Lo primero con lo que me topé al entrar en la sala, y me impresionó a decir verdad porque no había pensado en ello, fue con una fila de asientos llena de preadolescentes. Emparejado al egocentrismo del que pierde demasiado tiempo en redes sociales no tuve las miras suficientes para detenerme un minuto y pensar, que quizá, la nueva entrega de 'Cazafantasmas' no estaba pensada, o sólo pensada, para los que en su día fuimos fanáticos de Bill Murray, sino que de pronto podría ser un aterrizaje para una nueva generación. 'Los Cazafantasmas' del 84' fue una película generacional, uno de tantos hitos ochenteros llamados de nuevo a intentar reventar la taquilla, mientras 'Cazfantasmas' (2016) tiene la pericia de alejarse lo suficiente de las originales como para ambicionar, me temo que sin éxito, convertirse también en película generacional del momento actual. Digo sin éxito, porque el gusto actual ondea al ritmo de la capa de 'Thor' en 'Los Vengadores', y 'Cazafantasmas' juega las mismas cartas que el grupo de Bill Murray en los profundos ochenta, muy alejado de la estela marvelita. 'Cazafantasmas' es de nuevo la historia de amistad de un grupo corriente de nerds, bañada en el moco verde de los espectros del más allá. También, sería hipócrita pasar por encima del hecho que todo el batiburrillo machista que tiró tierra sobre esta película desde que vimos descubierto el primer tráiler está pesando como una losa sobre su desembarco en taquilla, y es una pena.
La idea de Paul Feig ('The Office', 'Arrested Development') para traer de nuevo a la vida 'Cazafantasmas' es hacer borrón y cuenta nueva. Durante años estuvo en ciernes, y sin acabar de llegar, una tercera película con el grupo original de Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Ernie Hudson. Sin embargo, la incapacidad de encontrar el momento apropiado para dar el paso, sumado luego a la triste muerte de Harold Ramis hace unos años, dejó esta opción fuera de juego. Ramis era alma de la idea original de 'Cazafantasmas', pero, además, entre el grupo de viejos Cazafastasmas la relación de camaraderío habría traspasado el celuloide, y sin la tropa al completo ya no había sentido ni razón para subirse de nuevo al Ecto 1. La idea de traer a la vida a la saga pasa entonces por un grupo nuevo de personajes, y entran las cuatro mujeres en juego. No un grupo de Ángeles de Charlie esculpidas para forrar carpetas de pajilleros, sino un grupo de mujeres de treintaitantos salidas de Saturday Night Live.
J.J. Abrams resucitó 'Star Wars' en cines rompiendo completamente con los Episodios I, II y III, y mirando directamente a 'Una nueva esperanza'. El ejercicio del de 'Lost' fue un movimiento extraño, ya que 'El despertar de la Fuerza' escribe sus letras en la misma línea temporal que el 'Episodio IV', con tanto de remake como de nueva entrega inédita. 'Cazafantasmas' (2016) respecto a 'Cazafantasmas' (1984) establece entre sí una relación similar a la que existe entre 'Star Wars: El despertar de la Fuerza' y 'Una nueva esperanza', ya que sin ser un remake proactivo, recoge toda su herencia. La diferencia fundamental entre ambos casos es que la dimensión temporal de las nuevas 'Cazafantasmas' (2016) se aloja en un universo donde nunca han existido los Cazafantasmas ochenteros. Es una historia completamente nueva. La estructura de la nueva película, sin embargo, es exactamente la misma a la estructura que dibujó hace treinta años Ivan Reitman, con una primera perte de encuentro, de luchar contras las desavenencias para crear el laboratorio de estudios paranormales; unos cuantos de apariciones fantasmales; palabrería pseudocientífica a raudales, y entre risas y gags, un gran enfrentamiento final en las calles de Nueva York. De por medio una retahíla de cameos, que no sólo se componen de la aparición de los Cazafantasmas originales en pequeños papeles, que de alguna manera viene a dar el beneplácito del equipo original a la nueva etapa de las cazadoras, sino también aparición de rostros conocidos.
La amistad y el nexo del grupo es el tono principal
En el camino se ahorra el idilio amoroso para centrar el progreso en la relación de las chicas. Prácticamente el completo del grupo mantenía relación previa, por lo que la velocidad pasmosa a la que se crea el nexo de unión entre ellas es lógico, justo al contrario de lo que sucede en 'Escuadrón suicida', donde los villanos de David Ayer hablan de "familia" cuanto todavía son prácticamente desconocidos, sin poder evitar la arcada. En 'Cazafantasmas' (2016) seguramente el punto más flojo viene con el villano: entre la palabrería imbécil y necesaria de términos científicos no se explica de manera muy clara en ningún momento cómo es el plan fantasmal del némesis de la película, interpretado por un inadaptado Neil Casey. Dice, con toda la razón, Leslie Jones durante el metraje: "¿Por qué los malos siempre tienen que tener esa cara de paliduchos tan triste?". La de Casey es la interpretación más floja, y el personaje más pobremente escrito. No sólo él, sino todo su progreso rompe el ritmo y coherencia, que de otra manera está bien ajustado.
Escribo aliviado, esa es la idea primaria que quiero dejar sobre esta crítica. El gran temor con el apoyaba mi culo en la butaca era que en ese afán desmedido por divertir al espectador, y tras la frialdad previa al estreno, la cinta buscase la risa fácil y tosca en el humor absurdo. Por fortuna, el humor se apoya sobre el guión de líneas ingeniosas, cómodo para ellas por las noches del Saturday Night. La que más falla es aquí Kate McKinnon con sus pobres chascarrillos entre cacharrerío "atrapamonstruos" del estilo Inspector Gadget. Pese a ello, la química del grupo es la base sobre la que se apoya el resto de la propuesta.
El acierto principal del proyecto de Feig está en la elección del casting. El grupo de cuatro (Kristen Wiig, Melissa McCarthy, Kate McKinnon y Leslie Jones) funciona. El peso recae, fundamentalmente, sobre Melissa McCarthy y Kristen Wiig. La carrera de McCarthy es más fácil de seguir ('Las Chicas Gilmore' o 'Mike & Molly' de Chuck Lorre), pero el descubrimiento ha sido aquí Kristen Wiig. La habíamos visto en 'Nasty Baby', pero su papel en 'Cazafantasmas', sin dejar de ser la nerd patosa que tantísimas veces hemos visto, es la bomba. Como contrapunto a las cuatro protagonistas nos encontramos con un rostro masculino de moda: Chris Hemsworth, el todopoderoso Thor aquí reflejado como guapo tontito. Por si sólo es un coñazo de tío, eso ya lo sabíamos, pero en conversación con McCarthy y Wiig dejan, con diferencia, los momentos más divertidos de la película.
La apuesta de doble cara de Paul Feig
El otro éxito de Feig, que es una moneda de doble cara, es que inventa lo suficientemente poco en el guión que firma con Katie Dippold respecto a 'Los Cazafantasmas' originales. Es una comedia desenfadada de aventuras que entretiene en las dos horas que dura, como lo hacían las originales. Aquí ha jugado sobre seguro, y aunque funciona no se puede premiar la comodidad. No es la mejor película del año, probablemente tampoco la mejor comedia del año. No hay absolutamente nada rompedor. Nada que nos vaya a hacer recordar esta comedia por encima de otras dentro de un par de años, y, sin embargo, no se me ocurre otra manera mejor de traer a la vida de nuevo a los Cazafantasmas, actualizando su propuesta y mostrando que se puede hacer un blockbuster genial protagonizado al completo por un grupo de mujeres divertidas.