La relación de Japón con Occidente ha llegado hasta tal punto que lo que antes era considerado como un fracaso seguro, hoy puede ser sinónimo de éxito (también ocurre a la inversa, cierto es). Podemos mirar a muchos lados para ver que la cultura nipona está arraigando sobremanera en muchos países del mundo y en España especialmente: comida, tradiciones, idioma, videojuegos, etc. Esta pasión por lo oriental puede haber sido el desencadenante de que Bandai Namco se haya decidido a traer por primera vez la saga 'Taiko no Tatsujin' a Europa, la cual cual solo se había circunscrito a los salones recreativos y a las consolas japonesas hasta ahora.
Y no me extraña que hayan sido reticentes a llevar fuera de Japón una propuesta que ha sido elaborada para un público exclusivamente japonés. No hablo de que se un buen o mal juego, sino de que los jugadores de cada territorio tienen gustos muy concretos, algo que se ha de saber a la hora de localizar un juego, o no, cuando se pone el foco en territorios transoceánicos. A pesar de todo esto, la editora japonesa ha traído a nuestro continente 'Taiko no Tatsujin: Drum Session!' para PlayStation 4 (hay también una versión para Switch), un título divertido, entretenido, pero muy imperfecto.
Todo un descubrimiento
Para los más aficionados a la cultura japonesa, la marca 'Taiko no Tatsujin' les debe sonar bastante y es que es muy popular en Japón. Todo lo que sea una recreativa ostentosa, con controladores especiales y colores y sonidos chillones, vuelve loco a un japonés. En nuestro país, este tipo de entretenimiento pueden tener su público y por suerte es cada vez mayor, aunque tendrían que adaptarse, algo que ahora mismo no se pueden permitir si no quieren perder dinero con la distribución y localización del juego. 'Taiko no Tatsujin: Drum Session!' es un juego musical, de ritmo, en el que solo se tiene que seguir un patrón y tocar el instrumento siguiendo la partitura que aparece en pantalla. Sencillo, ¿no?
Pues en la teoría puede ser, pero en la práctica y dependiendo de la dificultad, puede convertirse en un verdadero infierno. La clave de este juego radica en conocer perfectamente el ritmo de la canción y que, casi con los ojos cerrados, nosotros sepamos reconocer los puntos en los que el juego nos va a pedir que golpeemos el taiko (que no es otra cosa que un tambor que se usa en la música tradicional japonesa). Obviamente, hay que estar pendiente de la pantalla, ya que habrá que saber si golpear el centro del tambor, los laterales o hacer un redoble.
Esta interacción máxima se consigue con un repertorio de canciones que el usuario, por norma general conoce. Ocurre con cualquier título de temática musical (ya sea de tocar la guitarra, cantar o bailar), para sacarle el mayor provecho, hay que saber qué canciones son las que aparecen en el juego. 'Taiko no Tatsujin: Drum Session!' solo incluye canciones japonesas, aunque en su repertorio hay una gran variedad. Para un jugador japonés, o para un gran fan de la música nipona, esto no supone un problema, pero para el resto de jugadores sí. Es este el punto en el que Bandai Namco se arriesga a conseguir beneficios o no. El título incluye música nipona más generalista (de diferentes géneros), también de anime (punto clave para su expansión) y también de videojuegos. Estos dos últimos puntos son los que le han salvado la papeleta a 'Taiko no Tatsujin' en esta ocasión.
Cualquier canción se disfruta enormemente, pero con el elemento competitivo que tiene este juego, ser conocedor de qué temas hay que tocar, para poder batir a nuestro oponente, es clave. Esto no ocurre. Yo me considero fan de la cultura japonesa, pero diría que estoy en el usuario medio que puede comprar este juego para disfrutar en casa y no sacarle provecho. Sin duda, está desarrollado para un tipo de jugador muy, muy concreto.
La experiencia se queda a la mitad
Disfrutar con 'Taiko no Tatsujin: Drum Session' no es complicado, ya que es divertido hasta límites insospechados. Su estética es muy llamativa (y puramente japonesa) y su mecánica simple de entender. Luego solo hay que dar rienda suelta a la locura y llevar algo el ritmo. Reconozco que me ha sorprendido muy gratamente, ya que me esperaba algo bastante más mediocre, muy para un público nicho y, aunque está enfocado para un territorio concreto, es disfrutable por todo tipo de personas.
El problema aparece en las limitaciones del juego, que vienen tanto a nivel jugable como de "potencialidad". 'Taiko no Tatsujin' es originalmente una máquina recreativa con dos enormes tambores y baquetas con los que tocarlo. Esto hace que la experiencia sea redonda, ya que fue concebido para jugarse así. En su paso a consolas, se ha intentado llevar el modo de juego casi intacto, pero el taiko se convierte en un elemento accesorio con el que no cuenta el juego en su edición estándar. Esta ausencia se nota enormemente, ya que es complicado, a partir de ciertos niveles, mantener una coordinación ojo-mano-mando que no resulte frustrante para el jugador, ya que para conseguir una puntuación alta se necesita encadenar combos. Por otro lado, tampoco se le saca todo el partido a la propia esencia del juego.
En lo que respecta al tema jugable, el título escasea en la cantidad (que no en la calidad) de variedad que ofrece. El modo taiko permite interpretar las canciones disponibles (que no son pocas), incluso obtener recompensas tras cada partida. Según los logros conseguidos, se obtiene una ficha de bingo y, con varias de ellas, una moneda. La estructura juego-recompensa está bien definida y el reto de superar niveles superiores invita a seguir jugando, pero siempre de la misma manera. Existe un modo multijugador para intentar superar a jugadores de todo el mundo y clasificarte, pero fuera de eso, nada más. El título para Switch incluye una serie de mini-juegos que habrían hecho mucho más amena la transición entre competiciones.
Las recompensas de este juego son solo accesorias, para personalizar nuestro Don (la mascota de este juego). Van desde modificaciones en el color hasta accesorios y disfraces.
Conclusiones
La propuesta de 'Taiko no Tatsujin: Drum Session!' es todo un descubrimiento para el público Occidental. No es demasiado diferente de 'Guitar Hero', 'Singstar' o 'Dance Dance Revolution', pero el hecho tener una estética tan simpática y una temática puramente japonesa hacen de él un título divertido, interesante y muy, pero que muy, disfrutable a pesar de esas carencias explicadas en el texto. Ojalá que en entregas posteriores (si es que llegan), encontremos canciones dedicadas a nuestro público.