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Análisis de 'Vane' para PS4, alzando el vuelo en plena tormenta

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Análisis de 'Vane' para PS4, alzando el vuelo en plena tormenta

Por Roberto Pineda

El 17 de Enero 2019 | 13:00

Analizamos 'Vane', la aventura que supone el estreno de Friend & Foe, un estudio formado por diversos veteranos de la industria.

'Vane' acaba de aterrizar en exclusiva para PlayStation 4 y es probable que lo haya hecho sin demasiado ruido, algo que no deja de sorprender cuando comprobamos que ha sido desarrollado por veteranos de la industria. Friend & Foe es un nuevo estudio japonés que cuenta en sus filas con creativos que han trabajado en títulos del calado de 'Bionic Commando', 'The Last Guardian', y 'Killzone', entre otros y su estreno nos trae una aventura reminiscente de las obras de Fumito Ueda y, por ende, de aquellos que se inspiraron en él como es el caso de Playdead en 'Inside' o Tequila Works en 'RiME'. Sin ir más lejos, bastó con un par de minutos del vídeo distribuido por el equipo durante la pasada edición del KFG Showcase.

Vane

Alzando el vuelo

Aunque no hace falta ponerse a sus mandos para intuir lo que uno va a encontrarse, hay que decir que de entre todos los títulos en los que se inspira, este es —con mucha diferencia— el más críptico y reservado de todos a la hora de ofrecernos una respuesta para cuestiones como "cuándo, cómo y por qué". Apenas unos segundos después de una pequeña sección en la que vemos como un niño, portando una especie de orbe acaba siendo atrapado por una tormenta que más cercana a lo paranormal que a un fenómeno atmosférico, aparecemos encarnados en un cuervo y, como resulta evidente, lo único que podemos hacer es echar a volar con la intención de echar un vistazo a nuestro alrededor; estamos en algún punto remoto de un vasto desierto.

Personalmente, he decidido tomarme la libertad de dar un pequeño salto y situarme en una sección completamente distinta del juego de cara a profundizar en sus mecánicas, porque estamos ante una experiencia que dura un suspiro y si desvelamos un par de aspectos de su desarrollo, prácticamente estaríamos destripando los escasos momentos de relevancia que 'Vane' nos ofrece. Siendo así, y al igual que hace el propio juego, yo también evitaré responder a esos "cuándo, cómo y por qué". El cuervo no es un personaje por sí mismo; es el propio niño, que posee la capacidad —de manera forzada— de alternar entre ambas formas de vida. Como criatura del aire, nuestros movimientos se limitan volar, posarnos en diferentes estructuras y emitir una llamada para reclamar la ayuda de nuestra bandada con la intención de activar ciertos mecanismos.

Cuando adoptamos forma humana, el juego mejora por momentos y nos encontramos con un "remix" de elementos y mecánicas muy similares a lo visto en 'ICO', 'RiMe' o 'Inside'; empujar objetos, activar palancas, interactuar con diversos artefactos... Algo que ya estamos acostumbrados a ver en títulos que nos plantean un viaje cargado de rompecabezas. ¿El problema? Que aquí no existe un equilibrio capaz de ensamblar todas las piezas y ni los puzles están lo suficientemente inspirados, ni la variedad de mecánicas brilla por su abundancia, precisamente. A pesar de lo críptico que resulta un desarrollo carente de pistas o indicadores de ruta, e incluso valorando que el tamaño de los escenarios resulta más que considerable, al final es inevitable tener la amarga sensación de que todo está planeado para llevarnos por cuatro o cinco situaciones que se repiten a lo largo y ancho de cada sección.

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Como decía un poco más arriba, estamos ante una aventura que puede completarse en poco más de dos horas, salvo que algún rompecabezas se nos resista o no sepamos muy bien qué camino tomar. Es por eso que no puedo profundizar demasiado en sus problemas, ya que adentrarme más allá de la cuenta acabaría con las posibilidades de disfrutar de aquellos que opten por darle una oportunidad. Porque 'Vane' no es un producto defectuoso, ni mucho menos; más bien es algo que ha querido dejarse influenciar por media docena de nombres que todos conocemos, y que finalmente no ha conseguido ni ponerse a su nivel, ni saber exactamente qué quiere ser. Soy consciente de que estas líneas pueden dar a entender que estoy frustrado por esperar algo más, pero nada más lejos de la realidad: me lo he pasado bien durante mi viaje y he vivido un par de momentos muy agradables. Simplemente, me apena ver algo "discreto" proyectado por una base que cuenta con el potencial necesario para concebir algo grande.

¿Los positivo? Sin lugar a dudas su apartado audiovisual. La dirección de arte se funde a la perfección con las —escasas— melodías que nos acompañan durante las secciones más importantes en cuanto a la historia. Una historia cuya narrativa brilla por su ausencia y se lo juega a todo a su capacidad para conectar con el jugador a través de su mensaje. Al final, como sucede en cualquier propuesta de carácter similar, la reflexión corre a cuenta de cada usuario en función de su experiencia y en lo que uno puede ver algo un poco gris o insuficiente, otro puede encontrar un trasfondo maravilloso y capaz de marcarle para siempre y esto es algo que históricamente ha sucedido incluso en los pesos pesados de un género que, indudablemente, no está hecho para todo el mundo.

Vane

Una oportunidad perdida

'Vane' tenía potencial y su punto de partida invitaba a soñar con algo grande, pero lamentablemente no cuenta con argumentos suficientes para situarse cerca de las obras en las que se ha inspira. Este tipo de propuestas suele encontrar su piedra angular en la capacidad para transmitir un mensaje y evocar una serie de sensaciones únicas en el jugador, y es precisamente en ese apartado tan importante donde el juego termina ofreciendo mucho menos de lo que promete durante los primeros compases. No obstante, se trata de un título que, a pesar de sus defectos, se antoja recomendable para todos aquellos que tengan muy claro a qué se van a enfrentar nada más ponerse a sus mandos.

Porque aunque el destino finalmente no sea el que nos habría gustado, al menos el camino ha merecido la pena. Asimismo, y a pesar de protagonizar un estreno más que cuestionable, Friend & Foe demuestra que cuenta con el talento suficiente como para obligarnos a seguirle la pista y seguro que, en un futuro, lo intentarán de nuevo para poner en práctica lo aprendido en esta experiencia tan agradable como desaprovechada.

6,5

Lo mejor:

- El conjunto audiovisual es fantástico.

- Prescindir de consejos o pistas, todo un acierto.

- La modificación del entorno resulta original.

Lo peor:

- El sistema de puntos de control.

- La cámara es muy problemática.

- Irregularidades en mecánicas y ritmo.

- La narrativa está muy lejos de las obras en las que se inspira.

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