El 11 de May 2017 | 22:55
Mae Holland (Emma Watson) tiene un trabajo bastante mediocre que no consigue satisfacerla plenamente. Además, la salud de su padre, que sufre esclerosis múltiple y no tiene seguro médico que cubra el tratamiento, es una de sus principales preocupaciones. No obstante, su suerte cambia cuando es contratada para trabajar en el Círculo, una empresa dedicada al ámbito de internet cuya influencia mundial es increíble.
Y es que lo que el Círculo hace no lo había hecho nadie hasta ese momento. Mediante un sistema operativo completamente innovador, el Círculo consigue que todas las direcciones de correo electrónico, todas las redes sociales y todas las operaciones bancarias se unifiquen, dando así lugar a una única identidad virtual. Lo que pretenden con esto es que todo el mundo sea transparente, que todos los datos estén a disposición de todo el mudo. El Gran Hermano de George Orwell, pero buscado y potenciado por los propios individuos. La hiperconexión a la que actualmente nos vemos sometidos es llevada a un extremo insalubre, capaz de hacer temblar al espectador y hacerle preguntarse en más de una ocasión cómo alguien puede llegar a ese límite. Cómo alguien puede apreciar tan poco su vida privada, aceptando exponerse hasta ese punto.
'El círculo' viene a plasmar en la pantalla grande ese miedo que las nuevas tecnologías llevan años sembrando. Ese temor a que una conexión tan extrema acabe perjudicándonos, haciéndonos perder toda nuestra privacidad prácticamente al completo. La protagonista, Mae, no muestra ningún pudor a la hora de compartir su vida con todo el mundo a través de una pequeña cámara. Y aunque nos echemos las manos a la cabeza, es lo que muchos 'youtubers' hacen en sus canales de YouTube, donde suben vídeos diariamente sobre todo lo que van haciendo. La diferencia es que estos creadores de contenido seleccionan lo que quieren compartir y Mae no tenía esa oportunidad, puesto que todo era en directo. Por lo demás, pocos cambios hay realmente.
Una película que se queda corta
La historia de la película, los planteamientos que hace, son realmente interesantes. Se plantea algo que debería preocuparnos a todo, el cómo las nuevas tecnologías comprometen nuestra privacidad. Ya no solo las redes sociales, y el modo en el que nosotros decidimos exponernos o no; también las cámaras colocadas por la calle, y el hecho de que absolutamente todo el mundo tenga un smartphone con cámara en su bolsillo. Podemos estar siendo grabados en cada momento, nuestros movimientos pueden estar siendo controlados y analizados.
Pero sin llegar a un punto tan conspiratorio, sí es cierto que todos los pasos que damos a través de internet pueden ser fácilmente controlados. Mediante las fotografías que subimos, las marcas con las que interaccionamos, los comentarios que vamos dejando en las distintas redes... Vamos creando una huella digital propia, y a la que todo el mundo puede tener acceso de un modo relativamente fácil. Cuando subimos un 'selfie', por ejemplo, estamos dando mucha más información de la que creemos. Porque mediante los metadatos de esa fotografía, hay quien puede llegar a averiguar en qué momento exacto y en qué lugar la tomamos. Suena siniestro, ¿verdad? Pues todos esos datos los damos nosotros.
Pese a que la trama de la película es muy prometedora, la película acaba quedándose bastante corta, por desgracia. La sensación constante durante las casi dos horas de película es que esta no hace más que empezar. La estructura original de una película suele ser inicio, nudo y desenlace; no obstante, 'El círculo' es como si estuviera en una introducción constante. El nudo no termina de llegar y, cuando lo hace, es demasiado rápido, de una forma muy abrupta. Carece de un análisis profundo, dejando todo el trabajo de esto al espectador; y pese a que pueda haber quien vea esto como algo meramente negativo, lo cierto es que es una forma diferente de buscar el feedback. No se dan conclusiones claras para que sea el espectador el que saque las suyas propias, piense, analice, y acabe generando su propia opinión.
Sí que es capaz de poner sobre la mesa un debate que debería estar presente en nuestro día a día. ¿Son las nuevas tecnologías tóxicas? ¿O somos nosotros los que estamos dándoles un mal uso? No se debe olvidar que la tecnología es, a fin de cuentas, una herramienta. Y al igual que cualquier otra herramienta, puede hacer mucho daño o mucho bien, dependiendo de las manos que la controlen. La película hace que todas las tramas del libro homónimo en el que se basa se vean muy reducidas.
Predecible y curiosa a partes iguales
'El círculo' es una de estas películas que sabes perfectamente cómo va a acabar desde un primer momento pero, aún así, quieres continuar viendo hasta el final. No, no sorprende, pero sí que consigue captar la atención del espectador. Y es que la trama es más que obvia: los directivos del Círculo hablan de la privacidad como si esta fuera pecaminosa, pero ellos continúan manteniendo la suya muy cuidada. Porque lo que pretenden realmente no es conseguir un mundo transparente, vigilado, donde la gente no cometa delitos; lo que pretenden es obtener la máxima información posible, y poder comercializar con ella.
Como las redes sociales por las que nosotros navegamos día sí y día también, en las que vamos dejando todos nuestros datos. O como las 'cookies' que vamos almacenando en nuestros dispositivos, y que son las encargadas de que todo aquello que busquemos para comprar aparezca después en los anuncios de Google, por ejemplo. Cuando se nos da algo gratis en internet no se nos está regalando nada, sino que nosotros estamos siendo el producto.
La película quiere contar mucho, quiere plantear este tema al completo, y ese es quizás su principal problema. Quiere abarcar tanto que acaba quedándose corta, acaba quedándose en la superficie y no consigue navegar más allá. Da al espectador un hilo del que tirar, pero no tira por él, no avanza en exceso. Incluso el final es, en cierta medida, inconcluso. Como si hubieran intentado hacer un capítulo de 'Black Mirror', pero no hubieran sabido cómo terminarlo y hubieran decidido dejarlo así, sin más. La sensación de no estar terminando de comprender qué ha sucedido es una constante.
La protagonista, Mae, a la que da vida la increíble Emma Watson, también es una persona bastante inconclusa, si es que ese adjetivo se puede aplicar a un ser humano. No termina de posicionarse, no sabe cuál es su lugar del todo. No termina de estar en contra de todo lo que hace el Círculo, porque cree que esa hiperconexión realmente puede ser positiva; mas tampoco cree que las formas sean las adecuadas. Está comprometida con la causa, pero no está segura de querer llevar a cabo el plan que le dictan.
Buenos actores, banda sonora mediocre
El elenco no podía haber sido mejor elegido. Si hay algo que reseñar es que, en el doblaje en español, las voces no son las mismas que los actores tienen siempre; esto puede descolocar bastante a quien ya haya visto más películas de estos actores en particular, al menos durante los primeros minutos de la proyección. Después, todo pasará. Mas los actores elegidos consiguen transmitir, pese a todo. Emma Watson sabe poner expresión a todos los sentimientos de Mae, incluso esos que ella misma no entiende; y Tom Hanks es el "villano" perfecto, puesto que se puede entrever desde un primer momento que está tramando algo, como si pudiera llevarlo escrito en la frente, pero aún así no pierde la compostura.
La banda sonora, por otro lado, es bastante mediocre. No será recordada como una buena banda sonora, ni siquiera habrá quien se dedique a hacer recopilatorios, puesto que pasó totalmente desapercibida. Una banda sonora más, sin demasiado trabajo.
Por lo general, una película que no llega a ser notable pero que tampoco es mala en sí. Capaz de hacer reflexionar sobre una realidad que vivimos diariamente, pero que no llega al punto de impresionar al espectador como sí que lo hace 'Black Mirror', por ejemplo, una serie con un objetivo muy similar.
Lo mejor:
- Actores
- Planteamiento de la trama
Lo peor:
- Desarrollo de la película
- Banda sonora
- Predecible