El 29 de Marzo 2024 | 20:00
Acertar con un juego de estrategia es más difícil de lo que solemos dar crédito. Es un género en el que debes saber medir la progresión de los jugadores y ofrecer una correcta curva de dificultad muy difícil de mantener. Si te excedes, pierdes a una gran base de potenciales nuevos jugadores interesados en aprender sobre tácticas. Pero quédate corto y el nicho de jugadores, ya de por sí bastante pequeño, descartará su atención por tu obra.
Vanillaware no es un estudio del que nadie esperase un gran conocimiento del género en un nuevo juego. Ya experimentaron con él en su obra anterior, '13 Sentiles: Aegis Rim', pero las secciones de combate de aquel juego tendían a ser muy fáciles y se podían considerar el mayor punto negativo de lo que para muchos era una obra maestra.
No esperaba mucho de 'Unicorn Overlord' cuando anunciaron que se trataría de otro intento en el género de la estrategia. Pero como es habitual con Vanillaware he tenido que corregir mis expectativas. Este es un título revolucionario, adictivo y asombrosamente profundo, perfecto tanto para veteranos estratégicos como novatos tácticos.
Repartiendo democracia
Al contrario que con el mencionado '13 Sentinels: Aegis Rim', la trama y narrativa de 'Unicorn Overlord' son su talón de Aquiles. Tomamos el papel del príncipe Alain, heredero de un reino que le fue negado la noche que un golpe de estado le arrebató la vida a su madre. En los diez siguientes años el traicionero emperador tomópor la fuerza el control sobre los cinco grandes continentes que conforman el mundo, dándole poder absoluto para imponer sus tiránicos planes.
Alain se niega a ese destino. A lo largo de esa década ha entrenado y se ha preparado para reclamar el trono que le pertenece, devolver la libertad a todos los reinos y devolver la paz al mundo. Con nuestro microscópico ejército nos adentramos en tierra enemiga y nos preparamos para conquistar y aniquilar a nuestro paso. A partir de aquí pocas sorpresas nos esperan y la profundidad de los personajes es plana, pero no necesita más para destacar.
Los descubrimientos y giros de trama son secundarios. No porque sean poco relevantes, sino porque el título propone algo revolucionario nada más cumplimos con esa primera misión en el puerto: ve por donde quieras. Sí, este es un juego de mundo abierto, una idea que no suele verse en este subgénero. Es difícil aplicar el principio de poder terminar cuando queramos un título cuando el ritmo narrativo suele ser el centro de la progresión. Pero no aquí.
El castillo donde nos espera nuestro archienemigo es accesible desde el primer minuto, aunque con una serie de peros importantes. Aunque podamos entrar en su territorio el tamaño de su ejército nos supera en grandes cantidades, y para colmo el nivel de sus personajes es tan alto que no necesitarán más que mirarnos para fulminar nuestras tropas en un sólo movimiento. Será interesante ver las estrategias para speedruns y cuánto tiempo requieren para entrenar a una unidad lo suficientemente fuerte como para poder sortear todos los peligros que se asocian a la batalla final.
Medidas estratégicas para situaciones tácticas
Prepararnos para cada batalla exige una buena preparación por nuestra parte. No se trata tanto de subir de nivel nuestro equipamiento y mantener a los protagonistas con un alto nivel de experiencia: la estrategia de este juego tiene varias capas, y todas son esenciales para la victoria, especialmente en el mayor nivel de dificultad. Es muy accesible en los modos más bajos, pero desafiante y enloquecedor en los altos.
Por un lado están las escaramuzas inmediatas. Cuando nos adentramos en un nuevo capítulo de la historia tenemos un gran campo de batalla que cubrir: tomar puntos clave, liberar ciudades, cumplir objetivos secundarios básicos. Tendremos que desplegar hasta diez tropas en batalla, cada una compuesta de hasta cinco soldados de nuestro ejército.
Aquí entra la primera capa: la composición de las tropas. Qué clases predominarán entre esos cinco miembros, quién lidera el grupo y las posiciones en el frente o la retaguardia determinan que un equipo pueda sobrevivir a una pelea o ser aniquilados en un sólo ataque. Con las decenas de tipos de unidades que existen y sus especialidades es difícil mantener un equilibrio, pero las posibilidades creativas son casi infinitas.
Como segunda capa tenemos que gestionar, además, sus movimientos por todo el mapa. Podemos detener la progresión para ordenar y estructurar nuestras estrategias, pero las batallas suceden en tiempo real. Necesitamos cubrir diferentes roles para atacar y defender posiciones con el cuidado de no caer en la trampa que representa.
Belleza táctica
Es mucho a tener en cuenta, pero no conforma el dibujo completo. Comprender 'Unicorn Overlord' en su conjunto es rendirnos ante la tercera de las capas de su combate, la más compleja de todas: las tácticas y habilidades individuales. Este es el sistema más complicado y enloquecedor de todos. Cada personaje aprende habilidades relativas a su clase, a las que hay que sumar las posibles de sus equipamientos. Estas hay que equiparlas, organizarlas por orden de prioridad, ejecutar en base a un máximo de dos condiciones... Es mucho trabajo para una sola unidad, pero trabajan en un equipo de cinco. Hay que sacar una tabla de cálculos para poder calcular las estrategias ganadoras capaces de romper el juego a nuestro favor.
Parece mucho esfuerzo para un sólo juego, pero no se queda sólo en la campaña. Si queremos demostrar que somos los estrategas definitivos podemos ir al coliseo y batirnos en un duelo contra jugadores de todo el mundo. El modo en línea de 'Unicorn Overlord' nos pone en un asiento pasivo para comprobar qué tal se ejecutan las batallas con las tácticas que hayamos organizado, y subir o bajar en la clasificación global dependerá de nuestra inteligencia pura y dura. Es asombroso de ver y sumergirse.
Además de todo esto, 'Unicorn Overlord' entra a las mil maravillas por los ojos y los oídos. El arte de Takafumi Noma y Masami Yanagi se traduce en personajes y paisajes increíbles de ver. Casi cada diálogo del juego merece una captura para que se convierta fácilmente en nuestro siguiente wallpaper. De hecho, el juego permite un modo foto organizando los personajes por clases en los fondos que queramos, dejando desarrollar nuestra imaginación. Y esto por no mencionar la música de Mitsuhiro Kaneda, que consigue alcanzar algunos de sus logros más altos en toda su carrera mediante los temas de batalla y las melodías más tranquilas de lugares clave.
Para rematar la obra, 'Unicorn Overlord' no es un juego corto. Podemos darle fin cuando queramos entregándonos al jefe final, pero la campaña base, en caso de querer liberar los cinco continentes que la componen, nos llevará fácilmente 60 horas de juego en una primera partida. Sumad la rejugabilidad por aumentar la dificultad. Es fácilmente el título más grande de Vanillaware.
Conclusiones
No es difícil imaginar la sensación con la que nos deja 'Unicorn Overlord' tras alcanzar los créditos. Es un juego masivo, mimado en cada uno de sus detalles. Su trama es básica, pero lo compensa con cualquier otro apartado en el que está presente: diseño, arte visual, música, jugabilidad. Es puro arte como sólo Vanillaware sabe hacer y un absoluto must play tanto para amantes de los RPG tácticos como para aquellos que quieran empezar a probar el género.
Lo mejor:
- Desafío en modos de dificultad muy ajustable a las necesidades de cada jugador.
- Gigantesco mundo para liberar y posibilidad de terminar la partida cuando queramos.
- Nivel artístico increíble en los fondos y personajes.
- Modo en línea con mucha profundidad estratégica.
Lo peor:
- Trama descafeinada y algo básica.