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Crítica de 'Aggretsuko': El buen uso de los clichés

EL NUEVO ANIME DE NETFLIX

Crítica de 'Aggretsuko': El buen uso de los clichés

Por Sonia Sarria

El 6 de Mayo 2018 | 11:30

Nos adentramos en la vida de Retsuko, una panda roja adorable que libera sus frustraciones cantando death metal.

Siendo sincera, cuando empecé a ver 'Aggretsuko' no esperaba nada del otro mundo. Es un anime muy corto: diez capítulos de quince minutos cada uno, nada que no se pueda ver en una tarde. No es una serie original ni innovadora, con una premisa muy sencilla y siguiendo una fórmula del éxito muy básica.

Imaginaos mi sorpresa cuando la terminé y me di cuenta de que lo que acababa de ver era una pasada.

Empecemos por el principio. Retsuko es una panda roja muy mona, dibujada al estilo de Hello Kitty —y con razón; la compañía Sanrio ha creado a ambas— que empieza su vida laboral llena de ilusión. Como es de esperar, se da un duro golpe contra la realidad. El día a día de una secretaria de contabilidad es muy frustrante. Tiene que aguantar a un jefe desagradable que no da palo al agua y encima la trata mal por ser mujer y joven, a compañeros de trabajo pelotas y, por si fuera poco, sus propios despistes y errores.

Pero Retsuko tiene un secreto. Cada noche, al salir del trabajo, se desahoga cantando death metal en un karaoke sobre cómo es una esclava de las corporaciones y debe vender su alma al capitalismo.

Retsuko karaoke

Estereotipos, clichés, monería y... ¿feminismo?

Lo dicho, la historia no es nada del otro mundo. Pero resulta graciosa, porque son animales y están estereotipados de forma muy acertada. El jefe machista, cómo no, es un cerdo. Su perrito faldero es un perro literal. La secretaria que le encarga montañas de trabajo a Retsuko y le hace la vida imposible es una lagarta.

El problema de los estereotipos es que apuntan a la realidad y, por tanto, pueden resultar ofensivos sin querer. No es el caso. Uno de los puntos a favor de 'Aggretsuko' es que los arquetipos son exclusivos de roles sociales —de nuevo, el jefe cerdo machista o el perrito faldero— y no atacan a colectivos o discriminan un género o clase social concretos. Además, se trata a los personajes con bastante respeto, dándoles profundidad y redondez.

Volviendo a la serie, nos encontramos con que Retsuko está harta de sus condiciones laborales, pero es demasiado modosita y formal como para plantar cara. No quiere arriesgarse a un despido. Así que la única solución que ve es la de buscar a un hombre adinerado con el que casarse y vivir como ama de casa. Y, para ello, primero necesita hacer ejercicio y ponerse guapa.

Una decisión preocupante, sí. Pero 'Aggretsuko' juega mucho con la parodia, y la situación da un giro muy interesante. Y es que ¿qué podría pasarle a Retsuko en clase de yoga, intentando adelgazar para agradar a un hombre? ¡Exacto! Hacerse amiga de las dos mujeres a las que más admira de su empresa, dos grandes modelos a seguir y con las que desarrollará una gran confianza.

Retsuko, Gori y Washimi

¡Amistad entre mujeres! ¡En una serie que no tiene ese tema como principal! Sí, tenemos series actuales como 'Orange is the New Black' o 'The Handmaid's Tale' que nos presentan relaciones maravillosas entre personajes femeninos, pero porque de eso tratan. ¿Cuántas veces encontramos algo parecido más allá de las dos mejores amigas de turno? Desde luego, yo muy pocas.

Y lo mejor de todo es que se mantendrá a lo largo de toda la serie.

¿Pero cuál es el mensaje de 'Aggretsuko'?

A simple vista, todo apunta a otro cliché: quererse y aceptarse a una misma tal y como eres y no dejar que los demás decidan sobre tu vida. Y acertaríamos a medias. Retsuko rara vez habla de sí misma, y mucho menos revela su verdadero yo ante los demás. Es sólo cuando Washimi y Gori, sus nuevas amigas, la llevan a un karaoke y ponen una canción de death metal que se atreve a abrirse a ellas.

Sólo quedaría mostrarse tal y como es a los demás, cosa que irá haciendo gradualmente. Más o menos. La aceptación y la confianza no son algo que se aprenda en un día o dos. Retsuko sólo volverá a cantar death metal delante de alguien —a excepción de sus amigas, claro— en dos ocasiones.

La primera de ellas, en una fiesta de la empresa cuando todos van borrachos. Ella incluida. Su jefe improvisa un rap en el que la insulta y la denigra, y ella le contesta por primera vez como mejor sabe. El problema es que todos iban tan bebidos que al día siguiente nadie más que Retsuko se acuerda de ello, ni siquiera el propio jefe (o eso dice él, esa es una incógnita que la serie no revela). Retsuko, avergonzada, se alegra mucho por ello, y se conforma con seguir siendo la chica formal y sumisa de siempre. Su actitud se podría malinterpretar, permitiéndonos acusar a Netflix de machista, pero la serie se asegura de recalcarnos mediante otros personajes que no hay nada por lo que sentirse avergonzada. Bueno, dejando de lado la borrachera, claro.

Aggretsuko fiesta

La segunda vez será delante de su novio. Y aquí nos adentramos al segundo gran mensaje de 'Agrretsuko' que, en mi opinión, es el más importante.

Una relación tóxica muy bien representada

Retsuko sigue con su plan de encontrar novio, casarse y dejar la empresa... y se acerca peligrosamente al éxito cuando conoce a Resasuke.

Resasuke es otro panda rojo que trabaja en ventas y al que sus compañeros se refieren con el mote de "el príncipe empanao" por razones que enseguida saltan a la vista. Al ser otro panda rojo, la serie nos lo señala como el chico perfecto para Retsuko. Y ella, por supuesto, acaba "enamorándose" locamente de él.

El motivo de las comillas también salta a la vista enseguida: la relación de esos dos es tóxica. Muy tóxica. Pero no es el tipo de romance malo al que estamos acostumbrados en el que él se porta mal por ella y es un cretino. No. Resasuke no es una mala persona. Si hubiesen querido poner a un chico malo, podrían haber puesto a cualquier personaje, cualquier representación del tío duro y posesivo pero atractivo y deseable.

Resasuke es... despistado. Un empanao en toda regla. Le pide salir a Retsuko porque su compañero de trabajo se lo dice y nada más. No se da cuenta de cuándo ella lo pasa mal o se hace daño, y Retsuko no se lo dice porque, claro, está enamoradísima. Se calla y se aguanta porque eso es lo que hacen las buenas novias, ¿no es así?

Retsuko y Resasuke

Y así, poco a poco, ella va anulando su personalidad poco a poco. Deja de ir al karaoke, deja de cantar death metal y deja de ver a sus amigas. Incluso va a sitios a los que en el fondo odia. Cambia por completo.

Sólo cuando no puede más se lleva a Resasuke al karaoke y canta death metal. Le revela quién es en realidad. Y, al terminar la canción, ve por fin a Resasuke tal y como es. Hasta ese momento, le idealizaba por completo y veía una faceta de él que no existía. Y, aunque a Resasuke le gusta cómo es Retsuko de todas formas, ella se da cuenta de que no siente lo mismo.

La relación no puede seguir adelante porque ella no se ha enamorado del verdadero Resasuke, sino de la idea de tener novio. Tan obsesionada estaba con el poder tener pareja y dejar la dichosa empresa de una vez por todas que estaba dispuesta a ser otra persona para estar con él. Dos personajes del todo idealizados y falsos.

Recuerdo haber pensado que la serie cometía un fallo al forzar ese romance. Que sería como tantas y tantas otras que intentan plantearte algo tóxico como bonito, como algo a lo que debes aspirar. Pero lo cierto es que 'Aggretsuko' ha llevado ese tema tan delicado de una forma dolorosamente realista y muy, muy acertada. Las relaciones tóxicas no siguen siempre los mismos patrones y, desde luego, no tienen que ir de la mano de malas personas.

Un anime que merece la pena

Dicho todo esto, queda claro que 'Aggretsuko' es una serie que merece mucho la pena. Al ser tan corta, es una lástima que no se hayan podido explotar más ciertos aspectos, como las relaciones entre personajes y las evoluciones de algunos, pero es quizás su brevedad lo que va a incitar a muchos a verla y sorprenderse con el impacto de sus mensajes.

En general, es una serie muy simpática. No sólo hace buen uso de los clichés y los estereotipos, sino que además se ríe de ellos e incluso de sí misma. Tiene un final libre de interpretación, pero cierra bien la historia dejando claros sus ideales.

Sin duda alguna, Netflix ha acertado con la producción de esta serie. Esperemos que lo que está por venir sea igual de fantástico.

8,0

Lo mejor:

- Buen uso de los clichés y los estereotipos sociales.

- Realismo y personajes muy humanos.

- Introspección en la naturaleza de las relaciones tóxicas.

Lo peor:

- Su corta duración impide desarrollar ciertos temas.

- Algunas situaciones quedan algo forzadas.

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