo conductor poco atractivo y que se diluye con el peso de los propios personajes

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