Ha llegado el verano, estás de vacaciones, pero tus notas no han sido muy buenas y te toca ir a la escuela de verano mientras tus padres se van de vacaciones sin ti. Decides que tus meses de libertad no los vas a pasar estudiando, en su lugar prefieres viajar al espacio para hacerte famoso y no tener que volver al colegio jamás. Eres el pequeño Terry y la ciudad de Aguardiense se abre ante ti con sus extravagantes habitantes y sus rincones llenos de secretos esperando que los explores. Así de bien es la propuesta con la que arranca 'Tiny Terry's Turbo Trip', el videojuego creado casi en solitario por Thomas de Waard bajo el sello de snekflat.
Días de verano
Llegar a 'Tiny Terry's Turbo Trip' sin conocer nada previamente del juego o su creador puede resultar en una sorpresa realmente agradable. En los primeros minutos el juego te deja claro que te lo vas a pasar muy bien y te vas a reír mucho con las absurdas situaciones y personajes que la aventura te tiene preparados. Tan pronto como el pequeño Terry, que recordemos que es un niño, se presenta en una entrevista de trabajo con el único objetivo de conseguir un coche de empresa con el que viajar al espacio, queda claro que el sentido común va a brillar por su ausencia en Aguardiense, la ciudad en la que transcurre esta surrealista oda a la infancia y las vacaciones de verano.
Nuestra misión principal en el juego va a ser la recolección de un coleccionable llamado turbochatarra con el que vamos a poder mejorar nuestro nuevo coche lo suficiente como para lanzarnos a la fama llegando al espacio a golpe de potencia bruta. De camino a nuestra meta final son muchas las tareas y vecinos que vamos a conocer, aunque todos ellos conocen a Terry de antemano, pues no es precisamente un niño discreto.
Recientemente, os hablábamos de 'Little Kitty, Big City' y en ese texto hacíamos referencia a 'A Short Hike', pues si bien no es el primer juego que optaba por esta suerte de mundos abiertos comedidos que apuestan por la exploración tranquila, pequeñas historias costumbristas y personajes con mucha sensibilidad, sí que quienes han jugado a él lo consideran uno de los mayores referentes a la hora de crear videojuegos con estas características.
El juego de snekflat suma a lo anteriormente citado varias dosis de humor absurdo y surrealismo, lo que unido a su fantástica dirección de arte nos ofrece sobre unas 10 horas de una aventura memorable con muchísima identidad. Entre las tareas que vamos a hacer se encuentra cazar bichos para ayudar a nuestro chiringuito de confianza a incluir un nuevo plato en su carta, robar coches para venderlos y quedarnos con una comisión, comprar sombreros que nos den un extra de estilo, crear mascotas de goma y un buen puñado más de misiones que nos sacarán una sonrisa permanente.
El control es fantástico en un juego que depende tanto del plataformeo, de apurar algún salto puntual para llegar a zonas donde se esconde un poco de turbochatarra, necesaria para conseguir nuestros objetivos y comprar algunas mejoras en la ciudad. La conducción también está presente a lo largo del juego y está llevada con mucho gusto, siendo lo suficientemente firme para que no sea incómodo, pero también lo suficientemente rara como para chocarnos de vez en cuando, creando atascos y explotando coches en mitad de la calle.
'Tiny Terry's Turbo Trip' es un videojuego perfecto. Da gusto jugarlo, da gusto pasar tiempo en su mundo, es agradable conocer a sus personajes, se siente verdadera fascinación cada vez que encontramos un pequeño secreto, una nueva prenda para Terry, una nueva misión secundaria cargada de humor, todo está bien. Especial mención a un trabajo de localización extraordinario con juegos de palabras, expresiones y frases hilarantes que dan un brillo extra al juego muy de agradecer.