Cuando se anunció 'Black Rock Shooter: The Game' para PSP, rápidamente me surgieron muchas dudas sobre cómo sería el juego. El personaje en sí tiene un buen estilo artístico cortesía del dibujante japonés huke, pero aparte de eso no tiene nada más. No es más que un personaje dibujado junto a otros más ambientados en un universo extraño donde impera el color negro contrastado con algunos colores y motivos de tablero de ajedrez. Como mucho el grupo musical japonés supercell hizo una canción basado en el personaje y nada más, porque las dos series de animación y los cómics que han derivado a partir de ellos tienen una idea totalmente distinta y de la idea original solamente cogen algunos de los nombres y los diseños.
La idea de hacer un juego de rol japonés basado en solamente unos dibujos resulta más difícil de realizar cuando, fácilmente, Arc System Works podía haber cogido los dibujos y encargar algunos diseños de personajes más para hacer un juego de lucha, por poner un ejemplo de juego con más posibilidades. Ya sabemos que un juego de rol se caracteriza por tener muchos personajes, historias largas y situaciones emotivas, cosa que el trabajo original no tiene y por eso Imageepoch se lo ha tenido que inventar para aprovechar la licencia del personaje.
Sacando historia de la más absoluta nada
Empecemos con uno de los pilares de un juego de rol, y es que tenga una historia principal que enganche y unos personajes que atrapen. A pesar de que el guión corra a cargo del mismo que hizo 'Final Fantasy VII' y 'Final Fantasy VIII', en casi ningún momento llega a tener una secuencia o cinemática que consiga atrapar al jugador y quedarse absorto. Casi la totalidad de la escenas son anodinas y aburridas debida a la poca emoción que desprenden sus diálogos.
El mundo está más o menos bien construido, pero poco aprovechado: la humanidad ha quedado reducida a solamente una decena de humanos confirmados, casi al borde de la extinción. Esta idea puede dar lugar a buenos momentos en los que los humanos cuenten sus vidas pasadas y preocupaciones para darles algo de profundidad, pero todo esto es ignorado rápidamente y los personajes humanos importantes se reducen a tres personajes relevantes durante la primera mitad de la aventura para luego matarlos a todos, encima todos acaban con una profundidad escasa y consiguen que sus muertes pasen sin pena ni gloria, y con el jugador preguntándose si esa escena tiene que hacerle llorar debido a lo excesivamente forzados que resultan.
El resto de escenas tiene unos diálogos anodinos y poco interesantes y son el tópico de "tienes que ir a este sitio" elevado a la máxima potencia. Da la sensación de estar viendo unos de esos animes de la temporada de verano destinado a jóvenes varones adolescentes, en los que todo el supuesto guión no es más que una mala excusa para hacer que dos personajes luchen entre sí. La predecibilidad del guión es constante: personajes malos que aparecen acechando desde lejos, personaje que pierde una batalla pero a raíz de eso se vuelve más fuerte, personaje amnésico que recuerda su pasado... Ni siquiera se esfuerzan en disimular estos tópicos.
En general, si alguien busca un juego con una gran historia en él, que no se deje embaucar por la aparición de Kazushige Nojima, porque no encontrará nada emocionante ni memorable en este juego.
Buen estilo de juego, pero poco emocionante
Difícilmente este juego podría calificarse dentro del género del rol, porque de exploración y personalización del personaje tiene más bien la justa. Como mucho tiene un socorrido sistema de subida de niveles y unas estadísticas. Un punto a favor que tiene es que permite mejorar al personaje principal mediante la superación de algunos desafíos que nos dan bonificaciones de ataque, defensa y vida, así como habilidades. Aunque el que de muchos de estos desafíos se superen casi sin darse cuenta al hacer la historia principal le quita emoción, y el resto consiste básicamente en repetir un escenario y explorar lo poco que da de sí.
El tema de exploración es más bien escaso y anodino. Literalmente, los mundos son casi tan lineales como el tan criticado 'Final Fantasy XIII'. No mentimos cuando algunos mapas y misiones son un pasillo y las bifurcaciones solo sirven para esconder algún tesoro. Y si alguien piensa que puede haber tiendas, pues no, todos los objetos se consiguen al derrotar a enemigos o en cofres. Los mapas están totalmente vacíos y la interactuación con ellos roza el ser prácticamente nula, además de que el sistema de mapa se gana el premio al más inútil de la historia dado que en la práctica, nos vamos a perder gracias a él.
Un pequeño punto a favor son los combates. Resulta un poco difícil de explicar, pero se puede clasificar como combates en los que parece un shooter en tercera persona y hay que disparar a los enemigos y esquivar sus ataques, pero con cuidado de no sobrecalentarnos como en la primera entrega de 'Mass Effect'. Resulta interesante en la primera toma de contacto, pero rápidamente los combates se tornan repetitivos y excesivamente fáciles, con lo que el juego llega a convertirse en un ejercicio de paciencia hasta llegar al jefe de la zona, el cual sí tiene un mínimo de estrategia, especialmente al requerir administrar las habilidades, objetos y evitar el sobrecalentamiento. De no ser los combates contra enemigos normales tan sumamente simples y poco variados, el juego podría llegar a ser de notable y de esos que pese a sus fallos es interesante.
Como muchos juegos de rol japonés moderno, trata de incluir algún que otro minijuego, en este caso se trata de una fase de conducción en moto. Hay quien puede ilusionarse al ver que el juego trata de ofrecer variedad, pero este minijuego carece de emoción al basarse enteramente en esquivar enemigos, encima el ser excesivamente largo no ayuda a que su existencia sea mucho más llevadera.
Terminamos comentando sobre la duración. Para terminar la historia principal, y tienendo algunos fallos que nos harán empezar otra vez algunas misiones, tardaremos una nueve horas aproximadas en llegar al jefe final y derrotarlo. Añadimos una hora adicional si cumplimos los requisitos para el final verdadero, el cual es carne de Youtube porque solamente cambia al añadir algunas escenas adicionales con algún detalle más. Le añadimos unas cinco más para superar todos los desafíos adicionales del juego, que nos dan trajes y mejoras de habilidades, aunque el ser al final del juego le quita la gracia y la razón de disfrutarlos a no ser que sea rentabilizar más la compra con algunas horas de juego más. La duración es discutible, puesto que ya dura más de lo que suele durar un juego normal, pero como juego de rol se nota algo corto.
El arte cumple, al menos
Como dijimos al inicio de este texto, el origen del personaje no es más que una serie de dibujos de un personaje, sin historia alguna. Al menos en el apartado artístico, Imagepoch ha hecho los deberes y ha contratado al artista original para hacer personajes originales. Habrá quien eche de menos al resto de personajes de las ilustraciones originales, pero los nuevos integrantes no desentonan con el aspecto del juego y son mucho más variados.
Pero lo único bueno que decir de los gráficos es el arte, porque a nivel técnico, se encuentra por debajo de la media de la consola, y ni siquiera se le perdona que sea un juego con algunos años en una consola ya moribunda. Lo único que consigue destacar son los personajes principales, pero su rango de animaciones es limitado y la expresividad de los mismos es casi nula. Encima, los enemigos comunes usan descaradamente la técnica de cambiar el color de las texturas para hacer versiones más fuertes.
Por último, la banda sonora. Los puristas clamarán al cielo que no la haga el grupo supercell, pero es que su registro no abarca el rock más duro que pide el juego. La selección musical es buena y casa bien con el apartado artístico, que ayuda mucho a la ambientación. EL doblaje al japonés es sorprendentemente bueno y no resulta cargante o estridente, pero se echan de menos unos subtítulos durante los combates para entender los diálogos de los jefes finales.
Conclusiones
No sabemos bien cuales han sido las razones que han llevado a Nippon Ichi Software a traer este juego, más cuando la época dorada del personaje ya ha pasado y pudo haberse aprovechado la temporada en la que uno podía ver la serie de animación desde Nicovideo de forma legal cada semana. El juego tiene bien poco que hacer contra grandes del género como 'Kingdom Hearts: Birth by Sleep' o 'Parasite Eve: The 3rd Birthday'.
Su único atractivo es el personaje, y está muy poco aprovechado y de la idea original queda más bien poco. Alguien con un poco de amor propio y que es algo exigente con los juegos que juega, fácilmente puede dejar tirado este juego debido a lo poco que ofrece de los pilares del género. Lo único bueno que se puede decir de él, es que la ambientación tiene sus puntos buenos y que el reducido precio de 20 euros ayuda a que el mal trago se pase mejor. Por lo demás, solamente se recomiendo acercarse a este juego con las expectativas bajas y con ganas de jugar a algo que no requiera pensar mucho.