La primera temporada de 'F is for Family' no estoy seguro de que llegase a justificar una segunda intentona, pero Netflix ha apostado por Michael Price y Bill Burr. El equipo tras la enésima sitcom de animación está compuesto por vieja guardia de 'Los Simpson', Price, junto al comediante Bill Burr, y eso, a priori, puede parecer una garantía. Sin embargo, y a pesar de que los nuevos capítulos, quizá ya por mera familiaridad, me hayan resultado más interesantes, 'F is for Family' no termina de cuajar en ningún caso. Dándole muchas vueltas al problema que encuentro en esta serie, el principal debe es que no logra nada especialmente rompedor en absolutamente nada de lo que propone. Llegar al género de la sitcom familiar en animación para adultos impone intentar entrar en un espacio plagado de producciones, algunas de ellas históricas como 'Los Simpson' o 'Padre de Familia', y 'F is for Family' sostiene dos temporadas sin ningún argumento para ganarse un lugar.
La caída de Frank
La historia de la familia Murphy nos traslada a los años 70 en Estados Unidos. La crisis del petróleo hace de este momento el espacio de transición a la depresión económica, y a la transformación del modelo social unionista norteamericano, conservador, feliz y boyante, en un momento de desempleo, aprietos, y escasez de oportunidades. El paralelismo que se puede establecer entre lo que la sociedad vivía a mediados de los años 70' resulta fácil de unir con el momento actual, y a eso quiere jugar esta segunda temporada. 'F is for Family' busca representar este momento tan particular en sus nuevos episodios, con la secuencia penosa de Frank en el foso del desempleo a la mediana edad.
Al cierre de la primera temporada de 'F is for Family', Frank perdía su empleo estable en una funesta compañía aérea. Ahora acudimos de cerca la crisis existencial y económica del padre de familia, incapaz de encontrar un nuevo trabajo, y sometido psicológicamente a una reevaluación de roles muy disruptiva. El papel del cabeza de familia, hombre, en los años 70' estaba muy claro. La ausencia de empleo no sólo supone una problemática material, no sólo una sensación de fracaso profesional, sino que para Frank, como para muchos de los hombres americanos de su momento, representa un fracaso vital. En torno a esta reevaluación camina la serie, mostrando el Frank frustrado más machista, mientras Sue trata de labrarse una carrera profesional.
La lucha de Sue
La otra gran trama es justamente la de Sue Murphy, que corre en torno al machismo en el mundo laboral, y el desprecio en el desarrollo profesional. Un camino lleno de recovecos fácilmente reconocibles, que enlazan con las luchas feministas del momento y sus reivindicaciones. A partir del movimiento feminista de los 70' se acude a un punto de corte en la reivindicación de las mujeres en la modernidad, poniendo en primer plano la reivindicación de derechos laborales. Una lucha mantenida durante décadas, que acude hoy, en el marco posmoderno tras la globalización, a un nuevo salto cualitativo en el que la reivindicación feminista toma de nuevo el papel protagonista con un sonoro grito antisistema. De por medio, el descubrimiento sexual del hijo adolescente, y el manto del racismo envolviendo todo el entramado costumbrista que 'F is for Family' quiere representar.
Así, 'F is for Family' recurre con tino a las principales problemáticas que marcaron el último tercio del siglo XX, y que siguen siendo, a fin de cuentas, los problemas sociales de fondo que se mantienen hoy. Parece interesante ver que la serie representa con tino la situación deprimida del momento en el que se ambienta, mientras que el mensaje que quiere aportar, crítico y frívolo, resulta perfectamente vigente para nuestro momento. Sin embargo, 'F is for Family' ni es especialmente divertida o especialmente interesante, ni particularmente rompedora.
Comedia, drama y acidez
El principal punto de ruptura con su primera temporada es que ahora ya no se preocupa de ser una comedia. Quizá la idea original de la serie era la de aportar una comedia más al panorama de la animación. No funcionó. Ahora, en la segunda temporada la serie se ha vuelto mucho más dura, mucho más concienciada de los problemas de sus personajes, y su humor resulta especialmente incómodo. Sigue sin manejar correctamente los momentos de humor que trata de transmitir, donde entronca la diferencia con 'BoJack Horseman'. Las comparaciones ya se sabe que son odiosas, pero también ineludibles.
'BoJack Horseman' trata sobre la depresión, y su salida de todas las situaciones tensas y dramáticas la encuentra a través del humor negro. La incomodidad de reirte de 'BoJack' cuando está en su peor momento emerge la acidez que Bob-Waksberg ha convertido en el sello de la mejor serie, sin duda, que Netflix tiene ahora mismo en producción. Sin embargo, 'F is for Family', aunque apunta en esa dirección, no se atreve a llegar a esos puntos. Es raro reírse con 'F is for Family', y cuando pretende que lo hagas suele fallar. Si bien esta segunda temporada toma un rumbo mucho más interesante, sigue siendo conformista en los momentos clave. Falta definición para los personajes, falta acidez, y falta también una línea argumental más decidida.
Conclusión
Pese a que me interesan los temas a los que Michael Price y Bill Burr nos quieren enfrentar, no resulta especialmente lo que le suceda a esta familia en particular. Me cuesta, francamente, recordar el nombre de los personajes principales. El salto entre la primera temporada, muy pobre, y esta segunda, merece mención. Da la sensación de que ahora la serie está orientada a pegar el verdadero salto de calidad, ahora sólo necesita atreverse pegarlo. Mientras tanto sólo concluye en una serie entretenida, quizá interesante, pero nunca imprescindible.