La llegada de las vías supuso un cambio que sacudió los cimientos de la sociedad tal y como se conocía. La llegada del tren no fue únicamente la aparición de un medio de transporte mucho más rápido y eficaz, sino un cambio completo que supuso el fin de una era y el comienzo de otra.
Sus efectos los conocemos sobremanera y no son pocos, las producciones de Rockstar sin ir más lejos, los que hablan de cómo la llegada del ferrocarril abrió caminos y cerró otros. Pero, ¿cómo se produjo ese cambio? Para ello, y mucho más, llega 'Railway Empire' a la consola híbrida de Nintendo. Una oportunidad de oro para aquellos que disfruten tanto dentro como fuera de casa y, por supuesto, el título más adecuado para los seguidores acérrimos del tren y su evolución.
El ferrocarril llega a Nintendo Switch
Ahora las vías no solo se abren camino a través de la América del siglo pasado, sino también sobre el catálogo de la consola de Nintendo. Una que, con solo tres años de vida, ya ha conseguido acumular una gran cantidad de simuladores de todo tipo al que ahora toca añadir el trabajo de Gaming Minds Studios (y que nos llega de manos de Koch Media) y que se propone como el primero en la híbrida que nos llevará a trabajar con la gestión de trenes tras su paso previo por PC, PlayStation 4 y Xbox One. Nintendo Switch es su última parada (se estrenaba en PC en 2018) y eso también significa que el cargamento es mayor: incluye en esta nueva edición todos los DLCs del título original.
Pero, ¿qué representa la simulación de trenes? Lo cierto es que 'Railway Empire' va más allá del sentido estricto de la palabra y, en esencia, se convierte en un título de estrategia y gestión que nos llevará, antes que a convertirnos en el maquinista de nuestra propia máquina, en los encargados y encargadas de dar forma las tierras americanas de finales de siglo XIX y principios del XX mientras preparamos las vías y conexiones ferroviarias, abastecemos a ciudades y, en definitiva, hacemos del tren la llegada de la civilización en su máximo esplendor.
Esto se refleja en un nivel de detallismo abrumador, que hace de la obra de marras una más compleja de lo que quizás podría antojarse en un principio y, por lo tanto, también se entiende como un concepto que resta puntos de accesibilidad a su jugabilidad. Un factor que se traduce en una entrega imprescindible para los seguidores del género y sus mecánicas pero que resulta también un abismo para cualquier jugador o jugadora novel que se adentre en sus líneas.
Vías para todos
Con todo, esto se entiende siempre como una de cal y una de arena. Y es que la complejidad mecánica del título se extiende hasta el punto de convertirse en un conglomerado de pequeños detalles que forman entre sí una enorme red de posibilidades que, de nuevo, encantará a los seguidores del movimiento. Para aquellos que se quedan fuera de estas barreras, sin embargo, 'Railway Empire' tiende una pequeña mano e invita a disfrutar con su abanico de modos de jugabilidad.
Podremos hacerlo así con su modo campaña, que nos acompañará con ayudas y consejos sobre su funcionamiento a lo largo de cinco actos para que aprendamos todo lo necesario: construir vías, establecer conexiones ferroviarias, gestionar a los trabajadores y funciones de las mismas... Sin embargo, la ayuda no siempre resulta tan explícita como debería y es fácil quedarse colgado en sus inicios, buscando la forma de seguir con el siguiente paso sin que el título nos de demasiadas facilidades para ello —he aquí el principal problema con su accesibilidad.
Pero eso no es todo, porque una vez superamos el modo campaña podemos continuar con el modo escenario donde, siguiendo los conceptos básicos de la estrategia, nos enfrentaremos hasta otros tres magnates (podremos elegir nuestro personaje, suponiendo diferentes ventajas según cuál de ellos decidamos interpretar) en un campo lleno de recursos donde no solo deberemos preocuparnos por progresar en nuestro imperio, sino también evitar que el suyo interfiera en nuestro avance. Un proceso que se perfecciona con el mimo del juego y la adición incluso de titulares de prensa donde se ilustra nuestro avance y el de nuestros competidores.
Hay más, porque el modo libre resulta una experiencia más propia y nos permite personalizar todos los parámetros con los que vamos a enfrentarnos a nuestros competidores, así como estos mismos. Pero si la competición no es lo tuyo, el juego también cuenta con un modo experimentar que elimina cualquier obstáculo posible (desde enemigos hasta limitaciones financieras) para que puedas extender tu red ferroviaria sin ningún tipo de problema o interrupción.
Simulación en pantalla pequeña
La llegada de 'Railway Empire' a la consola híbrida de la gente de Kioto es otro paso más a la hora de engrosar el listado de simuladores de la misma. Un tipo de obras que no siempre consiguen encajar demasiado bien en el hardware de Nintendo y que, en este caso, se nos presenta de forma ligeramente agridulce.
Es evidente que esta versión es la que sale peor parada en conceptos gráficos. Las limitaciones no juegan a su favor y, aunque manteniendo la distancia con el entorno las cosas parecen ir bien, aumentar el zoom para gestionar nuestros elementos muestra todas las costuras del juego, que si bien no resulta fruto de errores, es, por así decirlo, poco vistoso. Ocurre lo mismo en su control, que se adapta bien a los controles de los Joy-Con utilizando el gatillo ZR para desplegar un menú radial con todas las opciones necesarias para avanzar pero que luego cae en enredos con sus botones y supone un problema añadido a su frágil accesibilidad inicial.
Con todo, son pequeños puntos a los que el propio uso nos acostumbra y que nunca se entienden cómo grandes obstáculos para su accesibilidad. Lo que sí entraría en este aspecto son los ocasionales errores que llevan al juego a cerrarse. Un hecho que se arrastra desde su versión original y que no se ha visto solucionado en ninguno de sus ports.
Pasajeros al tren
'Railway Empire' es un título único y, en su favor, hace un trabajo prácticamente impecable en aquello que pretende. Contamos con una gran cantidad de elementos que construir (no solo trenes, también edificios, cientos de mejoras tecnológicas en las que invertir y mucho más. Por si fuera poco, el título no solo apuesta por traducir sus textos a nuestro idioma sino que además lo acompaña con voces en español. Toda una delicia para los seguidores del movimiento.
Con todo, ese es también su problema. Y es que 'Railway Empire' es un juego pensado, únicamente, para los seguidores del ferrocarril y, más concretamente, en el espacio y momento que el juego representa. Sus opciones son abrumadoras para quienes no sean especialmente fans y su accesibilidad resulta algo tosca y lo suficientemente dura para quienes no estén familiarizados con el entorno y todo lo que representa.
Hablamos, por lo tanto, de un título desarrollado por y para fans del aspecto ferroviario y para quienes ofrece, insisto, una abrumadora cantidad de posibilidades y entretenimiento. Si no es tu caso, sin embargo, quizás no sea la mejor puerta de entrada al género.