Análisis de 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild – DLC 1' para Nintendo Switch

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Análisis de 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild – DLC 1' para Nintendo Switch

Daniel G. Astarloa Por Daniel G. Astarloa

El 4 de Julio 2017 | 23:40

Nos animamos a adentrarnos en el mundo de Hyrule una vez más, en esta ocasión con un gran número de retos y dificultades en el camino.

La frustración es algo difícil de llevar por delante. Nos retiene, molesta, demuestra lo inútiles que podemos ser bajo ciertas circunstancias. Puede ser un sentimiento muy fuerte, para algunos el más poderoso de todos que podría indicar cómo se marca sus vidas. Y por eso es curioso y extraño cómo muchos jugadores lo buscan para enfrentarse a la frustración cara a cara con el objetivo de derrotarla. Es lo que Nintendo nos ofrece con 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild – The Master Trials'.

Esta primera expansión para el juego es en realidad una forma de esperar a lo que vendrá más tarde con su esperado segundo DLC, ya que no hay forma de adquirirlos por separado. El resultado es una serie de extras que no encajará con lo que algunos buscan, pero sí con lo que ciertos desean. Y no, este redactor se niega a hacer la comparación con cierta saga de videojuegos destacada por su dificultad.

Una imagen aterradora

Las cámaras de los secretos

El principal agregado de este DLC es sin lugar a dudas el que da nombre al pack: 'The Master Trials', una serie de pruebas para retarse a uno mismo y conocer los límites a los que es capaz de llegar con nuestro gran aventurero Link. Tras quitar el polvo de nuestro cartucho y retomar nuestra partida somos invitados a regresar al lugar de reposo de la Espada Maestra, donde al ser depositada con su máxima energía acabaremos transportados a unas extrañas cámaras donde nos esperarán enemigos, jefes y otra gran cantidad de obstáculos.

¿Cuál es el truco? Carecemos de todo equipamiento previo y los poderes de los elegidos para superar estas pruebas. No hay lugar para las trampas: comenzamos con nada y en gran medida acabaremos con nada. Cada prueba nos permite pasar lo recogido en la anterior y se agradece para poder manejar en cierto límite recursos como armas y comida, pero todo ello es indiferente. Lo que importa al comenzar cada sala no es nuestro inventario, sino nuestra capacidad analítica para observar el entorno y preparar una estrategia acorde.

Cada cámara nos presenta desafíos nuevos, ninguno de ellos fáciles. Tenemos que pensar en cómo acabar con todos los enemigos existentes guardando distancia y evitando los daños colaterales en la medida de lo posible. Nunca hay una respuesta definitiva sobre cómo afrontar una situación, por lo que las partidas pueden cambiar mucho entre jugadores. ¿No es esa una de las cosas que más atraía de 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild'?

Existe una pega que no puedo pasar por alto. Los desafíos presentados son fantásticos todos ellos, pero juegan con la desventaja de que no resultan del todo desconocido a los jugadores. La mayoría de problemas planteados ya han sido abordados en el juego base con anterioridad, y aunque ahora no tengamos la capacidad para superarlos con una respuesta bruta sí que tenemos la experiencia de nuestra parte.

Dificultad creciente

Renacer como un fénix

Una vez superadas estas pruebas pasamos a poseer el verdadero poder de la Espada Maestra y parece todo hecho. Ya no existe nada en todo Hyrule que sea capaz de hacernos frente: somos la encarnación del héroe legendario, imparables frente incluso a los terribles Guardianes de los que huíamos una centena de horas de juego antes. Así que ¿por qué no mirar atrás y volver a iniciar nuestro viaje con Hyrule?

Nintendo nos ofrece esta opción con el modo Experto, una dificultad con su propio slot de guardado para no tener que perder nuestra partida ordinaria. En un principio parece un modo de juego idéntico al anterior, con algunos enemigos elevados a su siguiente nivel y las armas desgastándose preocupantemente rápido. Así me sentía yo hasta encontrarme con el infernal y puesto a mala leche primer Centaleón en la primera hora de juego.

Voy a ser claro: el modo Experto ha podido conmigo. No se trata de simplemente un aumento de dificultad con enemigos más fuertes, sino que el título recoloca en su mapa algunos elementos como enemigos para dar una nueva experiencia al jugador y castigarle por intentar tomar caminos fáciles. Este Centaleón que menciono está estratégicamente situado para encontrarlo en el camino de un templo a otro por la vía fácil, lo que te obliga a buscar otro camino ya que estos terroríficos centauros tienen la vista de un lince y son capaces de localizarte a cientos de metros.

Lo mismo sucede con enemigos concretos. En nuestra travesía por Hyrule encontraremos muchos Goblins montados en tablas con goblos que, nada más percatarse de nuestra presencia, echarán a volar para atacarnos con flechas elementales y explosivas. Y todos ellos están situados en lugares muy bien pensados por parte de los desarrolladores para no dejar que nos despistemos e intemos hacer las cosas de la forma más sencilla posible.

Terribles jefes

Recolectando reliquias de los muertos

Estos son los dos agregados principales del DLC, pero no los únicos. Además de este gran aumento de dificultad podemos buscar por el reino distintos artefactos y armaduras que equiparnos de juegos anteriores, todos ellos localizables vía pequeños acertijos en nuestro menú de misiones secundarias.

Quizás es que después después de todo lo pasado en las dos pruebas anteriores un servidor se ha levantado más sabio que nunca, pero los supuestos acertijos que se nos proponen son todos excesivamente sencillos y fáciles de descifrar. No son nada complicados y no requieren más de medio minuto pensando, mucho menos con el mapa del mundo abierto frente a nosotros. Quizás quede como una queja algo tonta, pero hubiese agradecido que hubiesen sido rompecabezas más difíciles para seguir el tono del resto de elementos incluidos en el pack.

Tampoco es que estos nuevos trajes aportan algo a la experiencia jugable de igual manera. Sus efectos adicionales ya son aportados por otros trajes del juego más tradicionales y en mejores condiciones con la excepción de dos: la máscara de los Kokoro, que nos ayudará a encontrar las más de novecientas adorables criaturas escondidas en el reino, y la máscara de Majora, que nos permitirá camuflarnos con todos los tipos de enemigos. Quitando esos dos, no existen muchas razones para equiparnos con los nuevos trajes.

¿Te animas con el reto?

Conclusiones

'The Legend of Zelda: Breath of the Wild – The Master Trials' es mejor DLC de lo que muchos de nosotros pensábamos cuando se anunció originalmente. Aporta cierta cantidad de contenido interesante, su reto de las cámaras es interesante y saca lo más atractivo del título a relucir, volviéndonos a demostrarnos por qué amamos tanto este juego en su lanzamiento. Su nuevo modo de dificultad no encajará con todos, pero es una interesante adición para quienes nos animemos a volver a comenzar la aventura y nos guste sufrir con la recolocación de sus enemigos.

Sin embargo, sus nuevos trajes remarcan cuál es el gran problema de estos extras añadidos: la falta de algo nuevo y fresco que aportar. No hay nuevos poderes, los retos ya son conocidos por los jugadores que echaron cientos de horas al juego base y el modo Experto no es lo suficientemente revolucionario como para cambiar nuestra percepción de la obra. Es un buen aperitivo mientras esperamos al segundo contenido de pago que agregará una nueva campaña, pero mientras tanto quizás sea insuficiente para muchos de nosotros.

Lo mejor:

- Gran dificultad y retos inteligentes.

- Modo Experto con su propio slot de guardado.

Lo peor:

- No aporta nada nuevo u original.

- Los trajes no sirven de utilidad en su mayoría.

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