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Análisis de 'Yomawari: The Long Night Collection' para Nintendo Switch, doble horror japonés

ESPÍRITUS DEAMBULAN

Análisis de 'Yomawari: The Long Night Collection' para Nintendo Switch, doble horror japonés

Daniel G. Astarloa Por Daniel G. Astarloa

El 23 de Octubre 2018 | 09:00

Dos videojuegos de horror japonés llegan en un inestimable pack a Nintendo Switch con un único objetivo: aterrorizarte en su noche más oscura.

El género del horror no sólo incumbe al miedo. Cada vez que pienso en él y en el desarrollo japonés no puedo evitar acordarme de Pueblo Lavanda, el mítica ubicación de 'Pokémon' donde el mundo de los espíritus se encontraba con el de los humanos a causa de una desgracia que nadie pudo prevenir. Los escalofríos que me provocaban la música, la extraña ambientación nipona y los fantasmas que te exigían que te fueras me provocaron un aire de angustia y desconcierto, aunque nunca llegara a definirlo como miedo. Era tenebroso. Es justo esa sensación con la que describiría 'Yomawari: The Long Night Collection'.

Este recopilatorio para Nintendo Switch transporta a los jugadores a ese mismo mundo de intranquilidad que describo. Un lugar donde los espíritus y los humanos conectan en la noche más larga, tanto aquellos que sólo quieren descansar en paz como los que nos siguen por los callejones y somos capaces de atisbar con nuestra visión periférica... Pero cuando nos giramos ya no están ahí. No me encuentro cómodo jugando a

'Yomawari: Night Alone' ni tampoco a 'Yomawari: Midnight Shadows', los dos juegos incluidos en este título. Y esa sensación me encanta.

Horrores

Bienvenido a la tierra de los espíritus

De una forma u otra, ambas entregas incluidas en 'Yomawari: The Long Night Collection' comparten una misma base. Debemos sobrevivir a la pesada noche que amenaza con arrastrar nuestra alma hasta el más profundo de los infiernos en un pueblo japonés apartado de las grandes ciudades, en la montaña, donde todavía impera un fuerte poder de otro mundo. Las calles están plagadas de yokai, fantasmas y seres divinos que prosiguen sus existencias de forma independiente a nosotros. El cuánto les disturbe nuestra presencia es algo que no depende exclusivamente de nosotros.

El estilo artístico por el que se decanta la saga es llamativo cuanto menos: los dibujos infantiles son la clave en los personajes humanos y animales, pero las bestialidades de los espíritus recordarán a muchos por qué los fantasmas pueden ser tan aterradores, especialmente cuando hablamos del folklore japonés. Es especialmente interesante ver cómo muchos de ellos varían entre sí, con algunos pretendiendo mostrar su horror con sangre y miembros desconectados, mientras que otros no son más que garabatos dibujados por un niño que se ocultan entre las sombras. En la variedad está el gusto, y como jugadores acabaremos encontrando algún diseño que nos provoque la dentera de no saber bien qué estamos visualizando... Pero que tenemos claro que no nos complace seguir mirándolo.

A esto se suma el hecho de que el título es provocador en sus temáticas. Desde el primer minuto los desarrolladores dejan claro que la narrativa en ambas historias no tiene nada que ver con el estilo inocente con el que destacan las protagonistas. Pérdida, sacrificio y suicidio son temas centrales en los cuentos que vemos con estos juegos, a veces para nuestro disgusto más visceral, otras veces para nuestra ofensa al no esperarlo. Quizás no todo el mundo encuentre el atractivo, pero requiere valor lanzarse con esta clase de cuentos.

Soledad

No estás sola en la noche

Centrémonos en estas historias en un momento, pues tienen mucho más para contar de lo que pueda parecer. 'Yomawari: Night Alone' se centra en la desventura de una muchacha que busca a su hermana en la oscuridad de la noche después de que Poro, su fiel perrito, desapareciera. No tenemos padres que nos vigilen y los fantasmas parecen haber abducido a nuestro único familiar, así que tendremos que atravesar el pueblo entero de cabo a rabo en una historia dividida por capítulos para hallarla antes de que sea demasiado tarde.

La secuela, 'Yomawari: Midnight Shadows', toma un aproximamiento similar pero se atreve a contar su historia de forma más directa. Es el cuento de dos amigas que no quieren que nada en el mundo entero las separe, con todo lo que ello implica. Después de una noche viendo los fuegos artificiales una de ellas desaparece, y con la linterna en mano debemos buscarla a la par que nos planteamos los límites de la amistad y hasta dónde podemos vernos arrastrados de caer en la dependencia absoluta.

Ambas historias resuenan entre sí aunque no estén conectadas y se pueden jugar en cualquier orden sin que afecte de ninguna manera. Lo importante es que las dos toman una narrativa críptica para explicar su mundo, las razones por las que suceden las cosas y por qué las calles de esos pueblos están llenas de monstruos que quieren devorar nuestras almas. Esto es fantástico por un lado: esta clase de narrativas nos invitan a descubrir las historias de forma más personal, aproximando al jugador a que se interese por sí mismo en vez de llenar la pantalla de textos con explicaciones.

Sin embargo existe un gran problema de base que afecta de forma muy directa a prácticamente la totalidad de los jugadores occidentales: para comprender el lore de 'Yomawari' hacen falta fuertes conocimientos de la cultura japonesa. No hablo de un par de nociones y haber jugado otros títulos con yokais como protagonistas, hablo de saber datos, religiones niponas antiguas, ceremonias y rituales que sólo se celebran en lo más profundo de la región. No son cosas que el público general sepa, ni siquiera el más dedicado a los videojuegos. Quizás alguna guía o texto opcional interno en los archivos del juego podría ayudar a orientar a cientos de personas que se atrevan a conocer este extraño mundillo.

Descubrimientos

Muere cien veces

Tanto en 'Yomawari: Night Alone' como en 'Yomawari: Midnight Shadows' se nos expone a toda una amalgama de enemigos a los que debemos acostumbrarnos rápido a su presencia. Los yokai no actúan de forma repetida, sino que encontraremos decenas de obstáculos que se opondrán a nuestro avance con ideas y mecánicas diferentes. Algunos pueden asustarse por la luz, otros verse atraídos por ella; quizás sólo se desplacen indiferentemente de si pasamos cerca, o tal vez se ofendan si corremos a su lado. Hay toda clase de situaciones a las que hacer frente y siempre parecerá que nos encontramos con algo nuevo, especialmente si exploramos los pueblos en busca de material adicional fuera de la historia.

El problema con todas estas criaturas es que se mueven por un mismo problema básico: descubrir cómo funciona cada espíritu se basa en el prueba y error. Moriremos muchas veces por no saber cómo reaccionarán nuestros enemigos al no ofrecernos un campo seguro para conocerles con antelación, y peor todavía, no existe ninguna clase de penalización por muerte. Ni siquiera perderemos los objetos que hayamos adquirido justo antes de ser víctimas de uno de estos monstruos, lo que hace que muchas veces el juego nos anime activamente a lanzarnos a los brazos de las amenazas para ahorrar tiempo. Y eso es lo contrario de lo que debería buscar cualquier aventura en el género del horror.

Supervivencia

Conclusiones

'Yomawari: The Long Night Collection' es un título apasionante, uno de esos juegos perfectos para la época de Halloween y poner los pelos como escarpias. No da miedo en absoluto, pero te hace temblar con sus criaturas, conceptos e historia oscura. Es frustrante cómo sus mecánicas se ponen en el camino de convertirse en juegos de verdadero esplendor y, para empeorar la situación, cada uno de los juegos dura entre tres horas y cinco, haciéndolos terriblemente cortos. Pese a todo, son una fuerte recomendación para quien necesite viajar al inquietante mundo del horror japonés.

7,5

Lo mejor:

- Estilo artístico lleno de personalidad.

- Historia atrevida y diferente.

- Diferentes clases de enemigos y situaciones.

Lo peor:

- Narrativa demasiado compleja de desencriptar para el público occidental.

- Sistema de exploración basado en el prueba y error.

- Duración muy corta para ambos títulos.

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