El 21 de Octubre 2015 | 09:15
Parece que Sega sigue rindiéndose a darle un final digno al que ha sido por más de 20 años la mascota oficial de la companía de videojuegos -a excepción del período de Segata Sanshiro- o al menos de devolverlo a la gloria que le corresponde. Y es que mientras aun encontramos horas de diversión en los relanzamientos para multiples plataformas, aun nos bombardean con juegos menos ambiciosos para partidas casuales en nuestros teléfonos móviles y tablets. Ya teníamos 'Sonic Dash' y ahora, de los mismos que nos trajeron esos rediseños horribles de 'Sonic Boom', aparece una secuela del endless runner del erizo azul ambientado en el spinoff de Big Red Button.
Ante todo, para los que no estaban puestos en el primer capítulo y tampoco saben muy bien de qué van estos 'endless runner', resumir que se trata, simple y llanamente, de un juego en el que nuestro personaje avanza sin ton ni son en línea recta por un escenario lleno de obstáculos. Separado en tres calles, nuestra jugabilidad se reduce a deslizar el dedo hacia los lados para cambiar de carril, hacia arriba para saltar y hacia abajo para agacharse. Así hay que evitar todos los obstáculos -sean enemigos o accidentes del terreno- hasta que se acabe la batería, se nos destrocen los dedos o nos derroten. Juegos como este hay muchos. Es por eso que destacar en el género es complicado y, aunque mínimas, algunos ofrecen mecánicas alternativas para hacerse conocer o, como en este caso, aprovecharse de una IP muy querida entre el público nostálgico. Así, tenemos a Sonic, Knuckles, Tails, Amy y Sticks en sus rediseños de la nueva saga y serie de Sega of America corriendo por los distintos pasajes del juego mientras evitamos dos tipos de badnicks y recogemos anillos. Nada nuevo que ya nos ofreciera 'Sonic Dash' a secas.
Diferencias respecto a su predecesor
Bueno, todo hay que decirlo. Sí que aporta pequeñas novedades a parte de un nuevo apartado gráfico. Las mecánicas se ven actualizadas en dos puntos y pierden en uno: por un lado, los personajes y las nuevas mecánicas de movimiento. Por el otro, los jefes de zona.
Los personajes aunque se ven reducidos ligeramente en número aportan mucho más que lo que hacían en el 'Sonic Dash' original. No solo nos permite hacer hasta un grupo de tres que, a medida que tomamos caminos laterales, nos permite cambiar si no que estos tienen un precio algo menor de lo que costaban antiguamente, con lo que se hace posible obtener a estos con algo menos de esfuerzo. Además, y como novedad, cada uno tiene una habilidad especial que lo hace diferente al resto, con lo que ya no se basa sencillamente en un cambio de aspecto innecesario.
Las mécanicas de juego se amplian en dos puntos: el lazo y el turbo. Basado en la herramienta que hizo debut en el juego de WiiU y 3DS, en algunos puntos podremos ascender al cielo y, esta vez inclinando el móvil para hacer uso del giroscopio, surcaremos el cielo para obtener algunos anillos y potenciadores extras. El turbo, por su lado, ahora se recarga recogiendo esferas azules que, al completar la barra, activa un turbo tras dar dos pequeños toques a la pantalla. Junto a los 'duendes' -el nombre que le han dado a los potenciadores que ya existían- se completa las pocas novedades que se aporta al género.
Por otro lado, y es una pérdida respecto al original, carece de la variedad de zonas y elementos distintivos de paisaje que disponía antiguamente y, aunque eran solo dos y muy aburridos, los bosses de zona que añadían un momento de variedad a la escena jugable.
Los elementos desbloqueables
Como todo juego gratuito para móviles que se precie, hay elementos desbloqueables. Por un lado, los personajes. Por otro, los potenciadores. No son muchos, pero son caros. No tanto como antes, pero lo son. Los primeros (que son los cinco mencionados por el momento) solo se pueden comprar con anillos rojos, que se obtienen raramente durante el juego y con el cumplimiento de los logros y eventos diarios. Los segundos se compran con los anillos que, cuando se obtienen, se pueden guardar en ciertos puntos y así ahorrarlos para nuestras compras. Todo hay que decirlo, se hace difícil a partir de nuestra segunda partida -pues en la primera nos regalan casi 50- obtener los anillos rojos necesarios para conseguir los personajes, por lo que se basará en la paciencia y en echarle horas para obtenerlo todo... o en pagar. Porque aquí se paga por todo: tener vidas extras, obtener anillos, obtener mejoras, obtener anillos rojos para personajes. Nada raro, en realidad, pues el género del free2play está lleno de micropagos, pero en este se sienten absurdos, pues los elementos a comprar apenas modifican la experiencia de juego lo suficiente como para comprender el desembolso necesario. Así que al final se basará en participar en eventos temporales -usando tickets limitados- o realizar la misión diaria.
Acabado visual y sonoro
Si tuviera que destacar un punto fuerte de este título de la franquicia olvidada de Sega, es el apartado visual. Hay que reconocer que el apartado gráfico ha estado muy cuidado, lo suficiente para poder soportar sin pegas la primera media hora de juego. Buenos colores, frecuencia de imágenes correcta y unos fondos muy bonitos pero que, por desgracia, acaban repitiéndose hasta la saciedad si no nos eliminan rápidamente. Pero al menos es bello al principio. Por otro lado, la música es repetitiva y carece de la chispa de la banda sonora de los juegos más clásicos y que, sin mucho trabajar, podrían haber reutilizado del 'Sonic Generations' o de algún otro título que hubiera hecho alguna versión orquestral.
Valoración global
Como todo título casual para móviles que se precie, todo depende de cual es el nivel de exigencia del usuario. Si buscas algo sencillo, que no cambie mucho y con el que matar momentos sueldos del día, 'Sonic Dash 2: Sonic Boom' no es mal título. Mecánica entretenida, sin quebraderos de cabeza y colorido y visualmente bonito para que no cueste centrar los ojos en la pantalla. Ideal para mantener a los niños más pequeños ocupados con un juego que podría resultarles lo suficientemente adictivo para estar en silencio y, por suerte, sin tacos o violencia excesiva. Pero si buscabas algo más complicado o desafiante dentro de un título coloquial e informal, no es tu juego. Se hace repetido, aburrido y, finalmente, lento. Aunque las novedades aportan variedad respecto a su predecesor, considero que este estaba mucho mejor cuando salió que este que, finalmente, se trata de apenas un retoque con unas nuevas visuales.
Lo mejor:
Poder jugar con Sonic siempre es un punto positivo. El turbo y la velocidad de un endless runner le da el toque familiar que se podría esperar del erizo de Sega. Se hace bastante entretenido y visualmente atractivo al principio.
Lo peor:
La mecánica de cambio de personajes es pesada y enlentece el juego. Su mecánica de juego podría haberse actualizado más, aportando una verdadera diferencia el género y diferenciándose de su predecesor. Una música horrible que acompaña a un diseño de personajes que se tendría que haber desechado.