SUDA x MIKAMI x YAMAOKA

Análisis de 'Shadows of the Damned: Hella Remastered', bienvenido de vuelta al infierno

Más de diez años después, la obra que unió a Goichi Suda, Shinji Mikami y Akira Yamaoka, tres pesos pesados de la industria japonesa, vuelve con una remasterización que parece venida de otra época.

Por Rodrigo Aliende 25 de Octubre 2024 | 14:00

Siempre hay grandes nombres que resuenan por encima del resto, muchas veces de forma injusta porque se reduce el trabajo de cientos de personas y varios años a una única persona, generalmente el director creativo. Cuando varios de estos nombres se unen, el proyecto comienza a sonar más interesante de lo normal. Esto no significa que vaya a ser un éxito arrollador, pero siempre es interesante ver cómo diferentes personalidades colaboran y desarrollan sus ideas de manera conjunta. 'Shadows of the Damned' es un ejemplo claro, un proyecto colaborativo entre tres pesos pesados de la industria japonesa: Goichi Suda (Suda51), Shinji Mikami y Akira Yamaoka.

El resultado ya lo conocemos, porque 'Shadows of the Damned' salió al mercado en 2011, bajo el sello de Electronic Arts. La compañía californiana fue la que ayudó a financiar el proyecto, pero también fue la que puso varias piedras en el camino del desarrollo que obligaron a cambiar varias veces el diseño del videojuego. Los japoneses tenían ideas más locas, pero no fueron capaces de hacer entrar en razón a los acorbatados.

Como apunte personal, 'Shadows of the Damned' me parece que recoge el espíritu de un tipo de juego que era muy popular en aquella generación y que se ha ido perdiendo con el tiempo. Me refiero a títulos que no tenían mecánicas perfectamente pulidas, pero que resultaban divertidas a pesar de ser repetitivas, con una personalidad potente y cierto descaro y desvergüenza a la hora de plantear su propuesta. No eran productos revolucionarios, simplemente... entretenían. Ya no hay tantas propuestas que encajen dentro de estos parámetros, por eso esta remasterización me parece un acierto bastante grande, y un golpe directo a mi nostalgia, para qué engañarnos.

'Shadows of the Damned' tiene como protagonista a García Hotspur, un cazademonios cuya novia ha sido secuestrada por el Rey de los Demonios, Fleming. Después de un breve tutorial, comenzamos nuestro descenso por el infierno, en lo que se convierte en una mezcla de Mario en búsqueda de la princesa Peach, pero dentro de la Divina Comedia de Dante. No es una aventura excesivamente llena de referencias culturales (más bien está llena de referencias sexuales), más bien la fuerza de su guión se basa en su protagonista y la relación con su compañero Johnson, una calavera capaz de transformarse en moto, antorcha y en todas las armas. Varias frases harán a más de uno hacer una captura y subirla corriendo a redes sociales para decir que hoy en día no se podría hacer este juego.

Entre muchas referencias fálicas, hay algo que brilla por encima: las historias de origen de cada uno de los jefes. Están contadas a través de una especie de cuentos infantiles pero realmente macabros, mucho más cerca de los hermanos Grimm que de Disney. Ese pequeño contrapunto de tono y ritmo que impone dentro de la incesante jugabilidad resulta muy refrescante.

Jugablemente, 'Shadows of the Damned' bebe principalmente de una fuente, una de las mayores influencias de los últimos años en el género de los shooters: 'Resident Evil 4'. La fórmula se ha ido perfeccionando y puliendo con el paso del tiempo, pero esta remasterización ha preferido mantener cierta tosquedad más propia de sus orígenes, algo que le sienta bien. No estamos ante un juego excesivamente difícil que necesite que todas sus mecánicas funcionen como un reloj suizo, sino que su mayor pretensión es hacerte pasar un buen rato, y con estas mecánicas lo consigue.

Por lo tanto, estamos ante un shooter en tercera persona con cámara al hombro. El arsenal es muy sencillo: pistola ,escopeta y ametralladora, pero con una vuelta de tuerca. Las armas se van actualizando por razones de historia, cada vez se hacen más poderosas. La ametralladora, por ejemplo, acaba fijando a los enemigos y todas las balas que disparemos irán directos a ellos. Una vez más, el juego quiere que disfrutes como un niño reventando demonios y no te preocupes de otra cosa. Como jugador, sí que tenemos cierto control sobre mejoras, pero que tienen que ver con la capacidad o velocidad de recarga de las armas, o nuestra propia salud.

'Shadows of the Damned' juega constantemente con la oscuridad a nivel jugable, ya que hay zonas que están completamente cubiertas y son dañinas para nosotros. Johnson nos permite disparar a ciertos objetos para despejarlas, pero en ocasiones tenemos que dejarlas tal y como están para poder activar mecanismos que nos permitan avanzar. Otros obstáculos que nos encontramos son puertas con bebés que sólo nos dejan pasar si les damos el capricho de turno (una fresa, un cerebro, un ojo...). Son puzzles extremadamente sencillos, porque ya explica Hotspur nada más empezar que él odia los puzzles.

Resulta paradójico, pero la parte que se siente más repetitiva de 'Shadows of the Damned' es cuando se convierte en una especie de shoot 'em up de naves, posiblemente porque rompe ese ritmo tan frenético que tiene el resto del juego. Aunque se agradece el aire fresco que aporta a un desarrollo completamente lineal y repetitivo hasta la saciedad, quizás le sobran uno o dos capítulos así. Hay otra secuencia que también busca romper la rutina, que lo hace de una forma más orgánica con el estilo del juego.

En cuanto a las novedades que aporta esta remasterización, son más bien escasas: NG+ y cuatro trajes en forma de skin (uno de ellos nos permite hacer más daño). Los 60fps se agradecen en un juego con un ritmo tan intenso. Eso sí, la actualización gráfica le sienta muy bien, especialmente al protagonista, y la dirección artística sigue destacando. Se siente como un juego actual de presupuesto medio, que es básicamente lo que era 'Shadows of the Damned' en su época.

CONCLUSIONES

'Shadows of the Damned: Hella Remastered' es un juego que se siente venido de otra época, para bien y para mal. Su propuesta jugable sigue siendo tan sólida como sencilla, que consiste en disparar a todo demonio que se mueva con un potente arsenal y con la cámara al hombro que nos retrotrae al 'Resident Evil 4' original. Es una experiencia que te dará diversión instantánea sin grandes quebraderos de cabeza, dentro de un mundo oscuro con muchas luces de neón y referencias sexuales constantes.