El survival horror es uno de esos géneros en los que mucho echamos de menos la existencia de propuestas de corte clásico. A diferencia de otros como el JRPG o incluso los videojuegos de estrategia, la temática del miedo apenas ha logrado proliferar más allá de propuestas de carácter narrativo y alguna que otra recopilación. Cuando echamos la vista atrás y pensamos en nombres como 'Resident Evil, 'Silent Hill' o 'Alone in the Dark', entre otros, no podemos evitar el sabor amargo que supone pasar largos años sin la oportunidad de hallar alternativas capaces —salvando las distancias— de evocarnos los mejores recuerdos de una edad perdida. El título que hoy abordamos no lo consigue, pero lo intenta. Shotgun with Glitters nos presenta 'The Padre', un perturbador rompecabezas cuyas piezas parecen recién sacadas de los nombres citados más arriba.
Sabor añejo... y agridulce
No vamos a entrar en el guion, dado que la premisa es una mera excusa para situarnos en una mansión maldita y ofrecernos libertad para explorar sus confines mientras nos enfrentamos a los peligros que la habitan y desengranamos un sinfín de misterios. La historia no está demasiado inspirada y los errores en la traducción no ayudan a sumergirse en ella, pero hay que decir que cumple con su cometido de mantenernos atrapados con la intención de continuar avanzando. Una historia que normalmente se cuenta a través de documentos que recogemos por los escenarios, acompañados de alguna que otra escena muy ocasional.
Sistema de cámaras fijas —con la posibilidad de alternar entre distintos puntos de vista—, un inventario que nos resulta familiar, ese control pesado y robótico que incluso a día de hoy definimos cariñosamente como tanque y una ingente cantidad de elementos esperando a ser inspeccionados a nuestra disposición. En principio, todo lo que vemos en 'The Padre' logra recordarnos a los grandes mitos del género y podemos decir que los primeros compases resultan tan agradables y prometedores, a pesar de que la gran mayoría de promesas acaban en un saco roto al cabo de unos minutos.
¿Dónde está el problema? Sin lugar a dudas, en el intento forzado de convertirse en un clásico instantáneo sin los medios necesarios para lograrlo. Porque el sistema de control, más que tanque, podríamos definirlo como defectuoso, especialmente en lo que a los combates se refiere. Esquivar enemigos y evitar entablar combate no es algo que muchos no hayamos hecho en alguna ocasión, incluso en títulos de calidad. Sin embargo, aquí se antoja prácticamente vital si no queremos perder la paciencia. Impreciso, tosco, poco inspirado... No es divertido, ni mucho menos gratificante, luchar en 'The Padre'.
Una de las decisiones de diseño que hacen del juego una experiencia interesante es la apuesta tanto por permitirnos alternar entre diferentes ángulos de una misma estancia, como por la selección de comandos asignados a la exploración. No necesariamente debemos acercarnos a un objeto para poder inspeccionarlo o recogerlo; cada uno está marcado por un botón concreto y en caso de pulsarlo, nuestro personaje se acerca de manera automática a por él. La verdad es que no has parecido una idea interesante que evita la confusión en esos momentos en las que encontramos diversos elementos en un mismo escenario, especialmente cuando hay poca luz y no resulta fácil orientarnos.
A pesar de una nefasta ejecución en varias de sus mecánicas, hay algo que 'The Padre' sabe hacer muy bien: invitarnos a progresar en nuestro viaje. Los rompecabezas, que no están precisamente inspirados, nos exigen encontrar objetos clave —generalmente situados en otra ubicación— y volver sobre nuestros pasos en más de una ocasión, eso que conocemos habitualmente como backtracking. Lo mismo podemos decir de los atajos, lugares inaccesibles y la necesidad de hallar esa llave que se nos resiste o dar con ese rincón que no habíamos visto la primera vez que pasamos por una habitación. Como survival horror, el título de Shotgun with Glitters llega a funcionar por momentos, a pesar de que la experiencia se vea lastrada por los diversos problemas que hemos comentado.
Uno de los aspectos más controvertidos del juego no es otro que su aspecto visual, muy particular por el hecho de apostar por una estética cúbica muy cercana a 'Minecraft'. La ambientación ha sido muy trabajada y el resultado es muy satisfactorio, ya que la dirección de arte ha logrado un resultado bastante interesante. Sin embargo, el diseño cúbico hace que haya ocasiones en las que no es fácil detectar qué elementos podemos mover o por qué recovecos podemos colarnos. Es un conjunto extraño con luces y sombras a partes iguales, aunque en gustos no hay nada escrito, por supuesto. Eso sí, lo que no admite interpretación alguna es el rendimiento técnico, que sufre para mantener las treinta imágenes por segundo en Nintendo Switch.
En modo televisión a través del dock la cosa mejora, pero el juego no consigue ser solvente en situaciones de estrés o entornos demasiado recargados, especialmente en aquellos en los que encontramos una chimenea u otras fuentes de luz. Y eso sin ser un portento gráfico, precisamente. En cualquier caso, y a pesar de esta serie de inconvenientes, 'The Padre' es muy disfrutable —no tanto en modo portátil— y todo queda sujeto a la exigencia de cada usuario con el apartado técnico.
Si hay algo que podemos aplaudir a Shotgun with Glitters es la valentía en confiar en una idea íntima que define a su obra: la penalización por morir ¿Qué sucede si perdemos la vida? La primera vez, nada. Las siguientes tampoco, pero si son muchas ¡se borra nuestra partida y nos toca volver a empezar desde cero! Esta mecánica se ve representada por un recipiente que va llenándose con cada derrota. Ya sabéis lo que sucede en el momento en que podemos decir eso de «la gota que colma el vaso». Hay que decir que este factor se puede revertir, pero antes debemos encontrar la manera. Se trata de una decisión un tanto peculiar, pero que hace del título algo con identidad propia. Y es que a una propuesta exigente hay que sumarle la presión añadida que genera el miedo a perder nuestros progresos.
En definitiva: Un reclamo demasiado forzado
'The Padre' tiene un gran problema y no es lo raro que suena su nombre por estos lares. Quiere ser clásico y ofrecer un reclamo que cualquier fan del género es capaz de localizar en cuanto disfruta de cinco minutos a sus mandos. Incluso es posible detectarlo viendo un par de imágenes. Lamentablemente, el hecho de forzar elementos se le vuelve en contra y no solo no es capaz de ofrecer —salvo en algunas ocasiones— una experiencia con sabor añejo; sino que falla en la ejecución de prácticamente todos los ingredientes por los que podríamos definirlo como un survival horror a la antigua usanza. El famoso control tanque era una realidad durante la década de los 90 y algunos títulos han demostrado que puede funcionar incluso a día de hoy, pero aquí han sido hasta un extremo más cercano al engorro que a propuesta evocadora y agradable. Tampoco se pueden pasar por alto sus problemas técnicos, que no se pueden aceptar teniendo en cuenta el discreto apartado gráfico del juego.
En definitiva, el título de Shotgun with Glitters puede ser una opción interesante para los más fieles seguidores de un género que no atraviesa su mejor momento, pero hay que tener claro que tratar de ser clásico no quiere decir hacer cosas mal adrede. Una ambientación interesante y algún que otro puzle pueden salvarle, pero en líneas generales estamos ante una decepción que se queda a años luz de cualquier alternativa similar. 'The Padre' se encuentra disponible en PC a través de Steam y en Nintendo Switch a través de la eShop. Por el momento, desconocemos si acabará llegando a otras plataformas.