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Análisis 'World of Tanks' en Xbox One

'World of Tanks' salta a Xbox One, la misma esencia del juego que llevamos años jugando trasladada a la nueva plataforma de Microsoft.

Por Xose Llosa 13 de Octubre 2015 | 22:54

Reencontrarse con 'World of Tanks' es reencontrarse con un viejo amigo, mismo regusto pero cada vez que me acerco a él lo encuentro muy cambiado. Me subí al carro de combate en tres ocasiones diferentes. La primera de ellas con el boom del juego en su versión para ordenador hace ya bastante tiempo, en aquel entonces 'World of Tanks' era un juego sorprendente porque no estábamos acostumbrados a ver un título de este acabado bajo el modelo free-to-play. Hoy día el modelo de negocio ha evolucionado a la vez que se ha popularizado, pero no se puede obviar que la apuesta de Wargaming en este campo fue la primera que avanzó con un paso muy firme. Luego me uní a la batalla con el salto a Xbox 360, una nueva rareza ya que si bien en por esos años en el catálogo de ordenado el free-to-play comenzaba a ser algo familiar, en el terreno de las consolas se antojaba todavía extravagante. Con el salto a Xbox One lo más interesante de 'World of Tanks' es que es una versión conectada con la de Xbox 360, de tal forma que si en su momento jugamos en la anterior consola mantenemos nuestra cuenta, y además los servidores para el juego en ambas plataformas están cruzados, por lo que hay una base muy asentada de comunidad desde un primer momento.

Los tres grandes momentos de 'World of Tanks'

Tres momentos clave para 'World of Tanks', no obviemos que se trata de uno de los juegos más jugados del planeta, y una evolución sin descanso con el título estrella de la compañía. Con el paso de los años ha habido muchísimos cambios en 'World of Tanks', desde el modelo de negocio que hace ya algún tiempo se adaptó a los eSports poniendo sobre la mesa un sistema de pagos muy poco intrusivo, hasta el número de carros y posibilidades que no han dejado de crecer. También en lo técnico el juego ha visto una evolución, hasta tal punto que la versión de Xbox One en lo visual encaja con los tiempos. No es top técnico, pero cumple perfectamente.

'World of Tanks', para los que se acerquen de nuevas a la franquicia, es un juego de combates en tanques, obviamente. Cada jugador en el campo de batalla pilota un vehículo de combate, el juego es f2p por lo que tenemos una gama de tanques que podemos seleccionar sin desembolsar ni un euro, y distribuidos en equipos nos enfrentamos en batallas en las que prima más la inteligencia que la habilidad. 'World of Tanks' es un juego técnico y profundo, a la vez que adictivo. No es 'Twisted Metal', no se acerca en ningún momento a lo que podríamos considerar jugabilidad arcade, es un título que se siente cómodo del lado de la simulación, y que da muchísimo valor a las facetas técnicas de la partida. Los carros de combate son modelos reales, y la contextualización que nos ofrece de cada vehículo es detallada hasta niveles enfermizos -con textos en perfecto castellano-. De esta manera, el fanático de la historia bélica encontrará una colección de carros de combate increíblemente grande a estas alturas, e increíblemente documentada. Así, esta meticulosidad documental responde a dos necesidades: por un lado a satisfacer el interés del curioso del contexto bélico, por otro lado a poner sobre la mesa un juego de estadísticas y matices técnicos sobre el que asentar las diferentes configuraciones entre cada carro de combate. De esta manera, cada vehículo está adaptado a una manera muy concreta de jugar y sigue un rol en la partida.

La comunidad que viene cultivando

Lo que tenemos entre manos es un juego que vive gracias a que millones de jugadores lo juega de manera habitual. Estamos analizando el desembarco de la versión de Xbox One, ya está disponible, pero lo que recoge ahora la sobremesa de Microsoft son años de bagaje, con lo que tenemos una propuesta jugable de profundidad suficiente para intentar convertirse en uno de nuestros títulos habituales, y lo más importante, con el contenido que hoy tenemos sobre la mesa Wargaming ha logrado crear una legión de jugadores asiduos. Lógicamente tenemos que familiarizarnos con esa faceta técnica, cultivar esa paciencia del jugador que sabe esperar su momento, pero si encajamos en esta fórmula muy probablemente podamos convertir 'World of Tanks' en uno de los juegos recurrentes de nuestra biblioteca. Este es un muy buen momento para subirse al carro, ya que una de las novedades de la versión de Xbox One es la posibilidad de enfrentarnos en combates PVE, de esta manera podemos jugar contra la máquina, lo que nos servirá a modo de tutorial bastante completo para coger rodaje antes de salir al campo de batalla con jugadores de carne y hueso.

La otra novedad más importante de la versión de Xbox One viene del lado del control. Heredero del sistema de Xbox 360, en Xbox One ponen sobre la mesa un control más depurado. Yo ya me sentía cómodo con la adaptación al mando en Xbox 360, pero sí es cierto que ahora se siente más accesible. Los jugadores de Xbox One y Xbox 360 no están cruzados con los de ordenador, por lo que en ese sentido no existe la descompensación que en un juego como este puede venir al comparar el uso del mando con el del teclado y el ratón.

En conclusión

A fin de cuentas sobre la mesa tenemos el 'World of Tanks' que ya conocemos con un salto aceptable a los 1080 de resolución a 30 cuadros por segundo, un par de añadidos interesantes en forma de enfrentamientos PVE y mejor del control, y al final un juego que viene a recoger un legado de años de evolución con cientos de carros de combate a la espalda. Un título árido para el jugador nobel, pero que tras esta dificultad en los primeros compases esconde la profundidad necesaria para poder convertirse en uno de tus juegos habituales. Un juego multijugador diferente a lo que estamos acostumbrados a jugar, con una comunidad muy nutrida gracias a que la versión de Xbox 360 y la de Xbox One comparten servidores. Como siempre con los free-to-play, merece mucho la pena darle un tiento.