Hace seis años el cineasta James Wan nos dejaba a todos con la boca abierta mostrándonos su grandes dotes para el cine de terror. Iniciaba de esta forma una de las sagas más prolíferas de los últimos años. El Universo Warren no deja de expandirse con el paso de los meses y a los amantes del terror nos sigue encantando ver en pantalla grande las desventuras de este famoso grupo de demonólogos. Aunque las dos cintas principales de esta saga son de lo mejor del género, sus spin-offs no consiguen llegarles a las suelas de los zapatos y cada vez tenemos que sufrir historias nuevas pero decepcionantes.
La saga del momento
Gracias a este rico Universo hemos conocido personajes que nos quitarían el sueño por días. Sin duda, el icono de esta saga es el personaje de Annabelle, quien cuenta con ya tres películas propias y, aunque han sido de baja calidad, han conseguido que conozcamos más a esta demoníaca muñeca. Esta tercera entrega no iba a ser menos y os podemos adelantar que se trata de una de las cintas más flojas de la saga y más adelante daremos nuestra opinión al respecto. Como buenos amantes del terror que somos, fuimos a ver la cinta con muchas ganas, pero sólo nos topamos con otra gran decepción.
Un Universo muy rico
Como hemos dicho anteriormente, esta película es la tercera entrega de los spin-offs de la muñeca Annabelle pero parte con un punto muy favorable que hace distintas a las demás. En esta ocasión, podremos ver al matrimonio Warren y eso es siempre algo positivo (aunque no aparezcan en pantalla más de 10 minutos). La cinta cuenta la historia de cómo la muñeca llega a la famosa habitación de objetos poseídos de Ed y Lorraine. La colocan a salvo en una vitrina sagrada bendecida por un sacerdote pero por azares del destino, Annabelle consigue despertar a los espíritus malignos que estaban atrapados en la habitación, siendo así una especie de portal entre el mundo de los vivos y los muertos.
Al menos, no es la peor de todas
Para empezar, lo mejor de la cinta es que no es la peor de este universo, para ello ya están la primera cinta de Annabelle o La Monja. En esta nueva entrega podemos ver como se trata de una mejor manera la atmósfera es decir, no todo se basa en jumpscares sin sentido (aunque la película seguirá contando con alguno que otro). Podemos ver como la casa de los Warren se convierte en un lugar terrorífico y a la vez familiar. Parece que esta cinta pretende ser el principio de otras historias, ya que en la mayoría de la historia veremos como se intenta introducir nuevos personajes de los que apenas se indaga, por lo que nos indica a pensar que estos nuevos entes serán desarrollados en cintas propias. El Universo Warren no tiene pensado descansar nunca. Algunos de estos entes (no diremos cuáles para evitar spoilers) resultan ser de lo más interesantes por lo que pensamos que una película en solitario bien hecha, sería una gran idea, ya que se cuenta con gran contenido para empezar.
Aburrida como ella sola
Se acabaron los puntos positivos de la cinta. En cuanto al guión, nos encontramos con una historia de lo más simple, para nada efectiva. Que llega a aburrir a la media hora de metraje. No ocurre nada interesante, salvo lo mencionado anteriormente. Se supone que este spin-off es para conocer más en profundidad sobre Annabelle, pero aparte de llevar el nombre de la cinta, la muñeca brilla por su ausencia. Perfectamente se podría haber realizado la misma historia sin ella. Todo lo que debemos conocer sobre Annabelle ya nos lo contaron en la anterior entrega. Esta nueva cinta puede ser considerada como un 'Expediente Warren 2.5' más que un spin-off en sí. El film tiene una duración de 106 minutos que se te harán eternos. Caerás en cuenta de que llevas 60 minutos de metraje en los que no pasa absolutamente nada interesante.
Personajes muy mal escritos
Toda historia tiene que contar con protagonistas. Esta vez Ed y Lorraine pasan la batuta a su hija Judy quien, pese a ser un personaje interesante, aquí no llega a la altura de sus padres. La acompañará su niñera y amigos de ésta, y a cada cual personaje más mal escrito. Nos encontramos con personajes estúpidos que realizan acciones surrealistas y que constantemente sienten pánico aunque la situación no lo requiera (como el hecho de pedir una pizza). Esa incomodidad constante que sienten los personajes no las traspasan al espectador que hace que nos preguntamos por qué actúan como lo hacen y en algunas ocasiones pueden producirnos una gran vergüenza ajena. Mckenna Grace es un nombre que veremos en más de una ocasión en las pantallas de cine y, aunque su papel sea de lo más soso y convencional, Grace lo interpreta correctamente. Una pena que no podamos decir lo mismo del resto del elenco que nos da la impresión de no sentirse cómodos con sus respectivos papeles.
Aspecto técnico mejorable
Se trata de la primera cinta del director Gary Dauberman y pensamos que aún le queda muchísimo que aprender. En cuanto al aspecto técnico, la cinta sigue sin salvarse. Encontraremos algún que otro plano interesante, pero la mayoría de ellos resultan feos a la vista. La casa cuenta con un gran potencial en cuanto distribución, colores llamativos, etc que el gran James Wan supo aprovechar en la segunda entrega de la saga, cosa que no consigue Gary en esta. Parece que estamos en otro emplazamiento distinto. La música pasa desapercibida y es de lo más inolvidable.
Una cinta mediocre
En resumen, nos encontramos con una película que gustará al público general pero que pondrá de los nervios a los amantes del género. Terror cero, sustos mal construidos pero debemos admitir que la atmósfera resulta por momentos correcta. Si eres un enamorado del Universo Warren, probablemente te guste la cinta ya que da pie a nuevos posibles personajes que veremos en un futuro cercano. Si buscas emociones fuertes o algo de sangre, huye de ella ya que te aburrirá sobremanera. Sólo recomendaríamos la cinta para una tarde aburrida de domingo o por si quieres estar al tanto de este rico universo y conocer más sobre él sin esperar gran cosa.