Vivimos en una época que explota las sagas. Cada día tenemos noticias de nuevos remakes, secuelas, spin-offs... Y aunque a veces nos emocione, en otras muchas ocasiones nos aterra pensar cómo se realizará una película de nuevo cuando, con el pasar de los años, tanto la mentalidad del espectador como la situación en el mundo, cambian drásticamente. Este último es el caso que vivimos al saber que se haría un remake de la querida cinta de anime, 'Ghost in the Shell' de 1995. En su tiempo fue un boom increíble, la película tocaba temas que apenas se habían mostrado, todo esto con un desarrollo muy filosófico de su trama en la que constantemente nos hace dudar sobre la ética de los robots. Tanto impacto tuvo esta cinta de animación que muchas otras la han usado de inspiración, como es el caso de 'Matrix', una de las mejores películas de ciencia ficción jamás creadas que bebe mucho del anime. Para quien no lo sepa, 'Ghost in the Shell' comenzó con un manga, creado por Masamune Shirow en 1989 que tuvo su adaptación al cine en 1995 con el mismo título. Dirigida por Mamoru Oshii, cuenta la historia de un futuro no muy lejano (2029) donde la integración hombre-máquina ha sido posible gracias al avance de los adelantos tecnológicos, y se inicia la lenta aparición embrionaria de la posthumanidad. Los implantes y aparatos protésicos son empleados recurrentemente, magnificando la potencialidad de los órganos y extremidades naturales de las personas. Motoko Kusanagi, personaje protagonista, es una cyborg completa, a excepción de su cerebro y su médula. Motoko investiga las siniestras actividades de un misteriososo hacker, un supercriminal que está invadiendo las autopistas de la información. Pero no todo es lo que parece y la protagonista tratará de encontrar la verdad sobre el temido hacker y sobre su pasado.
Un director no muy conocido
Sabiendo la historia de la película original, hablaremos ahora del tema en cuestión. 'Ghost in the Shell' se estrenó el pasado 31 de marzo y nuestras expectativas no estaban muy altas, ya que sabemos que el cine estadounidense, es incapaz de comprender en totalidad la mentalidad nipona, centrándose más en las explosiones y combates que en el desarrollo de personajes y trama. Este remake está dirigido por Rupert Sanders, quien es prácticamente un novato en el mundo del cine, ya que sólo ha dirigido una cinta antes de esta, la oscura versión del cuento de los hermanos Grimm, 'Blancanieves y la Leyenda del Cazador'. Protagonizada por nuestra querida Scarlett Johansson en el papel protagonista y acompañada por Takeshi Kitano, Pilou Asbæk, y Juliette Binoche, entre otros, deberán frenar al terrorista informático interpretado por Michale Pitt.
Espectáculo audiovisual
La película comienza con una escena calcada de la original en la que se muestra el resurgir de la protagonista, esta vez con cuerpo de cyborg. En ella podemos comprobar que la cinta será un espectáculo audiovisual. Y es que el aspecto técnico, junto a su diseño de producción son lo mejor de toda la película. Es increíble como luce la ciudad, miles de detalles llenan la gran pantalla del cine. Colores llamativos, publicidad viviente colocada en los edificios, peces gigantes que nadan por la ciudad y un estilo cyberpunk muy conseguido. Cada detalle está cuidado al milímetro y mires dónde mires, habrá algo curioso que comentar. Una cosa que me llamó muchísimo la atención fue el diseño de los robots, en concreto el de los robots geishas. En una escena, podemos ver en primer plano a estos citados robots y lucen impresionantes, detallados en su totalidad y con una animación por ordenador más que correcta.
Interpretaciones correctas
La música corre a cargo de Clint Mansell, conocido por colaborar con el director Darren Aronofsky en toda su filmografía, ofrece un trabajo notable, sobre todo con la música en la primera escena que es igual a la de la cinta original. A lo largo de la película habrá otros momentos musicales que no quedarán en el recuerdo tanto como el de la primera escena.
En el apartado de las interpretaciones, todos abordan su papel correctamente. Como es normal, Scarlett Johansson es la que más minutos aparece en pantalla, su trabajo es notable, en él podemos apreciar esos movimientos de robot al andar o golpear, pero en su mirada también podemos ver la parte de humanidad que posee este peculiar cyborg.
Más centrada en la acción que en el guión
Como hemos mencionado antes, el cine estadounidense es incapaz de comprender en su totalidad la mentalidad nipona. El cine japonés se diferencia del resto en que tiene un desarrollo de personajes brillante, y un forma distintiva de contar sus historias. Esto podemos comprobarlo en esta cinta, ya que sus escenas de combate lucen espectaculares (aunque a veces se note el CGI), pero es en el desarrollo de la trama y personajes donde flojea la película. La cinta original de 1995, nos hacía constantemente preguntarnos sobre si un robot y una mente humana podrían congeniar, y nos hacía pensar sobre la evolución humana y el futuro tecnológico con toques de denuncia política y racismo. Todo esto en este remake queda en un punto y aparte. Toca estos temas muy por encima y apenas nos damos cuenta de ellos, y como hemos mencionado anteriormente, se centra más en que su película se muestre bonita a la vista que en hacernos pensar. Los personajes tienen una motivación sólo al principio de la película, luego esta se convierte en una motivación conjunta y cada personaje deja de ser distinto, no evolucionan.
Buen sabor de boca para los que no sepan nada de su versión original
En general, este remake dejará con un agrio sabor de boca para los fans de la saga 'Ghost in the Shell', ya que se deja aparte lo que hacía especial a la historia original. Para el público que no haya tenido contacto con la saga, saldrá de la sala de cine con una buena sensación al haber visto una película entretenida con un espectáculo visual potente y, con suerte, tendrá el gusanillo de buscar más información sobre la historia original y disfrutar de la versión nipona. ''A veces el mejor método para hacer algo es lanzarse.''