El 14 de Marzo 2018 | 09:55
¡Palabras! Como redactor y dedicado escritor conozco el poder de las palabras. Esa ha sido siempre la filosofía principal de la franquicia 'Scribblenauts', poner en las manos de sus jugadores el poder absoluto que se guarda en cada nombre, adjetivo, ideas alocadas que se nos ocurran para sencillamente divertirnos con las posibilidades que puedan aportar a los diferentes escenarios que se nos proponen.
El problema es que esta ya no es una franquicia novedosa que brille por su originalidad como un día lo hizo. Sí, sigue teniendo esa esencia infantil y de querer dar el poder al jugador, pero no se trata de nada nuevo, mucho menos novedoso. 'Scribblenauts Showdown', la entrega más reciente, no quiere sorprender ni tampoco revolucionar la saga. La pregunta entonces es si logra ser un título lo suficientemente atractivo para los fans de las aventuras de Maxwell y su familia, además del nuevo público interesado en entrar a conocer el poder de las palabras.
Nuevos caminos
No hay historia alguna en 'Scribblenauts Showdown'. No es que la necesite tampoco, pero alguna clase de contexto o transfondo habría sido agradecido en vez de lanzarnos directamente al menú del juego: arrancamos y sin absolutamente nada, ni siquiera un clásico Pulsa Start, somos abandonados en un menú de juego con múltiples opciones. Dos jugadores, modo Duelo, trofeos... No hay ninguna presentación o tutorial. Claramente no se dirige hacia un nuevo público, sino que quiere dar la bienvenida a aquellos ya acostumbrados a la franquicia.
Así que quizás os preguntéis: ¿qué es 'Scribblenauts'? Esta es la serie de aventuras de Maxwell y su extensa familia, quienes cuentan con un poderoso cuaderno de notas en el que si escriben algo pueden hacer que aparezca. Una serpiente, una cama, Cthulhu... Cualquier cosa que se les cruce por la cabeza y exista está al alcance de sus dedos. Y ese mismo poder se otorga al jugador ofreciéndole la posibilidad de escribir y desatar su imaginación.
No sólo se queda en crear objetos y personajes, claro. Podemos añadir adjetivos a los ya creados para alterar nuestro entorno de manera más efectiva, escribiendo por ejemplo 'Cthulhu enamorado' o 'araña venenosa amistosa'. Las posibilidades que se nos otorgan son fantásticas para resolver puzles y problemas que se nos plantean. Una pelea no tenemos por qué plantearla con una espada en mano y a tortazo limpio: podemos solucionar el conflicto como queramos si sabemos expresarlo en palabras.
Diversión en familia
Todo esto se pone a prueba en el Modo Abierto del juego, el cual se acerca a la experiencia original de las anteriores entregas de la saga. Seleccionamos un nivel y se nos coloca en una situación llena de problemas y acertijos que nos dejan caer con una lista de tareas que debemos completar para hacer la vida más feliz a aquellos que viven en ese escenario. O podemos crear el caos y comenzar a obrar maldades con nuestro cuaderno mágico provocando fuegos, invocando mosquitos gigantes y pudriendo la comida ajena.
La cosa está en que aunque sí hay un Modo Libre el juego no le presta casi ninguna atención. Sólo cuenta con ocho niveles, cada uno de ellos con diez puzles a resolver, y su tamaño es pequeño por no señalar que minúsculo. Se trata de una selección escasa y a la que apenas podemos sacar provecho por más de diez minutos, una auténtica pena contando que se trata del elemento más atractivo de la franquicia. Aunque sea cierto que contamos con otras entregas para disfrutar de esta clase de atracciones es una pena que no se hayan aprovechado las posibilidades que se otorgaban.
Siguiendo el problema de las escasas opciones en 'Scribblenauts Showdown' nos encontramos con el problemático editor de personajes, el cual nos otorga cierta libertad para crear nuestros propios protagonistas pero no la suficiente como para destacar nuestras creaciones frente a amigos y familiares. Esto se hace especialmente palpable al arrancar el juego por primera vez, pues descubriremos que la gran mayoría de elementos personalizables, ya pocos de por sí, se encuentran bloqueados tras la moneda del juego y logros personales.
Minijuegos y largas partidas
El atractivo principal de 'Scribblenauts Showdown' está en su modo multijugador. Esta aventura nos lleva a reunir de dos a cuatro personas en el mismo salón para arrancar con el modo Duelo, quizás el más divertido de todos. Somos posicionados en un tablero de corta a larga duración y se nos marca el objetivo de llegar hasta la última casilla. El primero en alcanzarla vence, como dicta la lógica.
Para movernos se nos otorgan cartas cada turno con efectos diferentes: avanzar inmediatamente, fastidiar a un compañero obligándole a retroceder, robar e intercambiar cartas... Todo esto con el objetivo de divertirse durante un rato. Pero activar estos naipes no nos da el efecto de manera inmediata la mayoría de las veces, sino que deberemos retar a otro jugador para lograr obtener su poder. En caso de que seamos derrotados, nuestro rival será quien obtenga el codiciado efecto adicional de la carta. Todo se acaba limitando a cómo juguemos nuestras cartas, nunca mejor dicho, añadiendo una pizca de estrategia a un título que depende casi exclusivamente de la suerte para obtener la codiciada victoria.
Los retos son donde más podremos divertirnos, puesto que consisten en pequeños minijuegos que nos invitan a lograr dos objetivos: el primero consiste en escribir una palabra que nos ayude en el actual desafío bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, ¿qué objeto puntiagudo nos sería especialmente útil en caso de querer usarlo con una catapulta para derribar una torre? ¿Qué clase de criatura voladora nos ayudará a superar una carrera de obstáculos que empiece por la letra C? Cuanto más imaginativos y acertados seamos más posibilidades de ganar tendremos. Pero claro, la clave sigue estando en la segunda parte del propio reto: demostrar nuestra habilidad pulsando botones, agitando el mando...
Son minijuegos bien sencillos y muy accesibles al gran público, semejantes a los que encontraríamos en otros party games como la franquicia 'Mario Party'. Sin embargo hay que señalar que se trata de una selección muy poco variada y puede que incluso algo escasa a la hora de la realidad. El título nos invita a intentar lograr superar ciertas marcas y desafíos en cada uno de ellos para desbloquear objetos especiales, pero más allá de ello no sacaremos mucho provecho de estos minijuegos a la larga.
Conclusiones
Debo señalar que hay mucho por desbloquear en 'Scribblenauts Showdown', todo un lujo para aquellos que quieran sacar el máximo jugo al título. Entre los desafíos de los minijuegos, los logros personales y los objetos desbloqueables a través de starditas, la moneda principal del juego, podríamos pasar una buena cantidad de horas para lograr sacar el 100% de toda la aventura. Por desgracia exigirá repetir muchas veces los retos que se proponen, por lo que es mejor dejarlo para largo término.
Al final del día 'Scribblenauts Showdown' no logra posicionarse a la altura de sus predecesores. No saca provecho real de lo que la franquicia representa, los minijuegos son algo escasos para lo que quiere llegar a ser y el Modo Abierto, lo más interesante del paquete, se limita a un número muy escaso de niveles que apenas sirve como distracción. Será ideal para los amantes de Maxwell que quieran divertirse en compañía una tarde o dos, pero no satisfacerá a quienes busquen una experiencia más profunda.
Lo mejor:
- Gran cantidad de desbloqueables.
- Diversión familiar.
Lo peor:
- Escaso número de minijuegos.
- Muy pocos niveles en el modo Abierto.
- Modo multijugador no muy abierto a las posibilidades de la franquicia.