El 2 de July 2018 | 16:15
Nintendo siempre ha contado con una gran mente creativa. Hablamos de los creadores de grandes sagas como 'Super Mario', 'Donkey Kong', 'The Legend of Zelda'... franquicias que revolucionaron el medio y sentaron las bases para construir lo que vivimos ahora. Esa es la magnitud del trabajo de la gente de Kyoto; títulos innovadores, potenciales y siempre divertidos.
Con esa mentalidad la compañía nos presentaba 'Splatoon', un shooter centrado en el apartado multijugador que se alejaba de todas las pretensiones del género. Un título carismático, ameno y, de nuevo, extremadamente divertido. Así, con 'Splatoon 2' sumando éxitos en su consola híbrida, desde Nintendo se atreven a apostar por algo nuevo, algo que rompa las barreras de un juego creado, precisamente, para romper barreras. Así es 'Octo Expansion'.
La importancia de la campaña
Durante su asistencia como ponente a la Gamelab 2018, Amy Hennig hablaba sobre la dificultad de crear —especialmente en nuestra época— una obra orientada a un solo jugador. Es una inquietud que lleva mucho tiempo en el aire y que se ve amenazada por la creciente ola de títulos multijugador, especialmente con la llegada de los imparables Battle Royale. Es quizás por esto que 'Splatoon' levantó algunas inquietudes sobre el futuro de Nintendo. Especialmente porque el juego contaba con su propio lore, con su propia campaña. Una que pesaba excesivamente menos que su multijugador pero que tenía cierto potencial.
Uno que recogen sus desarrolladores para traernos la aventura submarina definitiva. Porque 'Octo Expansion' es 'Splatoon' de forma exponencial. Una clara demostración, un grito de guerra alto y claro, que nos dice que la campaña individual no se ha perdido y que el poder creativo de la "Gran N" sigue brillando como el que más.
Así 'Octo Expansion' nos lleva a las zonas más recónditas de su mundo. Esta vez cambiaremos el traje de Inkling para convertirnos en la piel de una Octoling. Una muy diferente a esos seres semi amorfos (y claramente malhumorados) que encontramos a lo largo de nuestras aventuras de la historia principal. El experimento No. 10008 —más conocida como Agente 8, aunque podremos elegir el sexo de nuestro pulpo antropomófico— se encuentra con el Capitán Jibión en las entrañas de un extraño metro que parece situarse bajo los dominios de los seres con forma de pulpo, que llevan años en guerra con nuestros compañeros calamares.
Siguiendo las instrucciones de un extraño teléfono abandonado dará comienzo una historia que —lejos de las apariencias y pretensiones de la obra— se encuentra tintada de suspense y misterio. A bordo de un extraño metro dirigido por un amable pepino de mar, Pepín, nos tocará recorrer una serie de líneas y estaciones igual de misteriosas para desentrañar el secreto de las instalaciones por las que nos movemos y lograr un modo de volver a la superficie.
Una aventura diferente
Para cumplir con ese objetivo deberemos encontrar "cuatro chismes" que nos abrirán las puertas al Paraíso, según las instrucciones del dichoso teléfono. Para ello contaremos con la ayuda de Jibión, Perla y Marina —las carismáticas presentadoras de Cromópolis—, que harán las veces de hilo conductor de la historia, guiando nuestros pasos y ofreciendo toda una multitud de detalles curiosos que revelarán mucho sobre el lore más profundo de su argumento, así como un montón de detalles intrascendentes de sus personajes que harán las veces de medio para animar la aventura.
Pero desvelarlo no será tarea fácil, porque 'Octo Expansion' se propone a sí misma como el reto definitivo. Es algo que no esperamos encontrar en un título diseñado por Nintendo, porque pese a que nos encontramos con un juego totalmente colorido y con una ambientación digna de la compañía, también parece un título ideado por el mismísimo Satanás. Y es que, para conseguir escapar de la red de vías subterráneas deberemos hacer parón en cada una de las estaciones que hay dispersas por ellas (hay un total de 80 lugares por visitar) y superar una prueba específica para seguir avanzando. Así, el planteamiento lógico es tomar siempre el camino más rápido hasta los mencionados chismes, pero en Nintendo van un paso por delante y se aseguran de que el camino corto sea siempre el más angosto.
Desde llegar a la meta evitando a las terribles octoamazonas, a superar rompecabezas dignos de un nivel de 'Picross' o vernos superando una larga lista de obstáculos con una única carga de tinta en nuestras espaldas. Si algo es 'Octo Expansion' es variado. Contamos con una infinidad de retos, y aunque algunos beben del mismo estilo, no hay dos completamente iguales. Así nos podemos ver jugando al billar con enormes bolas o liquidando a todo un escuadrón enemigo mientras damos botes sobre colchonetas. Es un título frenético, atrevido y disfrutable, pero que también roza el límite de lo frustrante.
Avanza y sobrevive
'Octo Expansion' sirve como el entrenamiento final para cualquier Octoling que se precie. Es un reto constante, desde el momento en el que cruzas la línea de cada nivel hasta el mismo nivel en que lo completas. Siempre desafiante, siempre listo para levantar un nuevo muro o crear otro obstáculo más. Es un enorme listado de pruebas, cada una más desafiante que la anterior, pero que deja un sabor gratamente satisfactorio.
No es lo que uno se espera de Nintendo. Porque es un título exacto y preciso. En 'Octo Expansion' no hay casualidades, eres tu contra el mundo y no hay otra posibilidad que abrir bien los ojos y lanzarse con seguridad. Tiene una tolerancia casi nula al error. Los tiempos están tan bien medidos que una simple fracción de segundo puede destrozar el nivel entero — y quizás algún que otro Joy-Con si no nos andamos con ojo.
El momento en que te arrojan dentro de una bola al escenario y ves como la meta se alza ante ti se puede torcer en cuestión de milésimas de segundo porque los audaces enemigos siempre están ahí, las plataformas móviles que te arrastran al abismo siempre están ahí y si consigues sobrevivir a ellas quizás no hayas prestado atención al francotirador de tu derecha y antes de poder verlo estarás ya empezando de cero. Otra vez.
Y es que es un reto frustrante, algo que roza la negatividad. Porque tiene parte del "tutorial invisible" y consigue que el jugador se descubra a sí mismo, superando reto tras reto, pero algunas pruebas rozan la maldad absoluta al plantear retos equívocos, que no imposibles. Plataformas a los que no consigues llegar por escasos centímetros, dianas a las que no puedes acertar si no te encuentras a cierta distancia o pruebas que, simplemente, tienen un recorrido obligatorio por el que pasar si quieres llegar a la meta antes de que el límite de tiempo —sinónimo de sentencia de muerte en muchas de ellas— acabe contigo.
Pero al final, aprieta pero no ahoga. O, al menos, no siempre. Porque si bien, el juego puede estar diseñado por un chiflado de los puzzles complejos y las situaciones caóticas, el reto siempre "te pica" a continuar una y otra vez, hasta conseguirlo. Sin embargo, en este punto hay un detalle que casi parece jugar en contra de sus principios. Porque cada pase de metro tiene su precio y el torno que da paso a las diferentes estaciones exigirá un pago antes de que nos adentremos en sus misterios.
Las primeras pruebas solo nos costarán 200 pepinopuntos (se conoce que en Nintendo tienen un máster en esto de realizar grandes localizaciones, como ya vimos en 'Breath of the Wild'), pero poco a poco veremos la cifra aumentada en 500 mientras la dificultad sube con el precio y encontraremos muros de 3000 donde sobrevivir será el menor de los problemas. Si bien, cada prueba compensa con una recompensa diferente, una donde el reto auto-impuesto cobra fuerza. Porque tendremos diferentes armas a elegir y aunque la posible comodidad de una Megabarredora nos puede facilitar mucho la vida, el decidirse por un Rodillo duplica la cantidad de puntos recibidos, ofreciendo un factor extra a aquellos que no aprecien lo suficiente su vida.
El problema en esto no es tanto el pago sino la posibilidad de saltar los niveles. Porque tras fracasar varias veces en ellos podremos olvidarnos y permitir que Marina hackee el sistema por nosotros, pagando una tasa igual a la de entrada y prosiguiendo nuestro camino — pudiendo pagar el mismo precio por reintentar el nivel un número determinado de veces. Y aunque es algo casi necesario, a veces da la impresión de que es el propio juego el que te empuja a esquivar ese nivel demencial para tirar por otros derroteros más accesibles.
La prueba definitiva
Aunque llegados a este punto es posible que más de una persona se haya asustado, no temáis. La accesibilidad es un factor que juega en contra del título, pero también es la parte más interesante del mismo. Porque te arroja contra las cuerdas una y otra vez y aunque sus pruebas sean endemoniadas y frenéticas, resulta estimulante y divertido a partes iguales.
'Octo Expansion' es la prueba definitiva, una prueba de fuego diseñada solo para demostrar las capacidades jugables, no solo del jugador, sino también de 'Splatoon'. Un conjunto de 80 secciones que brillan en el apartado técnico, en su magnífico diseño de niveles. Pero que también juegan en conjunto de una gran banda sonora con temas tan memorables como "Fly Octo Fly ~ Ebb & Flow" o "Shark Bytes (Off the Hook)" y una ambientación que, pese a sentir mucho por su original, se acerca a un estilo que dista mucho de lo que nos tienen acostumbrados en Nintendo.
A todo esto se suma, además, una historia con más peso que la original (aunque sin obrar proezas) y que se siente en forma y con capacidad de lanzar un par de buenos giros argumentales. Un gran trasfondo, tanto en lo argumental como en lo jugable y unos enfrentamientos memorables que dan forma a esta locura que conocemos como 'Splatoon 2 Octo Expansion'. Es un título diseñado para aquellas personas veteranas que buscan algo más, pero también para quienes se inician y quieren dominarlo todo. Incluso para quien, simplemente, busca un reto y un hilo del que tirar. Los límites se los ponemos nosotros, porque lo que que 'Octo Expansion' nos pide es solo disfrutar.
Lo mejor:
- El diseño de niveles, con decenas de grandes ideas
- La combinación entre shooter y plataformas
- Estilo audiovisual muy cuidado que le distingue de su original
Lo peor:
- La dificultad llega a dispararse en algunos niveles
- Los extras para 'Splatoon 2' son escasos