El 19 de September 2017 | 17:40
Necesitamos a más directores como Kathryn Bigelow, sin pelos en la lengua y capaces de mostrar la realidad, aunque a muchos les duela. Siempre trata de abordar temas incómodos como la guerra o la discriminación, de una forma realista sublime, implicándose a ella misma y al espectador en lo que está contando. Después de unos años centrada en films de acción satisfactorios, la directora se centra en la última década, en el thriller y el drama. En 2012, nos trajo la película 'La noche más oscura', protagonizada por Jessica Chastain y trata acerca de la misión de las fuerzas de operaciones especiales para capturar o matar a Osama bin Laden. El pasado 15 de septiembre, llegó a nuestras salas de cine, 'Detroit', y Bigelow lo ha vuelto a hacer, nos incomoda y nos hace recapacitar sobre el mundo en el que vivimos y quiénes en él gobiernan.
Acontecimientos reales
Verano de 1967, momento fundamental para la historia de Estados Unidos. El país se encontraba sumido en un creciente malestar político y social, la escalada de la intervención militar del país en la Guerra de Vietnam y décadas de represión e injusticia racial. Los epicentros de todo resultaron ser las grandes ciudades del país, con una discriminación sistemática, disparidades raciales en educación y vivienda, y creciente desempleo reinante en las comunidades afroamericanas. Dos noches después de iniciarse los disturbios en Detroit, un informe de disparos, llevó al Cuerpo de Policía de Detroit, a la Policía Estatal de Michigan, a la Guardia Nacional de Michigan y a un guardia privado de seguridad local a registrar y tomar un anexo del cercano ''Motel Algiers''. Varios policías se saltaron las reglas de procedimiento y se dedicaron a interrogar de forma brutal y contundente a los huéspedes del motel, llevando a cabo un "juego letal" en un intento de intimidar a alguien para que confesara. Al acabar la noche, tres jóvenes desarmados habían sido abatidos a quemarropa y varios hombres y mujeres más habían recibido brutales palizas.
Por desgracia, aunque la cinta trata un escándalo ocurrido en 1967, hoy en día no es difícil leer las noticias y ver como cada día casos así siguen siendo realidad. Y es que, a veces, la realidad supera a la ficción.
Un guión correcto, pero que no desarrolla el contexto
La directora, vuelve a contar con la ayuda de su inseparable guionista Mark Boal y vuelven a dejar claro que hacen una buena pareja. La historia quizás se centra demasiado en lo que pasó esa terrorífica noche en el Motel Algiers, dejando a un lado el contexto político, pero sobre todo social, de la época. Con sólo una introducción pobre, a modo de animación minimalista, es complicado entender con claridad el contexto que vive esa historia y, si no sabes mucho sobre el tema, es posible que no lo tengas del todo claro. El único problema de la cinta, es quizás su título. Lo único que verás de 'Detroit' es su contexto y no ahondará en este clima de crispación que sufría su población en el año 1967, centrándose así en el caso del Motel Argins, que seguramente ese nombre habría sido más acorde al tema que trata. Es muy fácil empatizar con algunas de las víctimas de lo ocurrido, ya que vemos cómo son sus vidas antes y después del ataque, cosa que no ocurre con el resto de protagonistas que, pese a que sientas una impotencia por lo injusto de la situación, no llegas a contactar tanto con ellos como con el resto. Incluido el personaje interpretado por John Boyega, que como vimos en el tráiler, parecía que iba a tener una importancia más grande que la que al final resulta tener en el montaje final de la cinta. Algo muy positivo, respecto a personajes, es el tratamiento del personaje que interpreta Will Poulter. Un chaval con falta de autoridad y delirios de grandeza que aterra incluso más que el temido Pennywise. Will borda un papel de manera increíble y consigue que lo odiemos desde el minuto uno.
Escenas largas, pero para nada aburridas
La película, claramente, se divide en dos partes. La primera que es esa introducción al contexto que comentábamos en el anterior párrafo y la segunda, lo sucedido en el Motel Algiers. Puedes que estamos ante una de las escenas con más duración de los últimos años. Pese a permanecer durante muchos minutos en el mismo escenario, no se hace pesado, la tensión va creciendo y con ello, nuestra impotencia y preocupación. Después de ésto, han pasado los años y veremos el juicio por estos crímenes y, como podéis imaginar, no acaban muy bien. La película nos crea una impotencia desde el primer minuto y consigue que salgamos de la sala con una situación de malestar que hará que nos recapacitemos muchas cosas. Gracias por esto último, Bigelow.
Un diez respecto a la técnica
Técnicamente, la película cuenta con una calidad característica del cine de Kathryn. Cámara en mano, planos secuencia larguísimos y complicados que nos meterán de lleno en la historia y harán que aumente nuestro clima de crispación, parecerá que nosotros también somos protagonistas de lo que nos está contando. Una música muy acorde al tema tratado que será un aliciente para nuestro malestar al final de la cinta.
El racismo es parte de la historia de EEUU
Al ver el nombre de su directora, es posible que subas el listón antes de ver la película. Pero tranquilo, no te decepcionará, ya que estamos ante una de las cintas mejor dirigidas del año. Respecto al tema y la forma que trata 'Detroit', es posible que sea carne de cañón para nominaciones a la próxima edición de los Premios Oscar, siendo la mayoría merecidos, ya que es una de las cintas de año, pese a no ser la mejor. Que nadie te engañe, el racismo sigue estando presente en todas partes del mundo, por desgracia. Este no es un caso aislado, pero sí uno que es necesario conocer y, quizás, haga recapacitar a más de un espectador. Al fin y al cabo, una de las labores del cine es esa.
Lo mejor:
-La dirección. -La interpretación de Will Poulter. -Cuenta la realidad sin adornos.
Lo peor:
-No se hace hincapié en el contexto social. -Otro título habría sido más acertado.