La frase "a ver cuándo juego a 'Warhammer 40,000: Space Marine' de una vez" es una que recuerdo haber dicho muchas veces durante años. Desde que se lanzó la primera entrega de lo que ahora es una saga de fantásticos juegos de acción se generó mucho revuelo por el fantástico trabajo que habían hecho desde el estudio Relic Entertainment llevando la licencia de Games Workshop al terreno de la acción en tercera persona. La sorpresa fue doble al ver la calidad del juego en un género tan distinto al de la estrategia, donde el estudio ha pasado años brillando.
Nostalgia, balas y sangre
El deseo de comprobar de primera mano qué es lo que le veía la gente a esta suerte de 'Gears of War' de 'Warhammer' nunca se materializó y ha tenido que llegar 'Warhammer 40,000: Space Marine 2' de Focus Interactive para que al fin pueda reconocer lo impresionante que es este universo, lo brutales que se pueden ver los juegos en la actual generación de consolas y lo mucho que necesitábamos un juego como este, con una campaña repleta de acción, momentos memorables y mucha, mucha violencia.
Aunque se parezcan bastante menos de lo que parece, es dificilísimo no pensar en 'Gears of War' y la época de Xbox 360 cuando comenzamos el modo historia de 'Warhammer 40,000: Space Marine 2', pues hay muchas mecánicas y conceptos que parecen extraídos directamente de aquella época. Volvemos a encarnar a Titus, un ultramarine caído en desgracia que va a volver a ganarse el respeto de sus hermanos y el mismísimo Emperador haciendo lo que mejor se le da, enviar a sus enemigos al infierno del que jamás debieron salir.
Una de las cosas que más me sorprendieron al completar la historia del juego es lo poco que usé las armas de fuego en sus misiones. El primer elemento que diferencia considerablemente esta historia de la de Marcus Fenix es lo que predomina el combate cuerpo a cuerpo sobre los tiros. Por supuesto que hay todo un arsenal de armas con las que disparar, muy gordas y peligrosas a nuestra disposición, pero la introducción de mecánicas como la esquiva y el bloqueo perfecto hacen que combatir contra los enemigos espada de energía en mano sea algo inesperadamente satisfactorio. Por supuesto a esto ayuda una repertorio de ejecuciones de una violencia considerable.
Y si de algo entiende 'Warhammer 40,000: Space Marine 2' es de espectáculo. Puedo afirmar sin miedo a equivocarme que es de los juegos más espectaculares, visualmente hablando, que he jugado desde que PS5 llegó al mercado. Por supuesto que la cosa tiene truco, porque los escenarios son estremecedores, pero no dejan de ser pasillos con fondos llenísimos de detalle pero que muestra lugares que no se pueden explorar. Esto no ha evitado que me pasara horas mirando al infinito y quemando el modo foto, sintiendo una fascinación que no sentía desde que la franquicia 'Destiny' llegó a mi vida.
Y cuando crees que la campaña es más que suficiente para traer de vuelta un tipo de juego que huye del modelo de juegos como servicio, que prefiere ser sobresaliente en unas pocas cosas antes que intentar muchas otras y quedarse a medio gas, es entonces cuando entra el juego en línea a escena con modos cooperativos y competitivos. Ambos apuestan también por hacer las cosas como antes y recuerdan más a aquellas memorables misiones cooperativas de 'Call of Duty: Modern Warfare 2' y al multijugador de 'Gears of War' que a cualquier otra cosa que tengamos ahora en el mercado.
Antes de lanzarse a jugar en los modos multijugador hay que recordar que en el universo 'Warhammer' se pueden hacer muchísimas cosas, siendo una de ellas pintar todo tipo de ejércitos, una pasión que mueve a cientos de miles de aficionados por todo el mundo. Es por esto que no extraña en absoluto descubrir un potente editor de personajes para las distintas clases que el juego pone a nuestra disposición cuando queremos unirnos a otros jugadores. Se puede personalizar con mucho detalle cada pieza de las imponentes armaduras que visten los ultramarines.
Aunque el modo cooperativo se queda un poco escaso de lanzamiento, sus seis misiones cuentan con distintos modos de dificultad y los más elevados son un auténtico calvario. Es necesario especializarse en una de las clases del juego y mejorar sus habilidades mediante un extenso árbol de habilidades (tanto para los soldados como para las armas) para poder hacer frente a los retos más elevados. La presencia de un pase de batalla y futuros contenidos descargables prometen más misiones y nuevos desafíos para que la vida del juego se prolongue más allá de unas pocas semanas.
El multijugador competitivo es la vertiente del juego que menos me ha convencido, pues no existe un equilibrio decente entre las distintas armas y clases de soldados, no resulta especialmente divertido jugar con según que configuraciones de arsenal y las partidas no tienen toda la intensidad o profundidad que podrían con la gran base jugable de la que goza el título.
Conclusión
En definitiva, 'Warhammer 40,000: Space Marine 2', ha sido una sorpresa colosal, un viaje a un pasado en el que las cosas eran un poco más sencillas en lo que a videojuegos respecta y se agradece este respiro en mitad del mar de FOMO, GaaS y prácticas empresariales que pretenden depredar las horas, el dinero y la atención de los jugadores a cualquier precio. Todavía no he comprobado si el primer juego de esta saga es tan bueno como se dice, pero si es la mitad de robusto que su secuela podemos hablar de una saga impecable.