El 24 de Noviembre 2015 | 15:07
Hay un debate abierto, un debate que en realidad me encanta abrir a mí, y es la diferencia entre DLC y expansión. Está claro que si atendemos a la traducción directa caemos en la paradoja, porque toda expansión es contenido en descarga -aunque, como en este caso, terminen también llegando en formato físico-, pero en la semántica del videojuego creo, y a la vez me resulta francamente útil, marcar una línea más o menos clara entre un paquete de descarga (DLC) y la expansión. El DLC es para mí el paquete de mapas y armas, el último skin, los paquetes de vehículos, ese contenido que se roza con los micropagos y que normalmente tiene poco impacto sobre el devenir del videojuego. Una expansión es un contenido con más fundamento, una manera en la que realmente se amplía una experiencia, y que además está claramente desarrollada a posteriori, o pensada para ofrecer un verdadero giro de tuerca sobre una propuesta. Así, estamos en un momento en el que hay una tendencia a volver a las expansiones de antaño, algo ya común en el mundo del PC en los años 90'. Estas últimas semanas hemos acudido a tres o cuatro ejemplos de lo que considero expansión para juegos actuales, y todas habiendo dejado tras de sí un buen sabor de boca. Una es el Rey de los Poseídos de 'Destiny', otra la recién estrenada 'Antiguos Cazadores' para 'Bloodborne', el Bikes de 'Driveclub', y el ejemplo que hoy ponemos sobre la mesa: 'Wild Run' para 'The Crew'.
En un juego como 'The Crew', un título que al igual que 'Destiny' está pensado para vivir en comunidad un periodo muy largo de tiempo, expansiones como esta son clave para mantener saneada la comunidad. Con 'Wild Run' nos enfrentamos a un paquete que cumple dos funciones: la de modificar elementos estructurales del juego, y la de añadir nuevo contenido para el que la compre.
Mejora gráfica
La primera noticia, buena para todos los usuarios actuales y futuros de 'The Crew' es que el juego añade de manera gratuita un remozado gráfico. Ahora la competición en las carreteras norteamericanas tendrá cambios dinámicos de meteorología, lo que es bastante interesante para nuevas pruebas como los Derrapes, y esto viene acompañado con una mejora visual global. La mejora visual es sutil, y sobremanera se percibe en algunos efectos concretos que ahora están mejor logrados, como los desenfoques a altas velocidades. 'The Crew' sigue sin ser un juego que brille en particular por su acabado gráfico, pero lo cierto es que el mundo abierto que ofrece es apabullante. Ya cuando analicé el título de manera original no penalice en exceso el apartado estético, porque la escala que logra al representar de una manera más o menos detalla el mapa completo de los Estado Unidos, da legitimidad suficiente a Ivory Tower para permitirse un acabado gráfico más modesto. Sin embargo, efectivamente sí hay una mejora visual, interesante sobremanera el componente de meteorología, y efectivamente se incorpora para el juego original, no sólo para 'Wild Run', así que en este sentido es uno de los puntos más interesantes de esta nueva etapa en 'The Crew'.
El cambio estructural del juego con esta expansión viene con La Cumbre. El evento estrella que acompaña a 'Wild Run'. Es un cambio estructural porque hace a 'The Crew' caer de lleno en el componente MMO que en el juego original no acababa de presentar abiertamente. Con el título original teníamos más un juego de velocidad arcade que podíamos jugar en cooperativo, la cumbre es el evento típico de un MMO trasladado al género. Se trata de un encuentro competitivo de renovación mensual en el que tenemos que completar fases para acceder, una vez dentro tenemos que marcar tiempos e hitos en las diferentes categorías que nos proponen para lograr recompensas. De esta manera, es contenido claramente pensado y enfocado para el que mes a mes continúa jugando a 'The Crew'.
Más variedad
La otra faceta en la que 'The Crew' da un paso al frente con 'Wild Run' es en su papel como arcade. Con este nuevo contacto con el juego, lo que en general me encuentro es una fórmula más madura que en el lanzamiento original. De la misma forma que con La Cumbre avanza decididamente sobre el camino MMO que estaba claro que debía marcar 'The Run' desde un primer momento, con la inclusión de nuevos eventos y tipos de vehículos, el juego cada vez es más arcade. Ahora ya no sólo competimos en coches a través de carreras callejeras, sino que también hay: monster trucks, motos, eventos de velocidad punta y competiciones de derrape.
Son nuevos eventos determinados para los que necesitamos nuevos vehículos para la ocasión. El drag race es el típico evento americano en el que una esplanada se dibuja hasta el horizonte y midiendo nuestros cambios de marchas necesitamos marcar los mejores tiempos y velocidades; los derrapes son lo que ya hemos visto en tantos juegos desde el Underground de 'Need for Speed', aunque creo que no han logrado un buen tacto para estas pruebas, da la sensación de que el coche es demasiado ligero y tiene más de deslizamiento sobre una placa de hielo, que sensación de derrape, y lo más interesante sin duda es la inclusión de monster truck.
Monster Truck y mejoras de vehículos
Las competiciones en monster truck destacan por tres motivos: el primero es que no están tan vistas como el resto, el segundo es que es una arena con sus reglas especiales, y el tercero, maldita sea, son monster trucks. Con los coches de ruedas enormes entramos en una suerte pista de skate en la que tenemos que puntuar recogiendo medallas y haciendo piruetas con un límite de tiempo. Un modo arcade que funciona muy bien como minijuego dentro del conjunto de pruebas.
Uno de los aciertos de 'The Crew', lo comentamos en su análisis original, es el sistema de mejoras para los vehículos, muy directo pero a la vez bastante profundo. A base de cartas de efectos, al modo de un RPG podemos ir mejorando las stats de nuestro coche con nuevos componentes para motor, caja de cambios, turbo... Esto con la inclusión de las nuevas modalidades de vehículos va un paso más allá, ya que en lugar de haber modelos de coches determinados para correr un draft o una prueba drag, lo que proponen son modificaciones para los coches convencionales. De esta forma yo he desbloqueado para mi eterno Mustang, el modelo monster truck para adaptarlo a la competición cuando era necesario. Esto da homogeneidad a un progresión inteligente en el juego.
Las motos tienen su apartado aparte. Lo cierto es que es lo que más curiosidad me levantaba de la expansión, con permiso de los monster trucks, y a la vez la mayor decepción que me he llevado. Ni la sensación de velocidad, ni la física de las motos, está conseguida en este caso. Sólo cabe esperar que con parches las retoquen.
Conclusión
Así, lo que tenemos en conjunto es una vuelta de tuerca a la fórmula y contenido de 'The Crew', que se mantiene como uno de los juegos de velocidad arcade con más posibilidades del momento. La gran pregunta es si es contenido suficiente para los 30 euros que cuesta el paquete, y lo cierto es que con un precio más ajustado -o el mismo, pero más contenido en forma de pruebas-, habría sido recomendación obligada para todo usuario de 'The Crew'. Con lo que tenemos sobre la mesa, la versión de 'The Crew: Wild Run' está bastante por encima del juego original, así que si queréis entrar en el juego de Ubisoft en este punto, el paquete con la expansión es un muy buen motivo. Si ya tenéis el título original, los que mejor apreciarán este contenido extra son aquellos que lo hayan exprimido a fondo, ya que tiene bastante interés para eventos de alto nivel.
Lo mejor:
- Las nuevas categorías de vehículos son un paso más en la propuesta decididamente arcade del juego. - El evento de Cumbre es un componente muy interesante para jugadores de larga duración. - Que la mejora gráfica llega a todos los jugadores, independientemente de que tengan o no expansión. - El mundo abierto de 'The Crew' sigue siendo imponente.
Lo peor:
- Seguramente se echa falta contenido en forma de mayor variedad de nuevas pruebas, se puede explotar más las nuevas modalidades de vehículos. - La mejora gráfica es bastante sutil. - Quizá un precio demasiado alto para la expansión por separado. - El manejo de las motos es poco profundo.