El 25 de Febrero 2020 | 18:22
Un gran grupo de Yoshis adorables y coloridos están en lo alto de la montaña más alta de de la isla. Ahí podemos ver un curioso artefacto llamado el sol de los deseos que es el encargado de dar luz y energía a toda la isla. Todo parece ir bien hasta que Bebé Bowser, acompañado de Kamek, hace aparición en escena y no puede tramar nada bueno. Su plan es conseguir el sol de los deseos para hacerse con todo el poder, pero los Yoshis no piensan permitirlo. El resultado es que el artefacto sale volando por los aires junto a las gemas que le dan poder y todos los personajes que están en la escena. Aquí empieza una aventura adorable y llena de color por los mundos para conseguir recuperar las gemas antes que Bebé Bowser y Kamek.
No cabe duda que todo lo que incluya a Yoshi como protagonista es siempre bonito y está lleno de amor. Pero no todo es la estética de sus escenarios o el cariño que desborda por todos lados en esta nueva creación de la mano de Nintendo. También debemos saber si es más que unos gráficos adorables y un juego bonito, si su historia y sus niveles nos atrapan en un mundo de cartón. Para ello nos adentramos entre las cajas y los Yoshis para descubrir todo lo que puede ofrecer.
La magia del papel
No podemos negar que pese a no ser decisivo, sus escenarios te atrapan desde que inicias los primeros minutos de juego y observas tu alrededor. Un montón de cajas, pegatinas y material de manualidades que parece que acaba de salir de algún libro infantil se abre ante nuestros ojos. Quién habría imaginado que algo tan simple como una caja de cereales decorada con papel pintado podría ser tan bonita y convertirse en el escenario perfecto para que Yoshi lance unos cuantos huevos y busque las gemas por los rincones más inesperados.
Los colores, los materiales usados y lo distinto que resulta cada uno de los mundos hacen que 'Yoshi's Crafted World' se convierta en uno de los juegos más bonitos que podemos encontrar en Nintendo Switch. Pero sobretodo un título original y lleno de magia en cada esquina. Sin duda es un título lleno de vida que transmite alegría y diversión desde el principio, como ya pudimos comprobar en 'Yoshi's Crafted World'[i]Yoshi's Woolly World[/i]' para Wii U, que tenía como elemento principal la lana. Por no hablar del gran juego que le dan a los escenarios pudiendo tener distintos planos de profundidad.
Aunque la historia, como es habitual en la franquicia, se quede un poco corta y sin despertar mucho interés a lo largo de la aventura, es algo con lo que podemos seguir jugando sin miedo al aburrimiento. No es algo que destaque, pero tampoco te da tiempo a fijarte en ella más de enfrentarte a Kamek y Bebé Bowser en alguna ocasión e ir buscando a lo largo del mundo las gemas perdidas antes que ellos. Para conseguirlas deberemos enfrentarnos a unos jefes finales que, lejos de ser complicados resultan muy entretenidos. Eso sí, aunque funciona a la perfección, no han innovado muchos con sus mecánicas y no destacan demasiado frente a los niveles de los mundos.
Desplegando la belleza
Una vez empezada la aventura, podremos visitar una amplia variedad de regiones con diferentes niveles en cada una. Lo más sorprendente de esto es que cada una tiene una personalidad única; ninguna se parece al anterior en nada. Desde los mundos más conservadores con montañas y flores, hasta una auténtica feria con norias que no paran de girar, pasando por regiones donde el agua marcará nuestro camino o incluso selvas que nos obligarán a subir a la lianas más altas. Sin olvidar algunos niveles que nos harán, incluso, perder la gravedad y subir a una nave espacial.
Por lo tanto, no cabe duda de que la originalidad no será un problema de ninguna manera. No habrá un momento de aburrimiento ni de encontrar apenas similitudes entre nivel y nivel. Algo muy importante para no perder el interés en los juegos de plataformas. Pero el nivel de dificultad también juega un papel muy importante en este género; si es muy fácil hará que el usuario pierda el interés rápidamente pero si es muy difícil puede ser frustrante. En este caso, hay un equilibrio muy interesante entre ambas opciones. Al principio parece querer dar la impresión de que será sencillo y sin mucha complicación, pero la dificultad va en aumento a medida que avanzamos por el mapa. No llega al punto de convertirse en un juego digno de 'Donkey Kong', pero es capaz de hacer un aumento progresivo. Para los menos experimentados hay un modo donde Yoshi contará con alas para ayudar a superar los niveles con mayor facilidad.
En todo momento los Yoshis de colores nos ayudarán a vivir una gran experiencia, solos o en compañía, claro. El modo multijugador ofrece la posibilidad de añadir un segundo usuario que nos acompañe durante la aventura, cada uno con un Yoshi de un color diferente. Eso sí, aunque es muy divertido no deja de tener algunos problemas notables, como el comerte constantemente a tu compañero o acabar encima de él cuando saltáis a la vez. Nada que un poco de paciencia no se solucione, pero esos pequeños fallos pueden ser decisivos en algunas fases.
Todo depende del punto de vista
Algo que es muy importante y que no podemos olvidar, es que aunque el juego no dure mucho en su historia principal, sí que dará un poco de guerra si queremos conseguir todos los coleccionables. ¡Y hay unos cuantos! Desde las flores sonrientes que servirán como moneda de cambio para acceder a las nuevas regiones, como las auténticas monedas que nos permitirán comprar cajas y otros medios para protegernos de los enemigos entre muchas más. Eso sí, serán aleatorias y cada una con una defensa distinta. Así que completar el juego al 100% quizá nos lleve unas cuantas horas de más.
Aquí es donde los pequeños poochitos entran en acción. Ellos se encargaran de hacer que queramos rejugar los niveles, pero esta vez... ¡al revés! Estos tres personajes se escaparan por cada nivel y con un pequeño contrarreloj en marcha tendremos que conseguirlos todos. Lo especial de esto es que el mapa estará completamente invertidos, lo que quiere decir que nos adentramos en la parte trasera, como si viéramos el escenario desde bastidores. Una forma original y diferente de plantear los niveles donde veremos cosas que antes no veíamos a simple vista.
Perfectamente adorable
¿Ha quedado claro que es un juego adorable? A nivel artístico es imposible ponerle ninguna pega a 'Yoshi's Crafted World', simplemente no tiene ninguna. Sus escenarios juegan con la profundidad de los mismos de forma sutil pero perfecta aprovechando al máximo el potencial de la plataforma. Sus niveles no dejan de sorprender, tan pronto estás flotando en el espacio como conduciendo un coche con energía solar o huyendo de un terrible payaso. Además del diseño, la dificultad va en aumento llegando a ser más elaborado de lo esperado. Eso sí, jamás pierdes la sonrisa mientras esté en la pantalla.
Así pues, pese a que su jugabilidad dé mucho juego con los coleccionables y los pequeños poochitos, no todo son halagos. La historia sigue en segundo plano como es habitual y aunque tengamos un objetivo claro, no es de vital importancia. Además durante todo el juego nos acompaña una banda sonora demasiado repetitiva que no está a la altura del resto de apartados. Pero no por ello deja de ser una gran aventura que jugar en solitario o en compañía y, con un poco de paciencia, ofrecerá grandes momentos de diversión.
Lo mejor:
- Niveles muy originales y distintos entre ellos
- A nivel artístico es completamente adorable
- Imposible aburrirse con él
Lo peor:
- La banda sonora no está a la altura
- El modo cooperativo puede ser frustrante
- La historia queda en segundo plano