El 2 de Abril 2015 | 16:04
Hoy os traemos el análisis de 'Ziggurat' en su versión para Xbox One, un juego desarrollado por Milkstone Studios, un estudio de origen asturiano afincado en Oviedo, que salió a la venta el pasado 20 de marzo. Ofrece una mezcla de dosis de shooter en primera persona con mecánica de roguelike, para crear un cóctel explosivo, desafiante y muy divertido. Ahora pega el salto a Xbox One dentro de ID@Xbox, pero el juego también cuenta con su correspondiente versión para PC, que lleva en el mercado desde el pasado mes de octubre del 2014 en Steam Early Access. Los usuarios más asiduos al catálogo de juegos Xbox Live Indie Games, que estaba disponible en Xbox 360, quizás conozcan a este equipo asturiano que desarrollo juegos como 'White Noise Online' o 'Little Racers Street', lanzamietnos que en su día tuvieron una buena acogida tanto por los usuarios como por la prensa especializada.
Dejando a un lado esta pequeña introducción, vamos a centrarnos ya en su nuevo juego, 'Ziggurat'. El título recibe el nombre de un antiguo templo mesopotámico. Estos eran templos formados por varias plantas y con una morfología similar a la de una pirámide, pero sin ese acabado final en punta de los monumentos egipcios. La historia nos pondrá en la piel de un joven aprendiz de mago que deberá superar todas y cada una de las pruebas que se le plantean a lo largo de las cinco plantas del zigurat, para salir airoso, con un gran control de sus habilidades y siendo de esta forma reconocido como una verdadero mago. Eso sí, solo tenemos dos opciones posibles: o superamos las cinco plantas y salimos airosos, o perecemos en el intento y caemos en una fosa común junto a todos los que han desafiado al zigurat. En frío puede parecer que el juego cuenta con una historia detrás que le da algún tipo de sentido a afrontar este temible desafío, aunque esta en realidad no es más que un simple pretexto para soltarnos en este templo, que se convertirá en un macabro y mortal laberinto (tiene un desarrollo procedural) a lo largo de las cinco plantas. Como dirían en una famosa saga de películas: "Qué empiece el juego".
Todo o nada
Dejemos caerá en el olvido cualquier historia que nos hayan explicado anteriormente, nuestro primer y único desafío será sobrevivir a 'Ziggurat'. El gran aliciente, o la verdadera complejidad, es que la única posibilidad que tenemos para ganar es escapar del templo mesopotámico del tirón, dado que si en algún momento alguno de los enemigos o trampas de las mazmorras acaban con nosotros, nos tocará volver a empezar desde cero. A algunos os podrá parecer bien, a otros una injusticia, pero esto es lo que hace realmente divertido al juego, llegando a ser muy gratificante cuando lo conseguimos finalizar (sobretodo la primera vez).
Seguro que a muchos de vosotros se os está pasando por la cabeza que si 'Ziggurat' solo consiste en completar las cinco plantas con sus respectivas mazmorras, podemos estar ante un juego realmente corto, y si bien puede hacerse corto para todo aquel que lo único que desee es completar el juego en fácil. Sin embargo, incluso en el nivel más bajo de dificultad hay verdaderos retos, como puede ser el enfrentamiento con el boss final de la quinta planta, muy duro de pelar aún en la dificultad más baja. Eso sí, limitarse sólo a completar el nivel fácil del juego es rascar simplemente la superficie del título de Milkstone Studios, ya que a medida que aprendes cómo enfrentarte a ciertos enemigos, cómo y cuándo utilizar utilizar determinado tipo de magia... el juego gana muchos enteros, llegando a ser una auténtica locura afrontar el reto de 'Ziggurat' en dificultad difícil o "sin fin" (éste último se desbloqueará una vez completemos el juego en dificultad normal y consiste en aguantar niveles hasta la muerte). A pesar del cambio de sensaciones que es enfrentarse al juego en una determinada dificultad o en otra, yo personalmente creo que al juego le hubiera sentado muy pero que muy bien para alargar un poco su duración, sería un modo extra con más niveles para superar (algo intermedio entre el modo sin fin, y los cinco niveles del modo estándar) o lo que mejor le sentaría creo yo, un modo multijugador cooperativo tanto local como online. Eso hubiera sido una auténtica pasada poder disfrutar de este laberinto en compañía de un colega en el modo sin fin.
Todo está en constante evolución
Otra cosa que se nos pasará por la cabeza en este punto es pensar que si el juego solo tiene cinco niveles puede hacerse repetitivo no, lo siguiente. Pues nada de eso. En Milkstone Studios han hecho un trabajo realmente bueno en este aspecto, primero porque la dificultad de este reto va aumentando a medida que avanzamos, lo que se complementa con la génesis aleatoria de niveles, el laberinto que este nos presenta será diferente en cada mordida que le peguemos un mordisco. Si bien las distintas mazmorras se repiten (de vez en cuando), no lo hacen su distribución o colocación en el mapa, o de los objetos/tesoros que estas aguardaban, así que a pesar de estar en la planta uno, morir y darle a reiniciar, la ubicación de todo el contenido de la misma habrá cambiado. Esto quiere decir que cada vez que juguemos los escenarios nos sorprenderán con distintos desafíos y enemigos, e incluso lo que resulta todavía más llamativo es que los distintos jefes finales de las plantas no son siempre los mismos sino que irán saliendo aleatoriamente hasta llegar al quinto Boss. En esa ocasión el enemigo al que deberemos enfrentarnos para escapar con vida de esta trampa mortal no variará, aunque gracias a su diversidad de ataques nos costará ver dos combates iguales contra él.
Personajes para todos los gustos
A nuestra disposición para hacer frente a esta aventura tendremos un buena abanico de personajes, en total son doce, se nos presentan en forma de carta y como es obvio en estos casos, cada uno de ellos cuenta con sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, mayor cantidad de magia para poder realizar un mayor número de ataques con la varita antes de recargar, o mayor cantidad de maná, de vida, etcétera. Aunque muy a nuestro pesar, el único que tendremos desbloqueado en un inicio es el aprendiz, que podríamos decir que es el personaje básico, con todos los stats a un nivel normal, y sin ninguna habilidad que sobresalga especialmente por encima de otra. Para desbloquear al resto de personajes deberemos realizar una serie de desafíos que nos marca el juego, y que pueden ir desde matar un determinado número de monstruos, a infligir una cantidad de daño concreta con el arma o magia indicada.
La varita será nuestra mejor amiga
En cuanto nos suelta en el primer nivel del zigurat la única arma con la que contamos, como buenos magos que somos, es nuestra inseparable varita mágica. A medida que vamos avanzando por las distintas salas que forman una planta, podremos encontrarnos otros tipos de armas distintas. Es tremendamente habitual que en la sala en la que aparezcamos por primera vez, nos encontremos con una de ellas. Las armas que podemos empuñar se dividen en cuatro grupos distintos, por un lado tenemos la varita; por otro un libro de hechizos (que solo nos permitirá realizar un hechizo determinado); un bastón, y un arma a distancia (pistola, granadas...). Eso sí, a pesar de que podemos llevar un total de cuatro armas distintas, lo que no nos está permitido es llevar dos armas o más del mismo tipo, de este modo si portamos un libro de hechizos, en el momento que nos encontramos con otro si decidimos cogerlo se sustituirá.
Es precisamente este toque que le dan las distintas armas al juego, el que otorga una mayor sensación táctica, y una mayor necesidad por parte del jugador para escoger la fórmula adecuada en el momento adecuado. Dependiendo del tipo de enemigo al que nos enfrentamos, veremos que hay una determinada arma que es más eficaz; así como dependiendo también de la cantidad de monstruos que haya en pantalla, nos puede venir mejor utilizar otra distinta. Además, para los momentos en los que nos encontremos más apurados en medio de un enfrentamiento, tenemos a nuestra disposición la posibilidad de realizar un ataque secundario bastante más potente que el ataque principal de la arma, que como es lógico consumirá más energía para evitar que abusemos de él.
No hay dos partidas iguales
Pero sin duda alguna vale la pena volver a recalcar (pese haberlo comentado ya un poco unas líneas más arriba) el que es el gran acierto del juego, lo que hace que te piques jugando no es otra cosa que esa sensación de no saber qué te vas a encontrar al cruzar una puerta, no saber si habrá una arma, un tesoro (estos son unos talismanes que se recargan matando enemigos y nos permitirán recuperar algo de vida, maná, ganar más experiencia...) o simplemente una bandada de monstruos sanguinarios intentando acabar con tu vida, y lo más divertido en caso de ser monstruos... ¿qué clase de monstruos? Las salas se generan aleatoriamente en cuanto iniciamos el desafío, de esta forma nunca sabremos nada más empezar hacia dónde dirigirnos y no nos tocará más remedio que ir avanzando a ciegas por las distintas salas hasta conseguir encontrar salida. A pesar de haber distintas clases de enemigos y que estos son combinados en habitaciones de muchas formas distintas, sí habrá algún momento que nos dé la sensación de esta reviviendo una situación pasada, sobretodo con el paso de las partidas.
¿Qué se esconde detrás de la puerta?
La diversión y el reto de 'Ziggurat' radica en lo que podemos encontrarnos en las distintas salas, entre las cuales destacan las habitaciones que nos presentan algún tipo de trampa que nos proponen un puzle o desafío para conseguir un tesoro, por ejemplo atravesar una sala repleta de lava saltando de piedra en piedra o pasar por otra con unos cilindros infestados de cuchillas que se mueven a toda velocidad. Luego encontramos las habitaciones donde una serie de enemigos nos tenderán una emboscada, y ahí la cosa se pone peliaguda. Estos retos tienen una gran variedad de posibilidades que van desde la clásica mazmorra en la cual solo nos aparecen un tipo concreto de enemigos y cuando los derrotamos podemos irnos, a otras que combinan distintas clases de monstruos. Pero de este tipo de salas, las más divertidas son las que causan algún efecto, ya puede ser desde que la pantalla se vuelva totalmente negra y debamos limpiar la habitación completamente a oscuras, a otra más raras como puede ser que se pixele toda la pantalla y tengamos que jugar esa zona como antaño. A modo de anécdota os contare que la primera vez que entre en una sala de estas que quede bugueado en la puerta ya que avance poco se pixelo la pantalla, me despisto por completo, se cerraron las puertas y no me podía mover.
En cuanto a lo que nos vamos a encontrar cuando divaguemos por las distintas plantas del zigurat, solo nos queda hablar de las salas que no guardan ninguna sorpresa desagradable para el jugador, y es que podemos encontrarnos desde alguna zona completamente vacía en la cual no tengamos nada por hacer, otras que simplemente son de paso y están repletas de pinchos, incluso alguna en la que podemos encontrar la llave del portal que nos permite invocar al boss final de la planta.
La experiencia vuela...
Lo que me ha gustado menos es el sistema de progresión de personajes. Sí veo interesante la forma en la cual podemos ganar experiencia, obviamente esta experiencia nos la proporcionan los enemigos que vamos derrotando a lo largo de las distintas mazmorras que nos encontramos, pero no ganamos esa experiencia directamente sino que cuando un enemigo muere, suelta una serie de objetos que van desde pociones para recuperar salud, esferas azules o verdes para recuperar maná y energía u otras amarillas que son las que nos otorgan la experiencia. La clave está en que pasado un corto periodo de tiempo si no las hemos recogido desaparecen, esto hace que aparte de preocuparnos de no morir, también tengamos que preocuparnos de lootear todo lo que podamos si queremos salir airosos. Creedme, necesitareis ganar experiencia para progresar, desde mi punto de vista es realmente muy aconsejable no dejar una sala con enemigos y conseguir el máximo nivel posible, ya que en la última planta nos resultará muy útil. La parte de este sistema que no me gusta comienza cuando llega el momento de escoger nuestra bonificación por subir de nivel, ya que estas son totalmente aleatorias. En esta ocasión 'Ziggurat' nos dará a elegir entre dos cartas distintas, cada una con su mejora, estas van desde mejoras permanentes como puede ser aumentar el 20% de tu salud máxima, u otras temporales como puede ser recuperar todo tu maná. Esto elemento aleatorio me molesta, ya que en ocasiones te ves abocado a coger una mejora simplemente porque la otra te ofrece recuperar salud que tienes a tope, por ejemplo. Es un sistema que nos obliga a amoldarnos al juego y no al revés, pero no funciona al 100%.
El juego técnicamente cumple su cometido
Ya hemos hablado de todas las posibilidades que nos ofrece 'Ziggurat' a nivel jugable, ahora solo nos queda por analizar qué tal se comporta el juego de Milkstone Stuidos en cuanto a prestaciones técnicas se refiere. En el apartado visual el juego cumple bastante bien, con modelados sencillos pero eficaces donde destacan los enemigos por encima de todo, ya que las salas son parecidas entre ellas y suelen estar bastante vacías. El mayor problema está en los combates con el jefe final de la quinta planta, ya que cuando invocaba a sus secuaces y empezaban a aparecer muchos enemigos en pantalla, el juego se ralentiza de una forma bastante sería. En este punto sólo tenemos dos opciones: o limpiamos la zona de enemigos, o nos adecuamos a este "nuevo sistema de combate". A parte de esto, y del bug de la puerta que os comente unas líneas más arriba, no me encontré con ninguna otra situación anómala.
No sobresale en el apartado sonoro. No hay ninguna pista de la OST que se quede guardada en tu mente y la tararees mientras vas por la calle, ni hay ningún sonido realmente espectacular de algún enemigo o arma que cuando lo escuches alucines, nada de eso. Simplemente una banda sonora correcta que acompaña al juego en los momentos indicados, y unos efectos que van acorde con las distintas situaciones que vivimos y padecemos mientras vamos recorriendo todas y cada una de las plantas del zigurat. El audio viene en ingles, pero acompañado de subtítulos y textos en castellano para los momentos en los que quieren transmitirnos alguna información.
Conclusión:
En definitiva, podríamos catalogar a 'Ziggurat' como un buen roguelike que sin duda alguna dará muchas horas de diversión a todos aquellos usuarios que les gusta esta clase de juegos. La gran baza del título de Milkstone Studios sin ningún tipo de dudas es este laberinto que nos presentan y que muta cada vez que decidimos enfrentarnos a él. Si a ello le sumamos el sistema de progresión propio de esta clase de juegos que cuenta con ese punto de azar, esto hace que nunca juguemos dos partidas iguales en 'Ziggurat', haciéndolo realmente divertido y sorprendente. Incluso la gente que no sea muy asidua a este género seguro que disfruta con él. Técnicamente el juego cumple su cometido bastante bien, aunque sin llegar a sorprendernos en ningún momento. El gran "pero" que yo le pongo es que no cuente con ninguna opción de juego multijugador, lo cual podría haber sido un fantástico añadido intentar escapar del zigurat en los niveles más altos de dificultad en compañía de algún amigo. Algo que encajaría perfectamente en una propuesta tan rejugable como esta, que propone muchos retos variados para todos aquellos que quieran conseguir todos los logros, como por ejemplo completar el juego usando solo la varita mágica o completarlo en 45 minutos. Desafíos de todos los colores.
Lo mejor:
-Un laberinto único para cada partida. -Variedad de enemigos y tácticas para afrontar el combate. -El nivel de dificultad aumenta progresivamente. -Un reto muy divertido de afrontar y superar.
Lo peor:
-No tiene modo multijugador ni local ni online. -Historia poco elaborada. -Algunos bugs.