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Análisis: 'Beholder Complete Edition' para PS4, una distopía orwelliana

GRAN HERMANO

Análisis: 'Beholder Complete Edition' para PS4, una distopía orwelliana

Por Juan José Cintas Márquez

El 22 de Enero 2018 | 09:52

Análisis de 'Beholder Complete Edition', uno de esos videojuegos que aprovechan la jugabilidad para traernos una historia tan cruda como humana.

Hace años que, por suerte, la industria de los videojuegos dejó de ser una cabaña en el árbol para varones adolescentes heterosexuales. La evolución del medio, sumado a la apertura a nuevas generaciones de desarrolladoras y desarrolladores con nuevas inquietudes ha permitido que este mercado deje de ser simplemente ocio para abrazar la cultura, abordar determinados temas sociales e incluso contribuir a la normalización de la diversidad sexual. La presencia de esta pluralidad ha abierto numerosos debates que están contribuyendo de manera positiva a que hoy día los videojuegos sean percibidos, no solo como material de ocio con el cual relajarse y disfrutar, sino también como una herramienta que nos invite a reflexionar. No obstante aún queda mucho trabajo por hacer ya que estamos muy lejos de que los denominados juegos triple A traten con normalidad y reflexionen sobre determinados temas, por lo que el mercado de juegos independientes se convierte en el caldo de cultivo para fomentar la cultura.

La política, la religión y la privación de las libertades han sido temas que en décadas pasadas los japoneses abordaban sin pudor en los JRPGs, aunque al ser localizados para Europa y Norteamérica muchos perdían estas alusiones o referencias -si es que no eran censurados- para poder ajustarse a las normas de determinados países. Ahora son los estudios independientes los que abanderan la exploración de la actualidad política y social, o que simplemente ponen sobre la mesa temas de qué hablar. Experiencias como 'Papers, Please' de Lucas Pope son claros representantes de aquello que necesitamos pero que las compañías atadas a inversores y abrazadas al capitalismo no se aventuran a ofrecernos. Y de esta ola nos llega 'Beholder', ahora disponible en una edición definitiva bautizada como 'Beholder Complete Edition', una experiencia que se sirve de la jugabilidad para hablarnos de los totalitarismos, de las dictaduras, y sobre todo de experiencias humanas.

Beholder Complete Edition ps4

Gran Hermano

Esta aventura gráfica de nueva generación nos pone en la piel de un cabeza de familia que, por orden de un gobierno orwelliano, es obligado a hacer de observador, de espía, para contribuir a limpiar la sociedad de aquellos que puedan suponer una amenaza para sus ideas totalitarias y represoras. La excusa que utiliza este gobierno para encadenarnos a nuestra nueva tarea es la de un privilegiado puesto como casero de un bloque de pisos, pero como jugadores no tardaremos mucho en percatarnos de que aquello es tan solo una tapadera que arrastra a nuestro personaje protagonista hasta una viciosa espiral de control que no solo acabará afectando a la comunidad de vecinos, sino también a su propia familia. La vida de nuestro protagonista se ve atada a observar la de sus próximos para buscar una excusa con la cual ganarnos su confianza, chantajearlos o denunciarlos. Cuanto más trabajes, más más bonificaciones recibes. Pero hay un problema: no somos malas personas.

La principal virtud de 'Beholder' reside en lo fácil que uno puede ponerse en la piel del propio protagonista y sentir un conflicto nada más comenzar a vernos arrastrados hasta esa espiral del bien y del mal. El hecho de que los personajes del juego sean simples siluetas opacas, fiel reflejo de lo que sus vidas significan para el gobierno que les subyuga, refuerza con énfasis sus historias personales. Constantemente nos veremos obligados a luchar contra nuestros propios valores, puesto que preguntarnos qué haríamos en una situación así, desde la comodidad de un sofá caliente, no sirve de nada. Han sido varias las partidas que he tenido que comenzar desde el principio para darme cuenta de que "siendo buena persona" no se gana nada. Perdonarle una mentira o falta a un personaje en ocasiones puede llevar a que este se sienta en deuda con nosotros y se muestre más cercano, pero si convertimos esto en rutina al final nos arrepentiremos de ello, sobre todo cuando vemos que esto puede llegar a afectar seriamente tanto al protagonista como a su familia. En más de una ocasión nos veremos situados ante una balanza que en un lado pone el futuro, o incluso la vida, de un miembro de la familia, y en el otro el destino de un inquilino inocente. Aquí, a diferencia de 'Papers, Please', donde los parientes son simples palabras con las que no se interactúa, sufres en primera persona el padecer de los tuyos.

Beholder PS4

Reputación y corrupción

Además de dinero, con el cual podremos comprar útiles y sobornar a nuestros vecinos, el juego cuenta con un sistema de reputación que podemos aprovechar para indagar más en la vida privada de los vecinos, ya sea mediante la instalación de cámaras que nos ahorrará mirar a través de la cerradura o colarnos en sus casas cuando no están presentes, o para realizar distintos sobornos de coste elevado. 'Beholder' no va sobre buenos y malos, sino de sobrevivir, y a partir de esa necesidad de supervivencia reflexionar si hemos de hacerlo a nivel individual o con empatía hacia el prójimo -al menos quien creamos que lo merezca-. Y pese a ello, la situación estará siempre lejos de nuestro control, ya que el juego se encarga de ponernos en nuestro sitio: que el gobierno nos premie por avisar de aquellos que traicionen al líder supremo no quita que seamos un peón más, una pieza fácil de reemplazar en el caso de dejar de cumplir o ser relevante para los intereses del régimen.

Las altas facturas, los incidentes familiares causados por las insalubres condiciones de vida y las altas tasas universitarias apretarán constantemente nuestro bolsillo, haciéndonos ver que no podemos cumplir con todo y obligándonos por ello a tomar decisiones que no permiten dar pasos atrás. Si acabamos endeudados, nos convertiremos en un enemigo más del gobierno y la partida finalizará. 'Beholder' es un juego muy exigente en este aspecto, ya que la sensación de ahogo, de que hemos de esforzarnos más para salir a flote -aunque sea asomando tan solo la nariz para poder respirar en ese pozo de mierda-, es constante. No obstante se ha implementado un modo de juego menos severo, pero que mantiene el desafío, para aquellos que deseen una experiencia algo más llevadera.

Pese a que las sensaciones generales son muy positivas, también es cierto que el juego cuenta con una serie de fallos que restan algo de naturalidad a la jugabilidad. Algunas condiciones para poder progresar en la partida pecan de ser demasiado mecánicas y no estar bien diseñadas al ser incapaces de leer las acciones alternativas o previas del jugador. Por ejemplo, en una ocasión me vi forzado a comenzar la partida desde el principio porque, al poco de arreglar uno de los apartamentos del edificio para hacerlo habitable, el juego me pide que haga esta misma acción pero en otra planta. El fin era el mismo, pero se me exigía que inútilmente repitiera la misma tarea. El problema: no contaba con fondos suficientes para volver a trabajar en ello y me vi obligado a comenzar desde cero.

Beholder análisis

Otra cuestión que me he planteado mientras jugaba gira en torno a lo poco atrevida que es la historia de cara a abordar de manera compleja el tema político central del juego. Sin embargo, he llegado a la conclusión de que este en ningún momento pretende o intenta profundizar ni meter el dedo en la llaga, prefiriendo poner mayor énfasis en la moralidad de nuestras acciones como ser humano.

Conclusión

'Beholder' es una experiencia necesaria para quienes busquen juegos que aprovechan la jugabilidad para tener algo que contarnos. Su estilo sencillo y sus personajes convertidos en sombrías caricaturas facilita que sus vidas y desgracias sean más humanas a la vez que nos recuerda que la vida de nuestro protagonista también anda con la soga al cuello. Historia y jugabilidad se entrecruzan constantemente en esta realidad orwelliana para no dejarnos descansar, para hacer de lo divertido una rutina, para que nos pese aún más todo aquello que padecen los residentes de aquel húmedo y gris bloque de apartamentos. Quizás no cuente con la misma repercusión que 'Papers, Please', el cual sirvió de trampolín para este tipo de juegos en tiempos recientes, pero sin duda es una experiencia mucho más completa, y con más historias que contar, que esta.

8,0

Lo mejor:

- Todas las decisiones y acciones realizadas afectan al entorno del protagonista y a su familia.

- Constante presión y sensación de ahogo durante la partida que, sumado al diseño de los personajes, permite prestar más atención a las historias de los personajes, haciéndolas más humanas.

- El juego nos fuerza a entrar constantemente en conflicto con nuestra moral y principios, mostrándonos las consecuencias de determinadas acciones, buenas y malas, en situaciones radicalmente opuestas a la nuestra.

Lo peor:

- No predice ni tiene en cuenta las decisiones del jugador en determinados momentos, pudiendo afectar seriamente a la partida sin ser algo previsto para ello.

- No termina de arriesgar a la hora de profundizar en lo político.

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