Análisis 'Teslagrad' para Nintendo Switch. El juego que, como la vida, se descubre jugando

Cuando te enfrentas a un reto que es nuevo para ti son muchas las dudas y los miedos que te asaltan. Uno de los primeros contra los que tendremos que batallar será volar solos; salir de casa y emprender una aventura por nuestra cuenta. Como si saliésemos del tutorial de un videojuego, donde se nos han explicado los mecanismos básicos del personaje y los entornos, y nos tocase afrontar ahora el resto del camino intentando recordar todo lo que hemos aprendido. Algo así es lo que nos plantea 'Teslagrad', la aventura de Rain Games que, tras pasar muy exitosamente por plataformas como PlayStation 4, PlayStation 3, Xbox One y Wii U, llega a Nintendo Switch para reconquistar el territorio que le queda pendiente.

La historia la crea el jugador

Lo primero que nos va a llamar la atención de 'Teslagrad' es que nos empuja directamente a jugar sin explicarnos nada antes. El instinto de supervivencia del ser humano le dicta a seguir hacia adelante, a adaptarse a las situaciones para poder vivir. Cuando nos ponemos a los mandos de nuestro joven protagonista, solo sabemos que tenemos que correr hacia adelante porque nos persigue un misterioso hombre con aspecto sospechoso. Posteriormente, conoceremos qué motivos impulsan a esa figura a perseguirnos, pero por norma general, nuestro cuerpo iniciará los impulsos instintivos si ve que lo que se nos acerca es potencialmente peligroso.

En este título de plataformas y habilidad, el jugador tendrá que ir escribiendo la historia en su cabeza, pues Rain Games ha obviado cualquier línea de diálogo que establezca una idea preconcebida en la cabeza de los jugadores. Como si de la vida se tratase, tendremos que ir descubriendo de qué va el mundo, qué nos puede herir y qué beneficiar a base de experimentar. La información está fuera y nosotros tendremos que caminar, caernos y levantarnos para saber cuál es el camino correcto, o por lo menos aquel que nos hará menos daño y nos llevará hasta nuestro destino último.

Y esto último es literal, ya que la poca información que nos da el juego está recogida en la Torre Tesla, la edificación en la que se desarrolla esta aventura y que funciona en base al electromagnetismo, una metáfora muy buena para hacer referencia a una energía que es capaz de mover las cosas.

Ensayo y error

Y es que ya lo decía al principio: la vida va de experimentar, fallar y volver a empezar. La ciencia misma se basa en el principio de la prueba y el error y en este título se unen ambas para hacernos avanzar. 'Teslagrad' es un título que requerirá de nosotros intuición, habilidad, precisión y paciencia, mucha paciencia. Lo que tendremos que hacer, básicamente, será atravesar los diferentes niveles de la laberíntica Torre Tesla haciendo uso de los mecanismos que ella contiene. El joven que nosotros manejaremos será uno de los últimos de su clase: un Teslamancer, personas capaces de hacer uso de la ciencia, la electricidad y el electromagnetismo.

Debido a un conflicto entre aquellos que usaban estas capacidades y los que no, estos científicos-magos han sido perseguidos durante mucho tiempo y por eso encontraremos todo tipo de obstáculos allá por donde pasemos. En realidad la historia es más compleja que todo esto, pero es tal y como yo he construido mi propio puzle. Quizá algo enrevesado para aquellos que solo quieren disfrutar de un juego sin más, pero todo reto para los que pedimos algo más. Seréis vosotros los que continuéis la historia, porque yo, hasta aquí puedo leer.

Para ir recuperando cada pieza de historia será necesario que nos movamos como pez en el agua por la Torre que he mencionado algo más arriba. Esta está llena de niveles cada vez más difíciles en los que tendremos que jugar con los diferentes elementos que hay en pantalla. La dificultad viene al intentar resolver cada fase antes de llevarla acabo. Habrá trampas y monstruos que nos lo pondrán difícil y aunque tendremos herramientas que nos ayudarán a superar este periplo, seguirá siendo una tarea digna de aquellos con nervios de acero. Tendremos que familiarizarnos con los tropiezos, las caídas y hasta con la muerte, pues iremos a parar al limbo más de una vez. Para superar cada fase solo habrá que intentarlo una y otra vez hasta dar con el recorrido adecuado.

Los poderes de un Teslamancer

Rain Games se ganó a la crítica y al público hace varios años cuando este título pisó por primera vez las plataformas de Sony, Nintendo y Microsoft. Un título en dos dimensiones como este encuentra en Nintendo Switch un entorno casi inmejorable. Los controles de los joy-con se antojan algo pequeños para ejecutar correctamente cada habilidad, pero será cuestión de acostumbrase para que luego el lado mecánico del cerebro asimile las pautas de acción y reacción.

Esta aventura nos lleva a una Europa del siglo XIX que ha evolucionado de manera diferente. Con una estética steampunk, vamos a disfrutar mucho de los entornos pintados a mano, los cuales forman parte de la mismísima historia, ya que nos tendremos que fijar mucho en ellos para ir conociendo más detalles de lo que se esconde detrás del joven Teslamancer. Además, a medida que vayamos recorriendo niveles, encontraremos una especie de teatros de marionetas que serán clave a la hora de entender los orígenes de este juego. Prestad atención, porque como en la vida, pasarán delante de nuestras narices y podríamos perdérnoslos.

Conclusiones

'Teslagrad' ha ejecutado un regreso triunfal en su lanzamiento para Nintendo Switch. El título juega con el handicap de ser demasiado reservado, de ocultarle demasiadas cosas a los jugadores, algo que puede hacer que se pierda el interés. La escasa información que se nos ofrece nos deja huérfanos en un entorno que nos detesta y que en cada rincón esconde una nueva forma de dejarnos fuera de combate. Como digo, esto no es muy diferente de la vida normal y corriente. Uno nunca sabe qué se va encontrar cada día cuando se levanta de la cama. Los obstáculos van apareciendo sin previo aviso y tenemos que aprender a sortearlos. Si no es a la primera, será a la segunda, o a la tercera.