HAMMERHEAD

Análisis de 'Marvel's Spider-Man: Guerras de Territorio' para PS4, cabezazos en directo

La segunda parte de la expansión 'La Ciudad que Nunca Duerme' nos trae más retos, una dificultad mucho mayor y un interesante villano entre manos: Hammerhead.

Por Daniel G. Astarloa 26 de Noviembre 2018 | 14:00

Seguir disfrutando de 'Marvel's Spider-Man' es un lujo que muchos fans deberíamos agradecer más a menudo. La oportunidad de recorrer Nueva York y explorar las relaciones sociales del lanzarredes con otros personajes que se nos aporta en la expansión 'La Ciudad que Nunca Duerme' ya demostró gran parte de su potencial en su primera parte, 'El Atraco', pero es ahora con la segunda parte cuando empieza a tomar forma al meter a un enemigo en el punto de mira del superhéroe y una vieja conocida de la campaña principal en el centro de una tormenta de emociones.

'Guerras de Territorio', esta segunda parte de la trilogía de DLC preparadas para el videojuego de Insomniac Games, es una entrada mucho más oscura en el mundo de Spider-Man y los enfrentamientos contra el crimen organizado. Sin Gata Negra a nuestro lado para ayudarnos parece que Manhattan cae en la desgracia poco a poco, con el alzamiento de la Maggia y tiroteos en las calles de forma constante... Y los pocos aliados que tenemos a nuestro favor deben demostrar si son capaces con la presión.

Por la gloria de los días de la mafia

El argumento de 'Guerras de Territorio' nos lleva a una situación compleja en la ciudad que nuestro arácnido ha prometido proteger. El terrible Hammerhead, uno de sus villanos clásicos creados por Gerry Conway, está llevando a cabo un plan para hacerse con el dominio de la ciudad al completo y vengarse de Yuri Watanabe, la policía que lleva tras el grupo mafioso la Maggia para desmantelar toda forma de crimen organizado. Desde el primer minuto en el que arranca esta expansión nos dejan claro que no se anda con chiquitadas para lograr cumplir sus planes, y la peor parte es que demuestra ser inteligente e ir siempre dos pasos por delante de nuestro héroe, incluso cuando creemos tener la situación bajo control.

La historia pasa a centrarse en la relación entre Peter Parker y Yuri Watanabe más que en ningún otro aspecto. En este universo recreado por Insomniac Games Spider-Man cuenta con la ventaja de poder contar con el apoyo de la policía, un lujo que no se ha podido permitir durante muchos años en los comics: con esto en mente es interesante ver qué sucede cuando comienza a fallar a las fuerzas del orden, cómo reaccionaría una agente que cuenta tan desesperadamente con un vigilante para que se mantenga la paz y hasta dónde puede llegar si ese sistema no está funcionando. Es un planteamiento muy interesante que nos lleva a cuestionarnos preguntas incómodas, así como ver el nacimiento de futuros villanos de la mitología de Spider-Man en unas nuevas condiciones que les enriquecen si cabe más.

Quizás uno de los mejores puntos para analizar de toda esta línea argumental sea la propia presencia de Hammerhead, un enemigo que desde su incepción ha representado una era de gloria por parte de la mafia en Estados Unidos. El villano no deja de repetir una y otra vez durante las dos horas de historia del DLC cómo desea volver a aquellos tiempos bajo su liderazgo, aunque él mismo sea consciente de que, en el fondo, no hay vuelta atrás con la aparición de héroes públicos como Spider-Man. Es un clasista, y por mucho que sea efectivo matar a cabezazos a sus enemigos sabe adaptarse a los tiempos que corren haciendo uso del streaming online para mostrar ejecuciones públicas, aprovechar el concepto de los superpoderes a su propio favor y lo más importante: mostrar que, aunque nuestro ambiente cambie, lo que hay dentro de nosotros y la corrupción interna sigue presente. Hay que felicitar el final de 'Guerras de Territorio' por lo efectivo que resulta en este mensaje y la fuerza que le da, aunque nos deje descolocados con adónde se dirigirá la trama de cara al tercer y último DLC.

Refuerza la fórmula de combate

Cualquiera que quiera adentrarse en el mundo de 'Guerras de Territorio' debería esperar a primero completar el juego principal con el máximo nivel posible. Al igual que 'El Atraco', este DLC retoma las fórmulas presentadas en la jugabilidad de la campaña base del título y las lleva al extremo con nuevos retos, enemigos más poderosos que nunca y caos destructivo. La dificultad es una curva a la que tendremos que estar atentos, pues el juego es más complicado que nunca aquí.

Si el primer DLC quería poner a prueba nuestras habilidades en el sistema de infiltración y movernos ingeniosamente, este quiere poner a prueba nuestros reflejos y capacidad de combate. La cantidad de enemigos crece considerablemente, y antes de que nos demos cuenta podemos acabar derrotados en el suelo y teniendo que retomar todo el combate de nuevo. Es algo que se nos presenta desde el primer minuto, no os engañéis: el primer reto del juego es sobrevivir a un tiroteo entre varias bandas y la acción no para por un segundo.

Estos combates más intensos no sólo se traducen en peleas más depuradas que nunca, sino que también dan solución a una de las mayores críticas que pusimos al juego base en su momento: por fin se nos otorga un jefe final exigente que pone al límite nuestros conocimientos sobre el sistema de combate. La batalla que se nos presenta al final del DLC saca lo mejor que tenía por aportarnos este aspecto del juego y nos exige arreglárnoslas con los elementos que tenemos a mano desde el inicio, en vez de dejarse llevar por luchas situacionales como sucedía en el juego base.

Más horas, menos extras

La cantidad de contenido adicional del que disponemos en este DLC con respecto a la primera parte se antoja algo menor si dejamos la historia a un lado. Además de las clásicas oleadas de crímenes debemos invadir algunas bases de operaciones de Hammerhead que nos revelan muy vagamente la historia de Yuri, y como mucho, unos pocos desafíos más de Screwball que siguen la misma estela que en el anterior DLC: combates e infiltraciones más complicadas, momentos de sacar fotos especiales para aumentar la audiencia y gritos de emoción de la villana más alocada de todo Internet.

Esta vez no contamos con la posibilidad de recoger objetos extra que nos cuenten la historia de los personajes de forma más profunda, ni tampoco con misiones secundarias que revelen un nuevo aspecto del villano que desconocíamos hasta el momento. Ni siquiera se relata el origen de la extraña cabeza de Hammerhead, todo un punto en contra en contraposición con el tratamiento visto para Black Cat. En su lugar se pone a nuestra disposición tres trajes que, por suerte para los fans, quizás sean algunas de las mejores skins vistas en el título. Aunque, igual que en el DLC previo, no cuentan con ningún poder adherido...

Conclusiones

'La Ciudad que Nunca Duerme' se sigue expandiendo en este segundo DLC que decide tomar una ruta más oscura que el juego base, con un argumento que se intensifica en su crudeza y decide explorar la relación entre la policía Yuri y el héroe arácnido más de cerca. Es una pena que en el proceso no se investigue más a fondo nada acerca de Hammerhead, un villano que demuestra ser interesante desde la distancia, y aunque su sistema de combate sale más reforzado que nunca con las batallas más intensas del título el número de extras no está a la altura de lo que desearíamos.