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Análisis de 'Super Cane Magic Zero' para PC, una propuesta tan amable como alocada

PERRETES MÁGICOS

Análisis de 'Super Cane Magic Zero' para PC, una propuesta tan amable como alocada

Por Oscar Martínez

El 28 de Junio 2019 | 17:00

Evil Studio presenta una aventura tan sorprendente como alocada bautizada como 'Super Cane Magic Zero' que nos llevará a salvar el mundo a través de un sistema tan cómico como curioso.

El género independiente es uno de los grandes pilares del medio. Uno tan difícil como, las tantas de las veces, espinoso, que sin embargo nos da acceso a un espacio totalmente distinguido donde las tendencias del mercado no siempre consiguen imponerse y los desarrolladores se ven menos atados a realizar producciones clónicas en favor de unas ganancias seguras para compensar esos gastos millonarios.

Así el videojuego indie es un adalid de creatividad, un lugar donde las imposiciones tienen menos espacio y las mecánicas e ideas que sustentan las obras en si mismas pueden variar y fluir con novedades tan sorprendentes como las que trae Evil Studio con un 'Super Cane Magic Zero' que, tras cuatro años en acceso anticipado, consigue un lanzamiento oficial sobre el cual hemos podido trabajar con esta alocado aventura.

Sorprendente cuanto menos

Quiero hacer hincapié en esta idea de que el género indie se encuentra más libre de ataduras, con esta capacidad de sorprendernos con ideas que, seguramente, no tendrían cabida en otros géneros o espacios. Y en ese sentido 'Super Cane Magic Zero' es una victoria rotunda. Un título que, lejos de plantillas predefinidas, consigue salirse de cualquier idea establecida en un tono tan sorprendente como curioso.

Super Cane Magic Zero

Y es que el juego de Evil Estudio cuenta con una enorme dosis de irrealismo y una importante influencia de fantasía que casi lo enmarca como una suerte de adaptación de cómic web, haciendo todo un uso de comedia que se da la mano con un apartado gráfico especialmente colorido y un sistema de combate que no consigue un nivel de profundidad necesario como para destacar pero que, insisto, se mueve por esta línea sorprendente que tanto hace notar al título de marras.

Algo que, por supuesto, también se hace notar en su apartado narrativo. Uno tan excéntrico como se propone el propio juego y que nos llevará al mundo de WOTF, donde un perro se encuentra causando estragos. Y es que no es un perro corriente, sino un perro mágico que obtiene poderes tras la muerte de su dueño —un hechicero— y causa una lluvia de meteoritos que amenaza la vida en este curioso reino del que se hace eco su aventura.

Un sistema familiar pero muy atrevido

Y es en este punto donde entramos nosotros, con la posibilidad de escoger uno entre cuatro personajes principales —aunque añadiremos más a lo largo de la aventura—, despertando con amnesia, haciendo uso de los tropos del género, en uno de los cráteres causados por este meteorito y acabando, contra todo pronóstico, retenidos en un centro penitenciario.

Y es este mismo lugar el que sirve de punto de introducción para el juego, a modo de tutorial. Uno donde aprendemos a movernos y desarrollar las primeras batallas del mismo para encontrarnos con un sistema que resulta original pero que no consigue destacar tanto como el resto de apartados, cayendo en una serie de recursividades que restan cierta originalidad al juego y repercute en la idea de que nos encontramos ante una suerte de cómic jugable sin que aporte una riqueza remarcable al apartado mecánico.

Super Cane Magic Zero

No por ello resulta poco atractivo per se. Y es que más de lo mismo no tiene porque considerarse como un punto negativo siempre y cuando nos guste repetir plato. Así nos encontramos ante un dungeon crawler con esta visión top-down que tanto bien hacen a este tipo de obras pequeñas en el que la exploración es un punto principal de la experiencia sin conseguir destacar de forma especial, apostando antes por una sucesión de variopintos lugares que por una experiencia especialmente destacable.

Por una línea similar, con cierto sentimiento conformista, se mueve su sistema de combate, que apuesta por una sucesión simple de ataques que podemos desarrollar pulsando un solo botón y una mecánica, de nuevo curiosa, que nos permite lanzar todo tipo de objetos a nuestros enemigos. Algo que, si bien no resulta especialmente sorprendente, si repercute en ese sentimiento tan amable y simpático y añade cierta complejidad al obligarnos a apuntar y calcular el golpe antes de poder atacar a nuestros enemigos en un título que, por lo general, resulta siempre muy dinámico y activo.

Por supuesto, esto tiene ciertas consideraciones, ya que cada objeto tiene sus propias particularidades, por lo que deberemos ser cuidadosos al elegir entre este plantel de casi 200 objetos a la hora de arrojarlos a los enemigos, teniendo en cuenta que tendrán diferentes efectos entre ellos. Pero no lo será todo, porque esta mecánica se acompaña de la posibilidad de devorar aquello cuanto encontremos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que nuestro estómago no tendrá aguante para todo y algunos festines sentarán peor que otros.

Tan alocado como curioso

La propuesta de Evil Studio es una obra especialmente curiosa. Una que se sustenta, especialmente, sobre un apartado gráfico tan simple como colorido que suma muchos puntos a este conjunto tan alocado del que hace gala el título y que, sin embargo, no consigue reproducir en un apartado sonoro de tonos chiptune que acaba fallando en la recursividad y que mina los recursos del título de forma considerable.

Super Cane Magic Zero

Con todo, bajo sus luces y sombras, 'Super Cane Magic Zero' resulta ciertamente un juego, en esencia, burdo. Un título que explota un sentido del humor muy específico que tiene ciertas semejanzas con otras obras tan características como 'Hora de Aventuras' y que, desde luego, puede no gustar a todos al tratar tanto su argumento como su desarrollo con cierta ligereza y esa insistencia en el apartado humorístico que, como es bien sabido, no encaja igual con todo el público. Uno que hace, además, mucho uso de chistes especialmente fáciles y que, en conjunción con otros apartados, puede hacerse cuesta arriba para aquellos jugadores y jugadoras que no encuentren su sitio en estos espacios.

Una obra, insisto, sorprendente en cantidad de sentidos, que se mueve entre estas luces y sombras que he repasado en el párrafo anterior y lo convierte en un título especialmente curioso y que, sin necesidad de reinventar la rueda, consigue resultar fresco gracias a estas mecánicas tan alocadas como se convierte el hecho de poder lanzar esta enorme cantidad de objetos o devorar gran parte de lo que se supone en nuestro camino.

Un factor que, además, funciona especialmente bien en un apartado multijugador cooperativo que dota al título de una de sus mejores virtudes, insistiendo en un sistema especialmente divertido, simple y cómodo que se hace notar, insisto, con tres personas más de forma simultánea, sumando a sus niveles de dinamismo y locura. Algo sobre lo que suma un modo arena, también muy interesante, pero que remarca la falta de un modo online con el que explotar dicho sistema.

Super Cane Magic Zero

En líneas generales nos encontramos con un título que explota el humor más fácil —a veces también burdo— posible y que se apoya en un sistema general muy simple, pero también muy colorido y divertido, apostando especialmente por este sistema minimalista que pretende centrarse exclusivamente en el entretenimiento con una apuesta que, quizás, descuida el resto de apartados pero que se convierte en una gran entrega para aquellas personas que se lancen a su búsqueda con la seguridad de atreverse con lo que ofrece. Con todo, siempre es destacable que el medio intente buscar nuevos puntos sobre los que trabajar y evolucionar. Y, pese a no ser un título abierto a todos, Evil Studio lo consigue con este 'Super Cane Magic Zero'.

6,5

Lo mejor:

- Su apartado visual, tan vistoso como colorido

- La enorme cantidad de objetos con los que se nos permite interactuar

- El modo multijugador cooperativo hace mucho bien al título

Lo peor:

- La falta de un sistema online

- El apartado sonoro resulta tan recursivo como estridente

- Su humor no convence tanto como pretende

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