El 23 de November 2012 | 16:00
Ubisoft anunció esta tercera entrega de la saga como el fin de una época. Previamente a este capítulo ya cerramos, con el lanzamiento de 'Assassin's Creed: Revelations', las historias de Altair y Ezio y su lucha contra los templarios. Terminabamos dos historias, pero una aún seguía sin resolver, el por qué Desmond y no otro, seguía siendo un misterio al terminar la última entrega de la saga.
Ahora nos llega esta tercera entrega dispuesta a cerrar todos aquellos interrogantes surgidos a raíz de los templarios, los asesinos, su lucha eterna y sobretodo, que llevó a la desaparición de la conocida como 'primera civilización'.
En esta entrega se abandona el continente europeo y la zona de oriente medio para dar un salto al otro lado del atlántico, a un continente aún virgen que muestra su mejor y su peor cara a lo largo de los años.
Este movimiento por parte de Ubisoft ha venido acompañado de una nueva versión del motor gráfico Anvil, que ya hemos podido ver en las anteriores entregas y en otros títulos como 'Prince Of Persia'. Un motor que, quizás por falta de tiempo, nos va a mostrar en esta entrega su peor cara, pero no adelantemos acontecimientos. Junto a él también llegan algunas novedades a la saga y un personaje totalmente inédito, un asesino en el nuevo mundo.
El nacimiento de un asesino.
Tener como trasfondo la guerra de independencia de Estados Unidos es una de las grandes bazas en el papel argumental de esta entrega. Seremos testigos de cómo nace una revolución que, poco a poco, se convierte en una guerra en la que no todo es lo que parece ser. Y lo haremos desde la perspectiva de un mestizo, hijo de un colono inglés y madre indígena, llamado Connor. Pero, como toda buena historia, deberemos remontarnos años antes de su nacimiento.
No es necesario revelar mucho más a la hora de hacer frente a todo el comienzo de esta entrega en cuanto a trama se refiere. Ubisoft en ese sentido ha mejorado los primeros pasos dados con 'Assassin's Creed II', cuando asumíamos el rol de Ezio desde su nacimiento. En esta entrega, a modo de gran tutorial, contaremos con varias secuencias que nos situarán en los años previos a la gran guerra, permitiendo profundizar en los orígenes, tanto de la revolución, como de nuestro protagonista.
Paralelamente, la historia de Desmond continúa desarrollandose en la actualidad con mayor presencia de estos momentos en el título. Los momentos de Desmond se asemejarán más a los momentos que podamos vivir si jugamos con Connor, algo de agradecer, ya que hasta ahora las partes jugables protagonizadas por este asesino eran meramente un trámite para que no olvidaramos que, pasados los años, todavía seguía activa la lucha contra los templarios.
La historia de Connor está motivada por la venganza, de forma muy similar a la que ya pudimos ver en la segunda entrega de la saga y que llevó a Ezio a convertirse en uno más de la hermandad. A diferencia de ésta, las historia de Connor se mezclará habitualmente con el desarrollo de la guerra de independencia, siendo así testigos de como Washington asciende a general o se firma la declaración de independencia.
Aunque el resto de entregas también partían de hechos y momentos históricos conocidos por todos, no ha sido hasta esta entrega cuando realmente el trasfondo argumental ha tenido un gran peso en la historia del protagonista. Hasta la fecha, en conjunto, es la mejor llevada por parte de Ubisoft en cuanto a la saga se refiere.
Aprendo rápido
Connor pasa toda su infancia como un miembro más de la tribu Mohawk, hábiles cazadores y escaladores. Estas habilidades serán las principales bazas de nuestro protagonista para abrirse paso por el entorno. Un entorno que variará entre grandes urbes como Boston o Nueva York y parajes como la frontera, donde realmente podremos perdernos durante horas con algo que hacer siempre.
Para moverse por ellos Connor será capaz de escalar todo tipo de edificios y árboles, una de las grandes novedades de la saga, con un solo botón. Desde las alturas podremos camuflarnos o lanzarnos sobre nuestros enemigos de la forma más espectacular que se nos ocurra gracias a la incorporación de nuevas armas como el arco, el hacha Mohawk o el cuchillo con cuerda.
Las misiones que tendremos que llevar a cabo continúan siendo las ya típicas en la saga. Realizar escuchas, asesinar a nuestros enemigos cumpliendo ciertos objetivos o tomar zonas para liberar la ciudad del control templario son algunas de ellas. La gran novedad en este aspecto llega marcada por la incorporación de las batallas navales, todo un acierto que nos mantendrá horas pegados al timón de nuestro barco y en las que deberemos proteger barcos con mercancías para la guerra, despejar rutas comerciales de piratas o atacar fuertes.
Estas misiones, a pesar de contar con un par de ellas dentro de la historia principal, se encuentran todas dentro de las secundarias. En este sentido 'Assassin's Creed III' nos propone diversas misiones secundarias para todos los gustos, desde navegar por los mares como ya comentamos, a recuperar fragmentos de calendarios, pasando por entrega de mensajes, salvamento de civiles, recolección de datos, caza, misiones de distintos clubs o gestión de finca con mayor profundidad que en anteriores entregas.
Muchas de estas misiones las encontraremos en Nueva York o Boston, las dos ciudades de esta entrega, que salen mal evaluadas en cuanto a espectacularidad (sobretodo si las comparamos con Roma o Constantinopla), pero que, al igual que anteriores localizaciones, se abren por completo para hacer y deshacer a nuestro antojo.
Donde realmente seremos testigo de las nuevas posibilidades de esta saga es en la frontera, un terreno entre ciudades donde habitarán distintos tipos de animales a los que dar caza y recibir objetos y puntuación.
Entre cerdos, osos, panteras, conejos, ciervos y algún que otro animal más nos toparemos con carabanas, a las que podremos asaltar y robar su contenido, con otros cazadores que nos proporcionarán objetivos que cumplir, así como otras misiones secundarias.
Por su parte, el sistema de combate ha sido levemente mejorado, de forma que ahora es más dinámico, pero las batallas siguen careciendo de ese punto extra para que realmente sean un desafío, todo lo contrario que algunos de los requisitos de las secuencias para conseguir el 100% de sincronización. Tendremos a nuestra disposición el hacha, el arco, la pistola, los dardos, las clásicas cuchichas o las bombas. Podremos hacer uso de ellas y seleccionarlas rápidamente, además, Connor podrá usar a enemigos como parapeto ante un pelotón que disparará sin miramientos o realizar combos muy espectaculares.
Esta dinamización en el combate se ha llevado por delante muchas de las opciones de personalización de anteriores entregas. Ahora no será posible mejorar nuestra salud, y las mejoras de nuestras armas serán escasas y realmente pocas llamativas para invertir tiempo en ellas.
Algo que sí se ha potenciado respecto a las anteriores entregas es la gestión de los recursos. Desde nuestra finca podremos comprar y vender productos, así como crear otros nuevos con la colaboración de ciudadanos a los que rescatemos a lo largo de la frontera. A nuestro barco también podremos añadirle mejoras como más cañones, nueva munición o mayor distancia de alcance.
Cara y cruz de Anvil
El motor gráfico de la saga se ha puesto a punto para esta entrega, aunque debemos decir que esta revisión en una infinidad de ocasiones brilla por su ausencia. A los primeros minuto de jugar quedaremos sorprendido con la fluidez con la que el motor es capaz de mover a tantos personajes en un entorno con un gran nivel gráfico. Si avanzamos un poco más, al llegar a Boston, toda la buena impresión causada en los primeros minutos se nos esfumará al ver una densa niebla recorriendo la ciudad, una niebla que no está para ocultar defectos gráficos y que forma parte del ambiente, pero que nos deja frios hasta que realmente accedamos a las calles de la ciudad y veamos que todo sigue como antes.
El motor gráfico se muestra a partir de entonces en un sinfín de fallos que realmente entorpecen su buen hacer. Nos encontramos con unos modelados y unas animaciones faciales muy trabajadas, junto al clásico popping, algo a lo que estamos acostumbrados en este tipo de títulos sandbox y que en esta entrega no está tan acusado. Lo que es imposible pasar por alto es la gran cantidad de bugs, a pesar de contar con un parche desde antes de su lanzamiento. Estos bugs afectarán a casi cualquier ámbito del título. Nos encontramos con momentos en los que un personaje habla, pero no hay ningún tipo de animación facial, momentos en los que enemigos comienzan a brotar sin tener fin, personajes que desaparecen en cambios de plano, e incluso bugs que afectan a la jugabilidad, teniendo que reiniciar secuencias completas o perfiles online.
Cuando la partida no se ve afectada por bugs estamos ante un juego con un aspecto gráfico que impresiona. Basta con trepar a un árbol en la frontera para comprobar su distancia de dibujado y la inmensidad de la extensión que podemos recorrer a pie o a caballo o comprobar como el ciclo día y noche se adueña del entorno, sin olvidar el cambio estacional y su influencia sobre el terreno.
Ingresa en Abstergo
Como ya es habitual, contamos con una modalidad online que nos permite partidas de 8 jugadores y que recupera al completo las pautas marcadas desde la hermandad. En esta modalidad deberemos prestar más atención al entorno y a la estrategia que a la acción directa.
Esta entrega cuenta con dos grandes modalidades. Por un lado estarán los modos todos contra todos, entre los que están 'Duelo a muerte', donde deberemos localizar a nuestro rival sin brújula ni ningún tipo de ayuda extra, 'Se busca', un modo muy similar con la particularidad que, a mayor rango, mayor número de perseguidores. Por último estaría 'Asesinar', donde podemos acabar con el enemigo que queramos.
Por otro lado están los modos por equipos, donde encontramos la particular versión del capturar la bandera, llamada 'Asalto al artefacto', 'Dominio', donde deberemos capturar y defender zonas del mapa y por último 'Cacería', donde un equipo será el cazador y el otro el cazado.
Todos estos modos se juegan en entornos no excesivamente amplios basados en escenarios del modo campaña. Cuanto mejor nos integremos con ellos y ejecutemos nuestro asesinato mejor puntuación recibiremos, pudiendo así subir de nivel y mejorar a nuestro personaje con diversas habilidades entre las que están bombas de humo, pistola, clonar a un personaje del entorno, disfrazarnos o hackear el Animus. A medida que avancemos iremos obteniendo puntos abstergo con los que comprar habilidades, algunas bloqueadas a determinados niveles, incluso acceder a determinados documentos de Abstergo que nos permitirán conocer más sobre esta multinacional.
Quizás lo más llamativo de esta modalidad se encuentre en los eventos que periódicamente Ubisoft lanzará para el título. Actualmente tiene lugar uno para el modo campaña, pero contaremos con esta clase de retos en el modo multijugador donde por llegar a determinado número de bajas o completar diversos asesinatos especiales obtendremos nuevas características.
Una entrega a la altura
Como ya es habitual, el título nos llega doblado a nuestro idioma con un excelente nivel, mención aparte los momentos en los que Connor comienza a hablar en su lengua materna, rematando un título que, de no ser por la enorme cantidad de bugs que entorpecen su desarrollo jugable, estaría en una posición más alta entre los títulos indispensables de este año.
Ubisoft ha querido ofrecer mayor libertad y con esta entrega lo ha conseguido. La frontera y sus misiones secundarias, las batallas navales y los contratos con los distintos clubs nos pueden dar horas y horas de diversión sin llegar a tocar su modalidad online, pero unos meses más de testeo para no manchar todo este aspecto hubieran perfeccionado un título que, a pesar de ellos, para todo fan de la saga es la entrega que llevaban esperando desde hace muchos años.
Lo mejor:
Las batallas navales. Todo un acierto.
La hacienda y la frontera, lugares para perderse una vez finalizado el título.
El elenco protagonista.
Lo peor:
Numerosos bugs, demasiados para no tenerlos en cuenta.
A pesar de las incluidas, se echan en falta más novedades.
Menor personalización que en anteriores entregas.