Atlus se ha ganado a pulso un puesto de honor entre las desarrolladoras de RPG más populares de Japón a día de hoy. No hay palabras para el excelente trabajo que han realizado con la franquicia 'Shin Megami Tensei', la cual lleva desde tiempos de NES creciendo y haciéndose hueco en los corazones de los fans japoneses. En occidente, por otra parte, ha costado mucho más que su planteamiento demoníaco arraigase.
Las comparaciones son odiosas, pero el éxito de los videojuegos de 'Persona' ha sido clave para la conquista de este lado del mundo. La saga nacida como spin off de la franquicia ha tenido una posición importante para el futuro comercial de Atlus. Ahora la empresa experimenta, prueba con qué conceptos puede seguir creciendo y qué encajará mejor en nuestro mercado. Qué mejor entonces que probar con otro de sus spin offs y darle un total lavado de cara.
Hace unos pocos meses la compañía revelaba el desarrollo de 'Soul Hackers 2' para sorpresa de muchos. La primera entrega es considerada un clásico de culto, pero es algo difícil de encontrar para la mayoría de jugadores que no estén familiarizados con el trabajo de la desarrolladora. Aquella primera parte se titulaba 'Shin Megami Tensei: Devil Summoner', y hasta su remake de Nintendo 3DS no recibió el título de 'Soul Hackers'.
Con esta nueva identidad se espera hacer la saga más accesible y quizás encontrar un nuevo lugar entre los amantes de los JRPG. Y si bien 'Soul Hackers 2' acierta en buena parte con su cambio de nombre tiene otras dificultades para encontrar un nuevo público.
Cyberpunk llevado a otro nivel
Lo primero que hay que dejar claro es que no hace falta haber jugado el anterior 'Devil Summoner' ningún 'Shin Megami Tensei' para disfrutar de esta entrega. De hecho 'Soul Hackers 2' es un punto de entrada excelente a las grandes mecánicas de la franquicia. Es un juego mucho más accesible que el reciente 'Shin Megami Tensei V' tanto en dificultad como en mecánicas, mientras que tiene un componente de historia más fuerte y condensado para un público occidental.
La trama nos acerca a cincuenta años en el futuro para conocer una Tokio radiante que brilla en la noche. Sus luces de neon y la promesa de una vida más sencilla sirven como ilusión para atrapar las mentes de sus ciudadanos, quienes en realidad se sienten estancados en el tiempo. Ni la ciencia ni la cultura parecen haber evolucionado en este medio siglo, estancados por un sistema económico que no deja ningún espacio a la revolución.
Es en este depresivo clima en el que surgen dos facciones enfrentadas que quieren lo mejor para la humanidad. Yatagerasu es una organización de espías y luchadores en las sombras que quiere asegurar el bien público de todos los humanos a través del status quo estancado en el que viven. Por otro lado, los Fantasmas es una banda terrorista que busca un cambio en el mundo aunque sea a un precio radical. Ambos polos llevan medio siglo enfrentado con el primero ganando por el momento la batalla, pero no la guerra.
En este punto muerto es en el que interviene Aeon, la futura versión de Internet creado a partir de la conciencia colectiva tecnológica. Esta inteligencia artificial superior predice un futuro aciago en el que no hay guerra posible. El fin del mundo está a pocos días de suceder, y de no existir la humanidad tampoco podrá evolucionar la tecnología. La solución consiste en mandar a dos avatares independientes que pongan la situación en orden, sin necesariamente tomar partido a la par que eviten la total extinción.
Invocadores digitales
A partir de ese punto y de estas dos avatares es del que arranca la historia y conocemos al resto de personajes. El reparto de 'Soul Hackers 2' es más bien limitado, con un número reducido de protagonistas y aliados. Mantenerlo tan condensado permite a la trama ir al centro de la cuestión y tener organizado en todo momento a nuestro equipo de luchadores, el cual siempre se compondrá de los mismos cuatro miembros.
Las sinergías y el cómo aprovechar el sistema de combate por turnos está en el equipamiento. No en las armas, a las cuales podemos aportar atributos acumulativos a lo largo del juego, sino los demonios. La clave de todo 'Shin Megami Tensei' está en estas criaturas mitológicas, aunque siempre de forma diferente la forma de traerlos al combate. Este caso es similar al de los protagonistas de 'Persona': cualquier personaje puede equiparse con cualquier demonio y cambiar así sus habilidades, especialidades y modo de combate.
Eso sí, existen ciertas compensaciones para equilibrar el título. El número de habilidades que los demonios pueden aprender es limitado, y conviene usar algunas clases en ciertos personajes más que en otros para aprovechar sus especialidades y puntos fuertes. De esta forma los combates por turnos se convierten en una especie de puzle que pide más nuestra atención en la manera de aproximarnos a la gestión que a los combates, lo que hace el título mucho menos exigente en dificultad que otros juegos de la saga si sabemos manejar las cosas.
La cuestión está en las mazmorras
Para todas las ventajas con las que cuenta 'Soul Hackers 2' hay un gran problema que reside en su centro: su diseño de niveles. La historia y los personajes funcionan, su sistema de combate está refinado y el apartado artístico es excelente con un aspecto visual impresionante, además de una banda sonora sencillamente perfecta.
Sus mazmorras hacen que la calidad completa del juego se vea retenida. La gran mayoría de estas consiste en laberintos y pasillos interconectados que funcionaban en un diseño de niveles de hace veinticinco años, pero a día de hoy es anticuado. Además de ello sus problemas de presupuesto se hacen evidentes cuando tiende a repetir localizaciones para crearlas como diferentes mazmorras, sin apenas espacio entre ellas. Líneas de metro abandonadas, edificios comerciales sin uso y puertos de noche son las localizaciones principales para las mazmorras, que además carecen de luz y vida propia.
Se vuelve un mayor problema cuando gran parte del tiempo del jugador se debe dedicar al Alma Matrix, una mazmorra de múltiples plantas dividida en varias secciones para los diferentes personajes. Todas estas secciones son idénticas en plateamiento de diseño y su apartado visual. Si queremos mejorar las habilidades base de nuestros personajes se nos pide pasar por esta localización de forma constante, y fácilmente ocupara la mitad de nuestro tiempo de partida, que se puede alargar hasta las sesenta horas en una primera partida.
No es un problema por parte del equipo creativo: está claro que consiguen sobresalir en el resto de campos. Es especialmente frustrante cuando la última mazmorra de historia del juego tiene un diseño original y lleno de ideas propias. Esta última localización, separada en varias partes, merece ser disfrutada en su totalidad y es una pena que muchos jugadores no vayan a verla por abandonar el título por los problemas con el resto de escenarios. Os aconsejamos llegar hasta el final de la aventura para disfrutar de esta localización y unos jefes finales de lo más originales que hacen que todo el viaje merezca la pena.
Conclusiones
'Soul Hackers 2' es un fantástico JRPG para quienes le den una oportunidad, especialmente para recién llegados a la franquicia que no quieran un reto demasiado alto como en sus entregas principales. Su diseño de niveles y algunas imperfecciones hacen que el juego no pueda recomendarse a cualquiera y resulte un trago algo difícil de digerir en ocasiones, pero lo merece por sus últimas horas de juego. No dejes pasar la oportunidad de disfrutar de la aventura si te apasionan los JRPG.