Lo bueno de hacer una película de bajo presupuesto y en la que nadie confía es que cuando llegas al cine y revientas la taquilla te quedas bien a gusto. Esto es lo que le pasó a Ryan Reynolds en 2016, el cual tuvo que batallar mucho y pagar de su bolsillo algunos sueldos para que Deadpool tuviese su propia película. Lo que hizo que esta producción se ganase al público no fue su calificación para mayores 18 —algo que los espectadores se pasan por el mismísimo forro—, sino el propio protagonista de la película. El Deadpool de Ryan Reynolds tiene poco que perder en la vida, como en Fox cuando le dijeron que sí al actor para llevar a cabo este circo cinematográfico, y por eso no le importa ser deslenguado, incorrecto y un drogadicto que raja cuellos en horario laboral.
La jugada salió redonda, pero si había una sola posibilidad de hacer de la película una verdadera orgía de sangre y chascarrillos había que aprovecharla. Y si por el camino podían contratar de malo al único que ha puesto de rodillas a los Vengadores, pues mejor. 'Deadpool 2' es todo lo que habéis leído en Internet y mucho más. Si queréis la respuesta corta y evitaros otras 1.000 palabras más, sí, es mejor que la primera y en el caso de que no os guste, os consolará saber que a lo largo de las 2 horas que dura la película le habréis escupido al de adelante la bebida en varias ocasiones debido a la risa incontrolada que algunas escenas generarán en toda la sala. En la respuesta larga intentaré parecerme a los críticos de la élite intelectual, usando términos más afines a su cuidada prosa y ganándome los likes y retuits de Twitter a pulso.
No hay personajes secundarios, solo Deadpool
Y es que ¿por qué habría que darle compañeros a un antihéroe que hace siempre lo que le da la gana? No es que Deadpool no necesite ayude de vez en cuando, pero su carisma es tan grande y tan fuerte que no han podido conseguir que el resto de personajes le llegue a la suela del zapato. En 'Deadpool 2' se introducen varios personajes que vienen para quedarse. Domino y Cable forman parte de la plantilla fija de la X-Force, pero ni ellos son capaces de arrebatarle el más mínimo segundo de protagonismo a Wade Wilson.
Si seguimos el modelo heliocéntrico de Copérnico, Deadpool sería el Sol y el resto de personajes los planetas del sistema solar que giran en torno a él. Puede sonar exagerado, pero ni Josh Brolin como Cable (una de las apariciones más esperadas) ha podido chupar tanto plano como lo ha hecho Ryan Reynolds. Podemos llamarlo una oda al egocentrismo del actor, pero es que el personaje derrocha tanta personalidad, es tan ridículamente desastre que pocas personas no pueden empatizar con él o ahogar sus miserias con las de un tipo que tiene un cáncer en fase 4.
Zazie Beetz y Josh Brolin son dos incorporaciones necesarias a esta saga de películas. Que no os engañe el que Deadpool sea un poco dramático, ya que cualquier personaje de estas características consumiría enseguida la barra de fatiga de los espectadores. Cable y Domino son dos retardantes que ayudan a que el orgasmo de la película llegue más tarde y sea más intenso.
No cortarse ante nada
Otra de las muchas alabanzas que se vertieron sobre la primera 'Deadpool' fue la gran maniobra que hicieron los guionistas y el director para romper esa manida "cuarta pared" que separa a los espectadores de la película. En esta segunda entrega no son tanto las interacciones con la sala lo que hace que el espectador se identifique como el mejor amigo de Wade Wilson, sino sus continuos comentarios mordaces e hirientes a otras películas, personalidades, superhéroes y, sobre todo, al propio Ryan Reynolds.
A Deadpool lo podemos considerar como el "héroe del pueblo, pero no porque el pueblo le adore, sino porque él está sacado de las profundidades de la sociedad. Wade Wilson es becario de los X-Men, un estudiante de intercambio al que los oriundos no toman en serio. Tiene medio cuerpo desfigurado, viste mallas rojas ajustadas y tiene un alijo de coca escondido debajo de una baldosa en la casa de una anciana ciega. Está claro que es un caso más para Hermano Mayor que para Charles Xavier.
Si había alguna barrera que no se sobrepasó en la primera 'Deadpool', en esta se han destruido completamente todas. Se ha dado rienda suelta a una locura que llegados a cierto punto puede hasta apabullar. Los tira y afloja cómicos con los personajes secundarios ayudan a que tomemos un poco de aire, pero lo cierto es que creo que solo hay un par de escenas en las que Deadpool no está siendo acribillado a balas o partíendole el espinazo a otra persona.
¿Por qué ocurre todo?
Hay dos problemas principales que puede tener toda película de superhéroes: el villano y la historia. Deadpool se ha caracterizado por tener carencias en ambos aspectos, algo que ha sabido solventar con su protagonista y con los personajes que le rodean. 'Deadpool 2' ha sabido solventar uno de esos dos problemas con Cable, pero el otro no ha conseguido salvarlo. El hilo conductor de esta secuela bien podría ser una mezcla entre 'X-Men: Días del Futuro Pasado' y 'Looper' que justifica la llegada de Nathan Summers a la actual línea temporal.
¿Algunos os acordáis del nombre del malo malísimo que le puso la cara hecha un cuadro a Deadpool? Pues ahí tenéis vuestra respuesta. Es olvidable, prescindible en todo este cóctel de acción, mutantes variopintos y sexys acrobacias de karate. Y se lo perdonamos. Algo que prácticamente nadie le perdona a las películas del Universo Cinematográfico de Marvel, todo sea dicho. No nos importa por qué levanta sus pistolas Deadpool mientras lo haga.
Conclusiones
Había muchos motivos para volver a llevar a 'Deadpool' al cine y eso sin contar que es bien barata y muy rentable. Fox ha encontrado un filón muy potente en películas que no se molestan en agradar a todo el mundo, sino que, simplemente, son las películas que ellos quieren que sean. 'Logan', lejos de mostrarnos al Lobezno heróico, aunque cascarrabias, de Hugh Jackman, prefirió optar por una temática más noir y oscura que dotase de una profundidad mayor al personaje de los X-Men. Por su parte, con 'Deadpool 2' se ha optado por exagerar y llevar aún más al extremo una idea caótica y desternillante que sigue funcionando tan bien como la vez anterior. Y como ya habréis leído en redes, esperad hasta la segunda escena post-créditos, merecerá la pena.