Análisis de 'Visions of Mana', el precio de la magia

Square Enix no sólo se compone por sus más gigantescas franquicias. La empresa japonesa no se convirtió en la reina de los JRPG a base de 'Final Fantasy' allá en los noventa, sino que creó un catálogo de sagas que, si bien no eran tan exitosas en ventas, desde luego arrasaban entre el público. 'Romancing SaGa', 'Live a Live' y más eran nombres con los que SNES siempre tenía un público asegurado.

En este grupo de sagas reconocibles descansa la franquicia 'Mana', generalmente con entregas menores pero gran pasión por parte de los desarrolladores. 'Secret of Mana' y 'Trials of Mana' están considerados como auténticas obras maestras en su género, y experimentos posteriores como 'Legends of Mana' o 'Children of Mana' cautivaron a fans de generaciones posteriores con una ampliación del universo llamativa. Eso sí, no parecía ser una saga que Square tuviese mucho interés en revisitar, más allá de reediciones y remakes.

Eso ha cambiado por fin en 2024, cuando la desarrolladora Ouka Studios por fin ha tenido el visto bueno para crear una nueva y merecida entrega en la franquicia: 'Visions of Mana'. Por desgracia, su llegada viene con la noticia de su cierre justo antes del estreno del juego. Experimentar esta obra teniendo este dato le da un toque agridulce a la experiencia, pero como sus protagonistas, su sacrificio vivirá por siempre entre los fans de 'Mana'.

'Visions of Mana'

Un sacrificio eterno

'Visions of Mana' toma elementos de todas partes de la franquicia para destacar su identidad. Podemos especular sobre su posicionamiento en la línea temporal, pero lo que es innegable es que razas y localizaciones resuenan con lo que veríamos en entregas anteriores y posteriores. Deja al juego en una interesante posición para seguir hablando de él los próximos años con teorías y especulaciones.

Su trama se aleja de lo que hemos visto antes sobre el Árbol de Maná. Esta monumental planta da vida a los continentes próximos a él, casi como el elemento central por el que todos los seres vivos deben mirar. Hay un coste para ello: cada ciertos años el árbol envía un hada a elegir una serie de sacrificios, uno por cada gran población del mundo, que viajarán hasta el mismo árbol y renunciarán a sus almas para que su energía pueda seguir cuidando del planeta.

Desde el primer momento este conflicto se presenta como una barbaridad por la que debemos combatir, pero no desde la perspectiva de nuestros protagonistas. Ellos se enorgullecen de su inminente muerte y no sólo aceptan de buena gana su destino, sino que lo desean. Es un sentimiento compartido por mucha gente, niños y ancianos que piden al hada por favor, ser elegidos, morir antes que nadie.

Es inquietante cómo se ha normalizado un sistema tan extrapolarizado al nuestro. Hay condiciones que obligan al mundo a funcionar como es: en los primeros minutos vemos las consecuencias de que uno sólo de los sacrificios desista de su labor. Pero incluso así, es algo tan normalizado que cuando surgen personajes que rechazan la práctica los demás les catalogan como cobardes, falsos o villanos. Es una dinámica muy interesante de ver cómo evoluciona a lo largo de la campaña, especialmente para nuestro protagonista, pues significa transformar la visión de un sistema corrupto.

'Visions of Mana'

El mundo de Maná

Ya en su día la franquicia se distinguió de otros RPG rechazando los turnos como modelo de combate, y esta no es menos. Cuando nos acercamos a un enemigo entramos en batalla contra él y sus compañeros, sin ninguna clase de transición necesaria. Atacamos de inmediato y se nos suele recompensar por terminar el enfrentamiento en menos de diez, quizás veinte segundos. Sólo los grandes desafíos y los jefes deberían costarnos más tiempo.

Es un modelo de jugabilidad al que uno se adapta muy rápido para jugar en cualquier momento, aunque está algo falto de profundidad. Cada personaje del equipo se puede controlar individualmente y cuenta con hasta ocho clases de combate. Realmente es más de lo que parece, pues lo que determina realmente nuestro control es el arma con el que se equipen: cada uno de ellos tendrá dos opciones, siendo cuatro de las clases para ese estilo. Más allá de eso no hay combos o especializaciones, sólo el botón de ataque básico, el ataque fuerte y algunas conexiones entre ellos.

Es un sistema que quiere que encuentres tu sitio pronto y juegues con lo que más cómodo estás, pero para los demás puede hacerse algo cargante. La falta de variedad dentro de los movimientos se hace notoria en seguida, y falta algún elemento que dinamice más los enfrentamientos: bloqueos perfectos, esquivas calculadas... El resultado actual es un modelo algo estancado tras varias horas de juego.

Cae pronto en la repetitividad, y no es algo que se aligere con la exploración de los mapas. Llegar a una nueva zona abierta implica ir a los puntos donde un tesoro o punto de interés aguarda, hacernos con un par de coleccionables más en forma de elementos flotantes y cumplir algunas misiones secundarias. Estas últimas son además bastante genéricas: acabar con un grupo de enemigos, hacer de mensajero... Ninguna se puede adelantar de antemano a aceptarla, por lo que da la sensación de poca satisfacción el completarlas.

'Visions of Mana'

Mucho trabajo por hacer

Achacamos una falta de profundidad a algunas de las mecánicas de 'Visions of Mana', pero este es desde luego un juego rico en contenido. Hasta terminar la aventura tenemos perfectamente treinta horas de juego por delante, distribuidas entre varios capítulos de extensión muy irregular entre ellos. Uno perfectamente podrá durarte diez horas completarlo para que otro posterior no ocupe más de veinte minutos. Este ritmo algo extraño se palpa especialmente con la progresión a la hora de desbloquear las clases adicionales.

Tras acabar la campaña tenemos bastante por hacer más allá de la historia. Existen ruinas a modo de desafíos en prácticamente todos los mapas del juego para volver y luchar contra versiones muy poderosas de los monstruos de la zona, así como varios combates secretos que conducen a un superboss particularmente desafiante. Hay jugo que exprimir a la obra, aunque en dificultad Normal se queda algo justo a la hora de otorgar un reto y el modo Difícil va al otro extremo inflando las estadísticas enemigas. Un punto medio habría sido de agradecer.

'Visions of Mana'

Conclusiones

'Visions of Mana' está plagado de problemas que evitarán que esté a la altura de algunos de los RPGs que han salido a la venta este mismo 2024, pero ocupará un buen puesto en la franquicia a la que representa. Esta entrega al fin revitaliza una saga que necesitaba de la atención de Square Enix, aunque por desgracia NetEase no haya llegado a aguantar para otorgarnos un posible siguiente capítulo. Es divertido e memorable, aunque algo plano y repetitivo.