El 31 de Enero 2015 | 09:19
Cuando uno se encuentra con un juego como 'Underground' en la eShop de Nintendo y lo juega, la primera impresión que se lleva es que estamos ante una nueva versión de los 'Lemmings', aunque sustituyendo los pequeños bichitos verdes por robots y nuestra mano de "dios" por dos brazos mecánicos.
Conforme avancemos en el juego esa sensación no desaparecerá del todo, pero sí que irá perdiendo algo de fuerza, sobre todo, debido al curioso sistema de control que nos plantean los chicos de Grendel Games: el manejo a través de dos brazos mecánicos controlados, bien por los dos sticks del GamePad de Wii U o bien con el mando de Wii u el Nunchuck, aunque esto es algo especial.
Un control diseñado para ayudar a cirujanos
Que los juegos sirve para mucho más que simplemente para entretener, eso es algo que todos conocemos. Sin embargo, 'Underground' va un paso más allá de esto ya que ha contado, durante su desarrollo, con la ayuda de diversos centros médicos.
Su objetivo es bastante ambicioso y, a la vez, muy curioso: servir de introducción al mundo de la cirugía de forma que, con permiso y perdón de los simuladores destinados para ello, se puedan hacer prácticas de estas operaciones laparoscópicas con el juego.
Esto es debido a su tipo de control, ya que usaremos dos brazos mecánicos, con diversas funcionalidades, que nos permitirán trabajar en el mapeado del 'Underground'.
Eso sí, para que realmente nos sirva como tal, haría falta un periférico para adaptar el control del WiiMote y el Nunchuck. Sin embargo, para un jugador estándar, como podemos ser nosotros, no necesitamos dicho aparato y, aunque pierde algo de su esencia, también podremos hacer uso del GamePad.
Robots y puzles
La historia de 'Underground' no va a dar para Oscar, desde luego, pero no podemos desecharla. Tendremos que salvar a los robots de una especie de almacén, para encontrar al que andamos buscando, el favorito de la pequeña protagonista de nuestra trama.
El desarrollo se realiza solamente con pequeñas imágenes que representan las escenas cada vez que acabamos un grupo de zonas determinadas, y es bastante lenta, e incluso, algo pesada. Pero conforme avancemos, iremos viendo que, pese a ser bastante típica, es capaz de tocarnos un poco la fibra sensible.
Para avanzar en esta trama tendremos que ayudar a los distintos robots atrapados en esta gruta a salir de allí. Para ello tendremos a nuestra disposición dos brazos mecánicos que tendrán varias funciones.
Cada brazo se maneja con una palanca del GamePad y podrá usarse de distintas maneras. Con ella podremos golpear los objetos que nos encontremos en el camino, como el hielo, por ejemplo, y podremos liberar a los robots semiatrapados en ellos.
También podremos golpear partes del escenario para romperlas y hacer que caigan o abrir nuevos caminos. Y esto sin utilizar ninguno de sus accesorios.
Estos serán tres, el taladro, el gancho y la vara eléctrica, por así llamarla. EL primero nos servirá para desenganchar aquellos trozos de escenarios que queramos posteriormente mover o tirar, o bien para eliminar obstáculos del camino a base de taladrar, obviamente.
También tendremos una especia de pinza o garra, para coger objetos y trasladarlos de sitio y, por último, un generador de energía o algo así, que nos servirá para lanzar rayos. Con ellos podremos descongelar, activar o azuzar a nuestros robots e incluso atacar a algunos enemigos.
Estas tres herramientras estarán en cada brazo, y podemos usarlas en cualquiera de ellos, incluso a la vez, si nos es necesario.
Simple, muy simple
Con estos dos brazos, nuestro objetivo es llevar a los robots a salvo desde el punto en el que se encuentren atrapados, hasta la salida.
Nosotros no los manejaremos nunca y no podremos decirles, si quiera, por dónde ir, ya que ellos mismos tomarán sus decisiones basándose en el camino abierto más corto hasta el destino final. De esta forma, si queremos que vayan por algún sitio en concreto, tendremos que tener cuidado del camino que abrimos primero y cual después.
Si, mientras los robots se dirigen a un camino, abrimos otro que es más corto que el primero, la dirección de los autómatas cambiará automáticamente y se dirigirán hacia ese nuevo, aunque hay algunas excepciones.
A veces los robots harán cola para entrar en zonas en las que solo puede accederse de uno en uno, por ejemplo, elevadores. Una vez que ya estén haciendo cola, por mucho que abramos otros caminos o que cerremos el actual, se quedarán ahí.
Esto es algo que fastidia, y mucho, ya que a veces los robots entienden como un camino abierto, un elevador que no está activado, simplemente porque lo hemos activado una primera vez, y esto hace que dejen de ir a otro camino, aunque se lo abramos.
También he encontrado problemas a la hora de manejar los brazos ya que son los que lo hacen todo, desde el zoom (poniendo los dos juntos), hasta el movimiento que podemos darle a los robots.
A veces tendremos que movernos entre diferentes planos en un mismo mapa, y esto nos resultará difícil e ocasiones, incluso habiendo controlado el tema, porque no hay un movimiento que nos permita colocarnos más hacia el fondo o hacia la parte trasera de la pantalla. Tendremos que colocar el brazo sobre el objeto y, si éste impide que podamos llegar más al fondo, se colocará directamente sobre dicho objeto.
No hace falta decir que el control en los planos se puede hacer desesperante a veces, sobre todo cuando tienes que hacer varias cosas a la vez para conseguir abrir un camino determinado tiempo o cerrar algun otro a la vez que obtienes algo.
Dejando de lado este tipo de problemas, tendremos que plantearnos mucho el camino que queremos hacer antes de liberar ningún robot para poder llevarlos a todos hasta la salida y conseguir los distintos coleccionables. Aquí el juego sí que representa un verdadero retro, porque lo que es en su transcurso normal, la dificultad es bastante nula.
Podremos pasarnos las fases seguidas con poco esfuerzo y quebraderos de cabeza ya que, para acabar la fase, vale con que entre un único robot. Si no hemos podido llevar al resto o hemos dejado encerrado a alguno en un camino sin salida, no será motivo para no pasarse la fase... a menos que quieras hacerte el juego al completo.
Eso sí, los gráficos y, sobre todo, la banda sonora, no acompañan demasiado al juego. Los primeros porque, pese a no ser un tipo de juego que requiera algo con detalle, sí es cierto que peca de repetitivo y, a veces, bastante soso. Lo segundo porque no acompaña en absoluto.
La banda sonora pasa muy desapercibida y solo ayuda a que un nivel no sea algo agradable de pasar. Sí es cierto que debe de ser tranquila y relajada, pero algo de personalidad no le habría venido nada mal para hacer la estancia en la gruta algo más amena.
Lo mejor:
Los escenarios son variados. Control novedoso. Sistema 'Lemmings' adaptado a hoy día. Su propósito para con la ciencia.
Lo peor:
Poco uso de la táctil de Nintendo. Banda sonora realmente mala. Historia muy lenta. Fallos en el control de los brazos entre los planos.