Desde su anuncio en el E3 de 2021, 'Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin' ha levantado gran expectación entre los fans de la saga más emblemática de Square-Enix. Desarrollado por el Team Ninja, estudio responsable de 'Nioh', el juego prometía hacer una reinterpretación de la historia del primer 'Final Fantasy'. Pero, ¿qué es exactamente 'Stranger of Paradise'?
Un periplo familiar para acabar con Caos
Ya el menú principal es toda una declaración de intenciones: el logo del juego, en escarlata sobre negro, flota en la pantalla mientras suena de fondo el mítico tema de los cristales. Pero no es la melodía de siempre, es algo distinto. Una subversión de la canción más paradigmática de 'Final Fantasy', de algún modo oscura y perturbadora, pero aun así reconocible. Y es que desde sus primeros compases, el juego ya deja ver su dualidad, entremezclando lo tradicional con lo nuevo, lo conocido con lo extraño.
'Stranger of Paradise' nos pone en la piel de Jack, un personaje determinado a acabar con Caos. Para ello contará con la ayuda de Ash, Jed, Neon y Sophia; juntos serán los particulares guerreros de la luz que emprenderán un periplo para restaurar los cuatro cristales de poder y eliminar definitivamente la amenaza de Caos. La puesta en escena resulta anticlimática por momentos y el tono del juego es confuso, comenzando con demasiadas incógnitas que tardarán en ser respondidas. Incluso en el plano jugable, ya en nuestra primera misión —el familiar encuentro con Garland— la cantidad de información que se nos ofrece (a través de tutoriales algo intrusivos) es abrumadora.
Una de las particularidades del juego es la barra de Ruptura, que se irá reduciendo al recibir y bloquear ataques enemigos. Si llega a cero, el personaje se fatigará y tendrá que recuperar el aliento, quedando completamente expuesto. Para evitar que esto ocurra podemos optar por usar esquivas, tanto con un paso lateral que nos garantiza algunos frames de invulnerabilidad, como con una voltereta que nos alejará más del peligro. Finalmente, contamos también con la Corazánima, un parry que nos permitirá absorber algunos ataques para poder usarlos contra los enemigos y que será imprescindible dominar para maximizar nuestras probabilidades de éxito.
Los enemigos a su vez también cuentan con su propia barra de Ruptura, que podremos reducir utilizando contra ellos nuestras habilidades más potentes: las destrezas. Si conseguimos reducirla a cero, podremos utilizar Rompeánima contra ellos, una poderosa habilidad que acabará con el enemigo de un solo golpe con una vistosa ejecución que hará brotar cristales rojos, incrementando además nuestra barra de PM (que es lo que nos permite ejecutar las diferentes destrezas).
El juego tiene un sistema de jobs claramente inspirado en algunas de las entregas de 'Final Fantasy'. Existen un total de 28 trabajos divididos en tres categorías: básicos, avanzados y expertos, y cada uno de ellos se caracteriza por su destreza activa, la habilidad principal (como puede ser la rueda de hechizos para un mago, o el comando robar para un ladrón) y también por la modificación sobre los atributos base del personaje. Inicialmente solo podemos elegir entre los trabajos básicos, pero a base de subir de nivel y de avanzar en el árbol de habilidades podremos ir desbloqueando nuevas clases con destrezas aún más poderosas.
Además, cada trabajo restringe los tipos de armas que se pueden usar, cada uno de ellos contando con su propio set de movimientos y su timing particular, lo que sumado a las particularidades del trabajo en cuestión, a las extensísimas opciones de personalización de los combos a través de las destrezas combinadas y al hecho de que podemos alternar entre dos trabajos distintos en batalla, hará que resulte extremadamente complicado dominar el sistema de combate especialmente si no nos ceñimos a uno de ellos y vamos probando las distintas configuraciones.
Por si fueran pocas opciones, disponemos además de destrezas genéricas que una vez aprendidas podremos utilizar en cualquier trabajo. Al principio solo contamos con luminiscencia, una poderosa habilidad que consume dos barras de PM pero que nos sacará de más de un apuro cuando estemos rodeados de enemigos; y según avancemos iremos desbloqueando nuevos efectos que podremos asignar a cada una de las direcciones del pad.
Lejos de ser un hack and slash convencional, este sistema de combate exigirá toda nuestra atención desde el primer momento ya que el juego en el modo de dificultad Trepidante (el del medio de los tres que existen) ofrece bastante desafío. En este modo los enemigos normales pueden llegar a quitarnos bastante vida, sobre todo si nos rodean, y pese a que es cierto que algún jefe puede llegar a ser frustrante hasta que nos aprendernos sus patrones de ataque, la sensación constante de peligro consigue crear en general una experiencia satisfactoria. Si nuestra vida llega a cero, volveremos a aparecer en el último cubo que hayamos visitado, bastante separados entre ellos, y con la penalización de perder un trozo de la barra de PM. Por suerte contamos con 5 pociones que se recargarán en esta suerte de "hogueras" donde recargaremos la vida y PM de todos los personajes pero que también regenerarán a todos los enemigos de la zona.
Los jugadores que busquen una experiencia más relajada pueden optar por utilizar el modo seguro dentro de la dificultad más baja; una modalidad en la cual el bloqueo es efectivo contra los ataques imparables, perdemos menos cantidad de Ruptura al ser golpeados y no se nos penaliza con una reducción de la barra de PM al morir, entre otras variantes para conseguir una aventura más llevadera.
Otra particularidad del juego es su sistema de loot, ya que bebiendo del propio 'Nioh' los enemigos dejarán caer equipo de forma constante. Este equipo, tanto armas como piezas de armadura se divide en rarezas y tendremos que entrar al menú frecuentemente a actualizar nuestra configuración, de manera que el botón de optimizar se nos acabará haciendo casi indispensable para ahorrarnos tiempo y quebraderos de cabeza.
Cada pieza de equipo, además de la mejora de atributos de rigor, también puede mejorar el nivel de vocación de un trabajo en particular. Este nivel de vocación tiene dos efectos: por un lado desbloquea potenciadores para nuestro trabajo actual, y por otro permitirá que ganemos experiencia y subamos de nivel en trabajos que no estemos utilizando, simplemente equipando la pieza de equipo correcta, algo muy de agradecer para avanzar más rápidamente en los distintos árboles de habilidad.
En todo momento iremos acompañados por dos aliados a los cuales podremos equipar, y que igualmente tendrán sus propios trabajos en los que ir subiendo de nivel. La interacción que podremos tener con nuestros aliados durante el juego se reduce a usar la Resonancia para comandarles que utilicen sus destrezas contra el enemigo, y a reanimarles cuando caigan fuera de combate.
El diseño de niveles del juego es excelente, dando lugar a mazmorras con caminos alternativos, cofres escondidos, paredes destruibles y sobre todo numerosos atajos que podremos utilizar para acortar la ruta entre el cubo de guardado y el siguiente desafío. Cada mazmorra tiene un sabor único, pueden resultar más o menos atractivas pero todas son interesantes con el añadido de estar inspiradas por escenarios de distintas entregas principales de la saga, de forma que lugares emblemáticos como el Bosque Maldito de 'Final Fantasy IX' o el Monte Gagazet de 'Final Fantasy X' tienen su contrapartida en este juego.
El principal problema que tienen las mazmorras del juego, además del técnico en el cual entraremos más adelante, está relacionado con el sistema de loot. Al basarse el equipo del juego en piezas generadas aleatoriamente, el derrotar a jefes o encontrar cofres ocultos nunca se ve recompensado con armas únicas, sino con un equipo arbitrario de mayor o menor rareza, pero que irremediablemente quedará obsoleto a poco que avancemos en la siguiente misión y encontremos piezas de mayor nivel.
El juego cuenta con 16 misiones principales que podrán dar para unas 25 horas de juego, dependiendo del modo de dificultad elegido y nuestra habilidad como jugador. Además, existen alrededor de 30 misiones secundarias, que dilatarán la duración del juego y se basan en revisitar los niveles con recorridos alternativos y cumplir objetivos adicionales. Además, al completar el juego desbloquearemos, entre otras cosas, un modo de dificultad Caos en el que podremos darle una segunda vuelta al juego consiguiendo una experiencia muy desafiante al conservar todos nuestros avances pero incrementándose el nivel de todos los enemigos y jefes.
Existe un modo cooperativo online que contribuye a alargar la vida de este título y aumentar la diversión al jugar acompañado por hasta dos amigos (o desconocidos) en red. A poco que los miembros de la partida sepan lo que están haciendo el juego se vuelve más asequible, a pesar de la cantidad de vidas limitada que se nos impone, lo cual es quizá un aliciente para atreverse con modos de dificultad más elevados. Como punto negativo, el sistema de matchmaking no funciona todo lo bien que debería en el momento de elaborar este análisis.
Una propuesta con luces y sombras
Es el plano técnico la verdadera lacra de 'Stranger of Paradise', ya que los modelados en las secuencias de vídeo son poco detallados, las texturas de los escenarios son pobres y la presentación y rendimiento generales son mediocres, con una imagen borrosa por momentos y con una demora para hacer algo tan básico como entrar al menú bastante molesta, si bien es cierto que los tiempos de carga tras morir son reducidos. Nótese que la versión analizada es la de PS4, pero incluso para los estándares de esta consola no llega al mínimo de fluidez y nitidez.
'Stranger of Paradise' cuenta con virtudes suficientes para convertirse en un gran hack'n'slash: un sistema de trabajos repleto de posibilidades, un combate profundo y desafiante y niveles muy bien diseñados. Es una lástima que un producto tan completo haya sido tan descuidado en el plano técnico y narrativo, lo cual empaña con mucho el resultado final de lo que podía haber sido el homenaje perfecto de 'Final Fantasy'.