El 23 de Junio 2012 | 23:26
Jonathan Blow, creador de 'Braid', el título que hoy tengo entre manos, tuvo que soltar 180.000 euros para edificar sus ideas. Nadie dijo que cumplir un sueño fuese barato. Pero Blow puede estar orgulloso de lo conseguido: después de tres años y medio de desarrollo, 'Braid' es un viaje en busca de los sentimientos de un personaje, la introspección en una mente ajena para ver en qué se ha fallado, es decir, lo que Blow buscó siempre desde un primer momento: hacer recapacitar al jugador con cada movimiento dado.
En el juego controlas a Tim, un elegante chico enchaquetado con corbata, pelo recogido y finos modales. La historia de éste es la archiconocida del príncipe que debe salvar a la princesa, aunque en esta ocasión existe una variable: Tim no debe rescatar a la bella dama, sino ganarse su perdón por los actos cometidos en una etapa de su vida anterior. Para llevar a cabo esta misión sólo cuenta con un poder, el de volver atrás en el tiempo.
Con este trasfondo bajo el brazo, 'Braid' es un plataformas de la vieja escuela con una cuidada técnica pictórica. Sus paisajes y diseños conceptuales parecen sacados de un cuadro de Jan Van Eyck, donde la técnica al óleo que pusieron de moda los pintores flamencos se proyecta en un cúmulo de bits. Nubes, flores, hierbas, enemigos… todo está cuidado al detalle y da la sensación de estar interactuando con alguna de las miles de obras del Museo del Prado de Madrid.
Y con la música ocurre algo parecido. Partituras lentas y melancólicas que intentan transmitir la pérdida de un ser querido, el desánimo por saber que esa época de bonanza no volverá a llegar. Música clásica, celta, oriental y un sinfín más de estilos se dan cita al son de violines que evocan la soledad del viaje, la marcha sin camino de Tim. Aunque las composiciones musicales son de una gran calidad técnica, los efectos sonoros de personajes y enemigos dejan mucho que desear. Cierto que la austeridad marca el desarrollo, pero de ahí a la simpleza hay un abismo.
Flashback
"Pero es un videojuego". No hay que olvidar esta premisa nunca. Se puede tener el mejor conjunto técnico del mundillo y vanagloriarte sobre ello, pero estás jugando a un videojuego, no viendo una obra de arte, por lo que éste debe entretener y divertir, es decir, que pases un rato agradable. En 'Braid', por suerte, ocurre así. Blow y el resto de desarrolladores no se han querido meter en terrenos farragosos, así que han creado un plataformas simple, ameno y colorido.
Más de uno puede pensar que se trata de un Mario Bros en toda regla, y más después de dar la descripción superior, pero la realidad es que se trata de un producto muy diferente al del fontanero de Nintendo. Aunque todo apunta a que en un primer momento el título está orientado a un público puramente infantil, la narración va cogiendo tintes melodramáticos a medida que se avanza en ella, más propio de una telenovela hispanoamericana que de un guión para videojuegos (que no suele abordar estas cuestiones terrenales).
Poco a poco se va indagando en la corriente existencialista de Tim gracias a las "charlas" que la aventura sitúa entre los distintos mundos que hay que recorrer. Es una experiencia única y distinta, donde la carga poética y metafística de éste es bastante profunda, lejos de arquetipos facilones donde todo está mascado y prácticamente digerido.
Gran culpa (o toda podría decir) de que la travesía no sea un mar de rosas la tiene la mecánica jugable en sí. Prepárate para sudar de lo lindo con los puzles que 'Braid' te tiene preparado a lo largo de los seis mundos disponibles. A medida que se avanza todo se va volviendo más difícil, con paradojas intrínsecas en cada nivel, como que si tú caminas hacia delante tu enemigo lo hace hacia atrás, teniendo por tanto que averiguar el trayecto tomado. Y todo esto, no lo olvides, sin ningún comando especial más allá de saltar y de retroceder en el tiempo al más puro estilo 'Prince of Persia'.
La búsqueda de Tim es compleja, por lo que recolectar todas las fichas que te permiten avanzar de universo no será tarea fácil. Puedes llegarte incluso a plantear el abandonar la aventura; y te entiendo: estuve a punto de tomar esa idea. Pero finalmente preferí seguir trazando el camino, hallando paulatinamente los misterios que la mente de Tim guardaba en cada esquina.
'Braid' es un juego novedoso, auténtico y rompedor. Alejado de paradigmas convencionales, la producción de Blow y compañía establece una nueva manera de contar las cosas y, lo más importante, transmitirlas. Quizás el título se quede demasiado corto (en pocas horas lo puedes completar), pero es un viaje hacia los confines de lo desconocido que tienes que probar alguna vez en la vida.
Lo mejor:
Su estilo artístico. Su banda sonora. La manera de narrar la aventura y la carga emocional que ésta lleva consigo.
Lo peor:
Se hace corto. Demasiado difícil y no accesible para todo tipo de jugadores.