Quitarse las gafas de la nostalgia es algo muy duro de hacer. Mucha gente no ve lo que tiene delante de su nariz al retirarlas y prefiere seguir viviendo con el filtro del recuerdo cariñoso y pasado en vez de asumir la realidad que quizás haya delante. Como dicen en 'Los Simpsons', está la verdad y la verdad. Muchos quieren vivir en la segunda porque algo que les ha marcado su vida, les ha hecho mejores personas y les ha interesado por algo ha resultado no ser tan magnífico a través de los años. Sujeto en discusión: 'Secret of Mana'.
Quiero aclarar que quitarse las gafas de la nostalgia no quiere decir que haya que criticar un juego pasado gratuitamente. Para su momento pudo tratarse de una obra que, en su contexto, era magnífica y se merecía las notas que tuvo. En su contexto, para nosotros y nuestras versiones más jóvenes, podía ser excelente, magnífico, todo a cuanto podíamos aspirar. Pero el tiempo pasa: las creaciones del ser humano envejecen. Algunas lo hacen mejor, otras peor. 'Secret of Mana' no cae en la primera categoría.
Mejoremos el pasado
Tengo la sensación de que alguien en las oficinas de Square Enix era consciente de este problema y que por eso propuso darle un lavado de cara a uno de los juegos de SNES que la comunidad más ha amado a través de los años. El remake de 'Secret of Mana' es un proyecto noble con el objetivo de revitalizar uno de los títulos míticos de la extinta Squaresoft, quien vio sus días de oro en aquella plataforma con maravillas como 'Final Fantasy VI' o 'Chrono Trigger'.
El argumento de 'Secret of Mana' nos lleva a conocer a Randy, un joven muchacho que comete la estupidez de coger una espada sagrada que protegía de los monstruos del mundo al pueblo al que vivía. Como castigo, sus vecinos exigen al alcalde que sea expulsado para siempre de la aldea y se las arregle en la vida salvaje que le espera fuera. Tras esto conoce a dos compañeros más, una noble enamorada de un caballero y un pequeño elfo amnésico que tima y engaña a aquellos que se preocupan por él. Ni un miembro más ni uno menos.
Es una historia algo simplona e infantil, la cual da muchos giros esperados por una mente pequeña. Tampoco pretende mucho más: anima a los más pequeños con su humor ligero, impone con sus terribles villanos que parecen sacados de una serie animada y nos hace enfrentarnos a enemigos y monstruos de aspecto amable, infantil, educado. Su público es claro en todos los aspectos, y para la edad a la que se dirige sabe dónde acertar.
Por tanto cualquier nuevo jugador que se acerque a 'Secret of Mana' debe hacertlo o desde la mentalidad de una época pasada, donde el humor infantil y las historias jugaban otra clase de papel a las de hoy día; o desde el punto de vista de un muchacho muy joven que coge entre sus manos el mando para enfrentarse a un RPG por primera vez. El segundo aspecto es el ideal de cara a nuevos consumidores, pero se encuentra con el bache de la accesibilidad en su camino.
Un remake escaso
Está establecido entonces: hay que modernizar 'Secret of Mana'. Hacer el remake de un videojuego debe ser uno de los papeles más difíciles desde el punto de vista creativo ya que te obliga a tomar ciertas decisiones que podrían no encajar entre los jugadores amantes del juego clásico y los potenciales nuevos consumidores. El riesgo de cada elección tomada podría llevar el proyecto al desastre y desvirtuar en exceso la intención original del artista; o sorprendernos a todos con un nuevo punto de vista que nadie esperaba encontrar al revisitar una obra.
'Secret of Mana' no toma esos riesgos. La versión de 2018 decide apostar por lo clásico y sólo cambia el apartado visual para dejar intacto absolutamente todo lo demás. Los modelados del juego ahora han pasado a la tercera dimensión con un aspecto simplista, sencillote e infantil, convirtiendo a todos los personajes en versiones chibis de sí mismos y mapas sencillotes. Los enemigos parecen incluso más infantiles que antes, y aunque el estilo puede parecer que contenga gráficos de una generación anterior encajan bien para lo que el juego quiere presentarnos.
El problema reside en que este estilo artístico choca con el bajo presupuesto del título. De vez en cuando entraremos a ver algunas escenas especiales desde una perspectiva cinematográfica, y en estos momentos ninguno de los personajes se molestará lo más mínimo por mover sus bocas o labios. Esto, sumado a un doblaje en inglés muy poco acertado y en ocasiones aburrido, hará que la desconexión por parte del jugador pueda ser casi automática.
Sin profundidad
Hay que sumar el problema de que hacer una conversión exclusivamente gráfica de un juego como este implica que las mecánicas se mantienen intactas, y estas pueden quedar un poco extrañas en un juego de este calibre. Sin lugar a dudas el sistema de combate es lo que más necesitaba una revisión el título, pues es uno algo aburrido, sin profundidad ninguna y lleno de errores y fallos que los jugadores pueden cometer por pura limitación de las capacidades del juego.
Controlamos a uno de los tres personajes, sea en modo individual o multijugador, y nos enfrentamos a toda clase de bestias en un sistema de rol a tiempo real que aprovecha nuestra barra de ataque como principal recurso para dañar a los enemigos. A medida que mejoramos nuestras armas podemos cargar golpes más poderosos que liberar y destrozar a nuestros enemigos al precio de mantener pulsado durante más tiempo el mismo botón. A partir de esto, sumando el uso de las magias de forma limitada, se desarrolla todo el sistema de combate.
Tendría que haberse ajustado ya que estos ataques masivos no suelen ser muy útiles, y una vez controlamos bien las mecánicas de juego los jefes finales pueden convertirse en un chiste de unos escasos segundos de duración. Los problemas reales los encontramos frente a grandes hordas de enemigos y no por vernos superados, sino porque se aplica un hechizo mágico sobre nosotros quedaremos congelados en la pantalla, vulnerables a ataques adicionales. Ser arrebatado de tu control sobre el personaje no resulta especialmente divertido.
A toda esta serie de cuestiones hay que sumarle el problema de la accesibilidad que comentábamos varios párrafos arriba. Y es que aunque resulta bien cierto que el juego se dirige a un público infantil nuevo, 'Secret of Mana' ha llegado en perfecto inglés a nosotros y a una tirada limitada en versión física. Es una pena que Square Enix no apueste por aprovechar la ocasión, pues estos problemas alejan a su público y lo limitan en gran parte a que sólo los viejos amantes de la saga regresen a él.
Conclusiones
Cuando decimos que 'Secret of Mana' necesita un remake hablamos de un cambio profundo para el juego. Es cierto que algunas revisiones en el apartado gráfico pueden hacer maravillas para actualizar títulos a generaciones actuales: el reciente caso de 'Shadow of the Colossus' lo demuestra con grandeza, y si probamos algo más profundo podemos encontrar remakes como el de 'Final Fantasy IV' de la propia Square Enix. 'Secret of Mana' se conforma con demasiado poco, y aunque sea difícil de aceptar, este no es el juego que mejor ha envejecido del catálogo de SNES. De hecho, todo cuanto logra esta revisión es realzar más sus arrugas.