Análisis 'Samorost 3', ¿desde cuándo un juego de puzzles relaja tanto?

Hacía tiempo que tenía ganas de volver a sentir la "amanita", esa aparentemente imposible sensación de paz que puedes experimentar jugando a un título de puzzles. Sí, a la vez que te desesperas porque tienes que ir otra vez para atrás, otra vez para alante, para acabar de resolver el puzzle y tras acordarte de que tienes que volver a la pantalla anterior, es todo tan bonito que... ¿quién se puede enfadar?

Y, claro, la "amanita" es una sensación que sólo puede transmitir el estudio Amanita Design, que cuenta en su trayectoria con juegos difíciles de olvidar, como 'Machinarium', 'Botanicula' o los 'Samorost', además de algunas aventuras cortitas que podemos encontrar en su página web. Aunque el sello de identidad del estudio está bien claro en todos ellos, cada uno goza de una estética distintiva. Por ejemplo, el 'Botanicula' es luz; 'Machinarium' son lápices de colores, y 'Samorost' es pura textura.

Textura eran 'Samorost' y 'Samorost 2', así que el juego que hoy nos compete, 'Samorost 3', no es para menos. Así que podemos empezar, de manera un poco caótica, por este apartado estético que lo caracteriza. Nuestro pequeño protagonista no es más que un cartoon plano, blanco, pequeñito, que no habla, pero que tiene mucho carisma (deberíais verlo bailar cuando resuelve un puzzle). Sin embargo, como contraste, el fondo, el paisaje, la tierra por la que se mueve, está dibujada de una manera que parece que la puedas tocar y sentir. Es una extraña mezcla de naturaleza y tecnología, dos elementos que gustan mucho a su creador, Jakub Dvorský, fundador de Amanita Design, pues los encontraremos en sus otros juegos.

Podemos contar como curiosidad que 'Samorost' fue el primer juego de Amanita Design y de Jakub Dvorský. Éste lo desarrolló en 2003 mientras estudiaba en la Academia de Artes, Arquitectura y Diseño de Praga (República Checa).

Volando voy, volando vengo

'Samorost 3' comienza con el citado personaje protagonista, que sueña con viajar al espacio. Decide, entonces, pedir ayuda a un vecino que es científico, que le dirá cómo construir una nave para poder conseguir su sueño. Así, con nuestros primeros puzzles, construiremos la nave y nos embarcaremos por una aventura en la que exploramos diferentes planetas. En cada uno iremos resolviendo pequeños puzzles para conseguir un objetivo y seguir avanzando.

La jugabilidad de 'Samorost 3' continúa con el point and click de sus predecesores. No tenemos texto, explicaciones, documentos que leer, ni siquiera oiremos una sola voz contándonos qué pasa y qué hay que hacer. En 'Samorost 3' todo posible texto o diálogo es sustituido por una pequeña animación o una secuencia de viñetas, lo cual hace que jugar sea una experiencia más ligera, sobre todo gracias a la calidad artística de estas presentaciones. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y en este juego se cumple la regla a rajatabla, por eso no te enfadas si te atascas.

Otro punto a destacar sobre su apartado jugable es que no he notado ningún fallo técnico. La jugabilidad no es tosca, en el sentido de que no se te va el ratón, ni aparece y desaparece el icono de acción. Parece un juego pequeñito, pero está muy cuidado.

¿Puedo jugar si me dan miedo los puzzles?

Los puzzles en 'Samorost 3' no son complicados, pero difieren de las aventuras gráficas a las que estamos acostumbrados. El rompecabezas no recae en un código, una cerradura, un jeroglífico o cualquier elemento que haya que arreglar "aquí y ahora", sino que tendremos que ir dando pequeños pasos a lo largo de unas pocas pantallas. Además, consiste más en hacer las cosas en un orden, porque en verdad hay muy pocos elementos con los que interactuar. Eso sí, a veces puede quedarte un rato estancado haciendo una cosa que en realidad no sirve para avanzar en el juego, pero ahí te la dejan. Lo bueno es que estas pantallas por las que nos movemos son muy intuitivas, pues no importa si primero vas hacia una zona y recoges allí uno de los objetos que necesitas, o vas a otra y resuelves ese otro puzzle.

Los pasitos que tienes que ir dando para resolver los puzzles son intuitivos y ligeros, pero no quiere decir que no haya dificultad, ni que sea un camino de rosas (sin espinas). Por ello, en Amanita Design se apiadan de nosotros y nosotras y nos dejan el que yo llamo "el libro de las respuestas", que no es más que un libro que tenemos en el menú que nos indica, mediante unas viñetas dibujadas, qué debemos hacer en esa pantalla, así, para cuando te atascas. Para abrirlo también tienes que resolver un pequeño puzzle, muy sencillito pero que te puede disuadir de mirarlo cada poco. Cuando ves la respuesta, normalmente dices: "¡Vaya, cómo no me di cuenta!", aunque en algún puzzle sí que pensé: "¿Cómo pretendían que se me ocurriera a mi esto?". Vaya, lo que pasa con los juegos de puzzles en general.

Amanita Design nunca defrauda

En definitiva, 'Samorost 3' continúa la estela de los otros 'Samorost', y también sigue la línea de los productos de Amanita Design. Por eso mismo lo recomiendo, ya decía al inicio que por mucho que te atasques, quieres jugar más, porque es ligero, te hace pensar sin querer llorar, tienes ayuda que no te hace sentir culpable (el libro de las respuestas), y es super, super bonito y relajante. Además de su arte, inigualable, que nos deja impresionantes sorpresas en diferentes puntos del juego (en esta última imagen os dejo una captura de uno de esos momentos en los que te apetece llorar de alegría), su apartado musical también precisa una mención especial. Tal es así que la banda sonora este y otros 'Samorost' está disponible de manera independiente.

Si aún no os atrevéis con 'Samorost 3', por pereza o cualquier otra razón, en la web de Amanita Design está disponible de manera gratuita la primera entrega, 'Samorost'.