El 10 de Mayo 2018 | 21:58
Cada vez que leáis algo sobre 'AO International Tennis', el encabezado será similar. Que si llevamos nosecuantos años sin un simulador de este deporte, que si ya era hora, que si con 'Mario Tennis' no teníamos bastante, que si echamos de menos 'Virtua Tennis'... pues llegó la hora de la verdad, ya está aquí el juego que en su momento apareció en Oceanía bajo el título de 'AO Tennis'. Y ya podéis quitaros los pájaros de la cabeza: el resultado no es lo que esperabais, ni lo que esperábamos ninguno. De hecho, quien suscribe debe decir que la reacción personal ha sido de una gran sorpresa... para mal. ¿Queréis saber por qué? Acompañadnos.
El tenis es bonito. Pero en este caso, no mucho
Jamás supeditando la calidad de un juego a su aspecto gráfico, lo cierto es que si nos venden un título como algo extremadamente realista, uno no se espera poner la consola y sufrir una impresión como la de 'AO International Tennis'. Y es que apareció como el videojuego oficial del Open de Australia, aunque luego se le añadiese lo de International para hacerlo más... pues eso, más internacional. Y si metemos a Rafa Nadal, pues ya está la jugada hecha. Ya en su momento, por aquellos lares, la cosa no cuajó demasiado, así que el equipo de desarrollo decidió tomarse 4 mesecitos para arreglar el estropicio y mandarnos para este lado del globo terráqueo un producto más trabajado. ¿Lo han conseguido? A ver, han mejorado cosas. Pero en opinión de los aquí presentes, no las necesarias.
Las cosas claras y el chocolate espeso: los campos se reflejan con una simplicidad algo preocupante, y el modo de recrear a los tenistas famosos es cuanto menos llamativo, por la caracterización tan forzada de las figuras y los movimientos tan poco naturales que notamos dese el instante en el que pisan el césped. Incluso el público, para estar basado en una de las competiciones de más renombre de aquella zona, es simple como habría sido reflejado hace unos años. Lejos quedan 'Top Spin' y compañía. Pero volvamos a esta entrega de raquetas y... pelotas.
El control es un auténtico dolor de muelas
Antes de decir nada más: esto es lo que enturbia el resultado, y no lo demás. Y es que si el juego no tiene el mejor apartado gráfico de la generación, tampoco pasaría nada. Pero ajustar los golpes, conseguir un buen resultado y que cada partido sea un éxito es una labor de titanes. No confundamos dificultad con complejidad: en realidad no tenemos tantos tipos de golpe. Sea el plano, el cortado, el top spin o el globo, atinar a la pelota y a la vez apuntar a una zona del suelo con el joystick y también medir la fuerza con el tiempo que eso requiere... más que un simulador parece una máquina de tortura pensada por el tipo ese del 'Brain Training' de Nintendo DS. Que no es que no sea divertido tener un reto, pero cuando se vuelve una maldición, deja de ser llevadero, desde luego.
Luego está lo de llegar hasta la pelota: la animación nos da la impresión de que al jugador le va a dar un ictus de un momento a otro. Por todos los santos, si dan ganas de entrar en la pantalla y bajar a ver si está bien cuando es un tiro muy complicado... todo extraordinariamente ortopédico. Y luego está la congruencia de la velocidad y los tiros: da casi igual el tipo de golpe que hagamos la mitad de las veces y lo rápido que venga la bola. No vamos a solucionar nada. Eso suponiendo que el control responda cuando nosotros esperamos y la bola pueda salir despedida. Mejor no echar las campanas al vuelo, porque se vuelve alto improbable en los momentos de mayor intensidad.
Creación de jugadores, partidos y campeonatos
Juguemos el Open de Australia o cualquier campeonato normal, siempre vamos a sentir que estamos haciendo lo mismo, aunque varíe a veces el orden. Podemos elegir de entre una plantilla de 6 jugadores y 12 jugadoras profesionales o... crear nuestro propio jugador, al que llevaremos a la cima de la competición a través de las diversas fases de los campeonatos. Pero eso no es todo: podremos compartir a estos personajes con nuestros amigos. También podremos usar los suyos. Y podemos configurar nuestro propio campeonato, sus normas, partidos, duración... todo. Al servicio del jugador, y eso está bien. O lo estaría, si el funcionamiento fuese mejor.
No hay partidos de entrenamiento, eso sí, aunque un aparato nos puede tirar pelotas y nosotros ensayar los movimientos con algunas pruebas como las de apuntado a zonas del suelo y varios tipos de tiro. También ensayar movimientos. En general, hay opciones a mejorar, pero no resultan atractivas. Mejor un partido libre, en el que no nos juguemos nada, y una experiencia además altamente configurable (porque por supuesto, podemos hacerlo como queramos). La creación de jugadores, no obstante, tampoco da demasiadas opciones. Pero tanto esto, debe mejorarse. Tenemos muchas opciones además: la "academia" (creación de jugadores), el ya citado tutorial, el creador de estadios (que no estaba implementado en la versión original aún), el Open, el campeonato... y todo puede jugarse con un profesional o con nuestro propio jugador.
Lo mejor:
- Buena plantilla de jugadores.
- La oportunidad de crear jugadores...
- ... y partidos o competiciones.
Lo peor:
- Acertar con el control da dolor de cabeza.
- Técnicamente demasiado modesto.
- Animaciones insufribles.