Hace apenas un par de semanas escribía una Retro Zona repasando el maravilloso y lejano año 1996. El 20 aniversario del año más revolucionario decía. Pues tengo que admitir que, aunque 'Wild Guns' no apareció en aquel artículo, bien podría haberlo hecho. Más que nada porque el título original de Super Nintendo, desarrollado por Natsume (conocidos también por ser los padres de la saga 'Harvest Moon') apareció en el mercado europeo justamente en octubre del 96. Un título muy original, rompedor, y hasta personal, que de la mano de una ambientación western, nos proporcionó una experiencia a caballo entre un arcade de acción y plataformas de la época (por ejemplo al estilo 'Metal Slug'), y lo que años más tarde acabaría desembocando en todo un género de moda: los juegos de pistola a lo 'Time Crisis'.
Un renacimiento, en exclusiva para PS4
Y justamente por todo eso, fue una gran noticia que Natsume anunciara una revisión del clásico de SNES para las consolas actuales. En este caso, en exclusiva para PS4, en formato digital, y a modo de remasterización. Esto último, es importante dejarlo claro porque hay que recordar que en su día, 'Wild Guns' ya fue porteado a la Consola Virtual (lo tenéis disponible en Wii U y Nintendo Wii). O por decirlo e otro modo: ahora podemos disfrutar de varias novedades que seguramente harán las delicias de los fans más acérrimos del original, tal como nuevos personajes, niveles, enemigos o la lógica puesta al día a nivel gráfico y sonoro. Pero... ¿vale la pena hacerse con este juego tanto si hemos disfrutado ya del original como si no lo conocemos? Hoy vamos a intentar arrojar algo de luz sobre estas dudas, a la vez que repasamos los puntos más brillantes y negros de esta revisión, que los hay.
En primer lugar, es realmente importante dejar claro que, aún con esas novedades, no estamos para nada ante un remake. Más bien ante un producto capaz de aportar mejoras, pero también consciente de la importancia de mantener la esencia del original intacta. Evidentemente esto puede gustar más o menos en función de las necesidades de cada uno, pero lo que está claro es que se traduce en un título que desprende olor de la vieja escuela desde el minuto uno, tanto a nivel visual como a nivel jugable. Como el propio argumento, que no ha sido retocado en absoluto y que no deja de ser un pretexto para ponernos de lleno a la acción frenética. Así pues, nosotros encaramos a 'Annie' y a 'Clint', los héroes que provienen del original, y nuestro objetivo es vengar la muerte de nuestra familia. Solo que en esta ocasión, se suman a la fiesta dos nuevos personajes: 'Bullet' y 'Doris'. No tienen ningún tipo de contexto argumental, pero no solo aportan mucha mayor variedad al juego, pues sus habilidades son muy distintas, sino que ayudan a que el cooperativo gane enteros. Pero vamos por partes.
Un control duro, pero muy completo
¿Qué es lo que ofrece exactamente 'Wild Guns Reloaded'? Como hemos dicho antes, estamos ante un juego que combina de forma muy interesante el desarrollo de un shooter en tercera persona de aquella época, con los típicos juegos de pistola de luz (como 'Operation Wolf'). Y eso, se traduce en pantalla de la siguiente forma: cada escena es estática, como si estuviéramos en una galería de tiros, y los enemigos van apareciendo por el escenario para que nosotros acabemos con ellos. Tenemos una mira y nosotros no solo la controlamos a ella, sino también al personaje que aparece en pantalla en tercera persona. Cuando disparamos, los botones de dirección mueven la mirilla, mientras que si los pulsamos cuando no lo hacemos, movemos al personaje. Eso acaba desembocando en unos controles bastante duros, pero también muy agradecidos con el jugador cuando este es capaz de asimilarlos, aprender del ensayo-error, y mejorar continuamente.
Por supuesto nuestro objetivo es acabar con las múltiples tandas de enemigos que van surgiendo por la pantalla en los distintos planos. Mientras los que aparecen a lo lejos (la mayoría) deben ser eliminados con nuestra arma, los que aparecen en el mismo lugar que nosotros deben ser vencidos con ataques melee. Y he aquí la mayor gracia jugable del título: su gran dinamismo. Tan temprano estamos disparando a todos los enemigos del escenario, (no solo personajes típicos del Salvaje Oeste, sino también mechas con un estilo steampunk muy chulo), como derrotando matones a patadas, devolviendo dinamitas a los enemigos, o hasta usando nuestro lazo para paralizarlos. La forma que tiene el juego de hacernos aprender a manejar todas esas tareas de forma simultánea, al mismo tiempo que no paramos de esquivar las acometidas de los rivales, es sinceramente adictiva y frenética. Evidentemente también implica una dificultad de la vieja escuela digna de algún que otro cabreo, pero es el precio a pagar por querer conocer uno de los juegos más emblemáticos de aquella época.
Un duelo de forajidos
Por otra parte, los movimientos defensivos que podemos llevar a cabo para esquivar a los enemigos están la mar de bien. Desde saltar (hasta hay doble salto), hasta rodar por el suelo mientras disparamos. Algo que, sumado a ciertas ventajas que podremos obtener de vez en cuando, como nuevas armas que podemos encontrar, bombas que lanzar, o incluso un ataque supremo que nos vuelve invulnerables durante unos segundos (hay que rellenar una barra), acaban sumando mucha más profundidad al título de lo que nadie podría pensar. Porque esa es una de las mayores virtudes del juego: aparentemente es muy plano, pero en realidad esconde una serie de mecánicas que hacen que, dificultad aparte, el juego nunca se vuelva repetitivo. Y eso también se lo debemos a las fases, que resultan muy distintas la una de la otra, no solo a nivel visual, sino también por los elementos con los que interactuar. Desde la fase de la mina, en la que hay que vigilar con las vagonetas que se aproximan delante de nuestras narices, hasta la del tren, en la que los elementos voladores tienen mucha importancia.
Pero... ¿y las novedades? ¿Consiguen aportar un valor añadido al juego, capaz de justificar los 30 euros que cuesta? Tengo que decir que la respuesta es complicada. Efectivamente las novedades existen; y seguramente gustarán mucho a los amantes del original. Pero no solo no consiguen sumar demasiada durabilidad a la parte importante del desarrollo, sino que se quedan a medias en ciertos aspectos. Para empezar, a nivel gráfico estamos hablando de una pequeña revisión que se limita a actualizar el juego en formato panorámico (aunque el resultado es notable, ojo), así como a añadir cierta profundidad a nivel de cantidad de planos o efectos gráficos. En otras palabras: los sprites son prácticamente los mismos, y por lo tanto podríamos estar hablando de lo que podría haber sido una revisión más propia de la generación posterior a SNES, que no de lo que podríamos esperar hoy en día. Para que lo entendáis: esto podría haber sido lo que hubiera logrado en su día la cancelada versión para Sega 32X. Salvando las distancias, claro.
Una delicia para los oídos
Algo más cuidado está el apartado sonoro, que no solo nos brinda una OST excepcional, desde mi punto de vista lo mejor del producto junto a la explosiva jugabilidad, sino que además las melodías han sido remasterizadas de forma muy elegante. Cabe decir que también es posible desbloquear las melodías clásicas (tal cual estaban entonces), aunque el precio a pagar es complicado: hay que pasarse el juego sin utilizar continues... (yo, no lo he logrado). A partir de ahí, también encontramos pequeños extras como la posibilidad de habilitar una opción que activa líneas horizonates para simular una pantalla CRT, aunque echamos en falta los típicos extras del estilo de entrevistas con los creadores, galerías de arte, fases descartadas... Nada que no sea paliable con las novedades más importantes: las que afectan a la jugabilidad.
Como hemos dicho antes, el cambio más significativo es el hecho de que se han añadido dos héroes nuevos. Y lo mejor de todo, es que el cooperativo también se ha ampliado de 2 a 4. Ahora es posible no solo jugar junto a otros tres amigos, sino que también podremos escoger todos un personaje distinto. ¿El problema? El juego gana muchísimos enteros cuando nos juntamos con amigos, y sin embargo el modo cooperativo solo está disponible a nivel local. Y aquí tengo que ser muy crítico: teniendo en cuenta que el precio de salida ha sido de 29,99 euros (y no de 15, por ejemplo), lo mínimo que se le debería exigir es juego online. Para haceros una idea, incluso los clásicos de PS2 que están disponibles para PS4 tienen esa opción a través del 'Share Play' de la consola. Pero ojo, la inclusión de los personajes también es un añadido realmente interesante para jugar en solitario.
La explosiva 'Doris', y el estrafalario 'Bullet'
Por un lado tenemos a 'Doris', un personaje femenino que es capaz de realizar algunas acciones cuerpo a cuerpo inéditas en el juego de otra forma, y que en vez de armas convencionales utiliza granadas para provocar un caos importante en pantalla. Sin embargo, como su propio peso da a entender, es el personaje menos ágil de todos, y se nota a la hora de esquivar o saltar. Y por otro, tenemos a 'Bullet', un perro que va acompañado de un dron, y que resulta la forma más distinta de jugar al juego. Creédme si os digo que es como estar probando algo realmente distinto con este personaje. ¿Su principal ventaja? Aquí podemos movernos mientras disparamos, porque es el dron quien ataca y no el perro. Y además, la visión que tiene el dron (que fija automáticamente blancos) es bastante extensa. Aún así, no recomiendo empezar el juego con él, pues requiere de un aprendizaje importante, y lejos de lo que podríais pensar, escogerlo no implica que el juego tenga menor dificultad. Hay situaciones en las que vienen bien utilizarlo y otras en las que quizá complica las cosas.
Otra historia son ya las fases nuevas. No son demasiadas y no aparecen en según qué modo de dificultad, pero la verdad es que son tremendamente divertidas y originales. Dejaré que las descubráis por vosotros mismos, porque gustarán a los fans del original, pero ya os adelanto que su mayor virtud es la capacidad de hacernos creer que podrían haber estado ya en la versión de SNES. Es decir, que tienen cierta cohesión con las demás, son muy creíbles y sobre todo originales y con enemigos completamente nuevos (lo que aporta nuevo ensayo-error). Lamentablemente, tenemos que decir que la duración del título se explica de la misma forma que se explicaba muchas veces en aquella época: es decir, que si dura más es por su dificultad y no por su cantidad de horas real. Por decirlo de algún modo, si os lo pasarais a la primera (cosa que es imposible), probablemente no os duraría mucho más de una hora u hora y media. En cambio, teniendo en cuenta que hay continues infinitos (mientras hayamos pasado el nivel, no habrá que volverlo a hacer), para ver los créditos harán falta muchas sesiones, para por lo menos entretenernos en la pantalla durante 4 o 5 horas.
Una de cal y otra de arena
Pero el problema más grave no es ese: pues al fin y al cabo, eso implica respetar la esencia del original, y está bien porque el producto va dirigido a ese público. El problema es que hay que pasarlo del tirón y no da opción de guardado. Es decir, que si te pasas 3 horas, en esas horas has conseguido terminar todas las fases menos la última (por decir algo), y luego apagas la consola, tendrás que volver a empezar desde el principio. Y eso ya no me parece una cuestión de ser fiel al original; sino un modo de alargar la durabilidad de un título que tiene un precio demasiado alto para lo que realmente ofrece. Hoy en día no todos podemos permitirnos el lujo de estar 4 horas seguidas delante de la consola, y en un juego como este, en el que las partidas rápidas son tan disfrutables como las maratonianas, la verdad es que cuanto menos es exigible que nos den la opción. Y luego, que la use quien lo crea conveniente, ¿no?
En definitiva, hay una forma muy sencilla de realizar un veredicto: estamos ante un juego muy divertido, que realmente puede resultar adictivo en más de una ocasión. Es variado, frenético, los enemigos y las fases son tan diferenciadas que la experiencia es mucho más profunda de lo que puede parecer, y encima los jefes finales son la caña. La banda sonora es una pasada, la ambientación sigue siendo muy interesante, y a nivel visual es uno de esos juegos que ha logrado envejecer realmente bien. Pero todo eso queda en contraposición con el alto precio que tiene el producto, y la falta de novedades de más peso que lo justifiquen. Además, la mayor virtud del juego: el cooperativo, queda limitado al juego local, y desde nuestro punto de vista eso es imperdonable en un título de estas características hoy en día.
Si hubiera costado 10 euros, otro gallo cantaría, pero teniendo en cuenta que, por poner un par de ejemplos, hoy en día en PS4 podéis comprar cosas como 'Fallout 4' o 'The Last Guardian' por poco más de 30 (o hasta por menos en el caso del primero), la verdad es que la competencia es muy dura, y eso se nota. Cuando esté rebajado se convertirá en un imprescindible para los amantes de lo retro, tanto si habéis jugado al original, como si pretendéis conocerlo por primera vez. De momento, solo compensará a los más fans del original, o del género. Y eso si sois jugadores pacientes, o difícilmente enojables. Sino, su elevada dificultad puede acabar convirtiéndose en el mayor defecto del juego, o por lo menos en el inconveniente más grande para cierto tipo de público.