El 21 de Marzo 2018 | 10:07
A comienzos de 2017 tenía que haber llegado al mercado la primera entrega de este 'Pure Farming' como competidor directo de 'Farming Simulator', una de las franquicias más veteranas en estos de la simulación de vida rural, pero desde Techland, que se encarga de distribuir la obra, prefirieron cancelar el lanzamiento y relanzarlo a comienzos de este 2018 como 'Pure Farming 2018' manteniendo todo lo que ya se había realizado, de hecho es como si hubiesen mantenido en un congelador el trabajo ya hecho esperando su fecha de salida, sin un añadido más ni un elemento que lo distinga de lo presentado hace ya más de un año.
Eso sí, a pesar de este tiempo en el limbo, se presenta como un rival al que la franquicia de Giants Software debe mirar con especial atención de cara a próximas entregas porque se trata de un alumno aventajado donde prima, por encima de todo el convertirte en un experto del cultivo a lo largo y ancho del mundo.
Cinco localizaciones a elegir
Desde el primer momento que decidimos convertirnos en granjero el título nos propondrá tres grandes modos de juego, aunque las diferencias entre ellos van a ser mínimas, de hecho el único que se distancia más es aquel que nos propone diversos retos a cumplir en un determinado tiempo y que se encuentra dividido por las distintas zonas en las que podremos llevar a cabo nuestros cultivos, siendo quizás el más diferenciador respecto a la competencia directa.
Las otras dos modalidades nos permitirán cultivar y gestionar nuestra granja al gusto, sirviendo uno de ellos como un extenso tutorial de cómo se debe actuar en el campo, que funciona a su vez como el modo historia del título, en el que nuestro abuelo fallece y nosotros, criados en la ciudad, decidimos asumir el control de la granja y su deuda. La trama empieza y termina ahí, tampoco es un elemento de especial relevancia en un título de estas características y de hecho no es algo que se vuelva a mencionar en ningún momento más allá de recordarnos, mensualmente, la deuda que vamos reduciendo con nuestros cultivos.
Si nunca nos hemos enfrentado a un simulador de estas características sí es cierto que empezar por ahí nos solucionará la sensación inicial de no saber qué hacer, ya que podremos ir subiendo nuestro nivel como granjeros e ir adquiriendo nuevas máquinas, siendo todas ellas licenciadas de marcas reales y lo más destacable del aspecto gráfico, al menos en la versión para PlayStation 4, donde los entornos se encuentran muy vacíos y las físicas
A medida que subimos de nivel podemos mejorar entornos para nuestros cultivos y propiedades en unos mapas que, aunque en un principio puedan resultarnos muy extensos, en la práctica veremos que la extensión no es tanta, aunque está bien aprovechada, pues tendremos que movernos de una punta a otra para poder gestionar por completo la granja.
Granja que podremos expandir desde Montana hasta Japón, pasando por Colombia, Italia y, como no, el mercado alemán, donde este tipo de simuladores cuenta con una auténtica legión de fans y que en esta ocasión es el primer contenido descargable del título, gratuito si se adquiere en las primeras semanas o de forma digital. En cada uno de estos territorios podremos desarrollar cultivos propios de la zona y criar animales de las mismas características, lo que nos permite desarrollar el componente de gestión económica, al que accedemos de forma muy sencilla a través de una tablet en la que queda registrado cualquier tipo de subida o bajada en el mercado de valores.
En lo personal, dado que ya había tenido ocasión de jugar a otros títulos de corte similar, la modalidad historia no supone ningún reto, resultando más atractivo el modo libre y los desafíos de granja, pudiendo acceder a todos ellos con el mismo personaje, al que podemos personalizar levemente con un editor muy básico.
Cosechar una determinada cantidad de cultivo o preparar los campos para ellos en un tiempo límite, con una maquinaria ya prefijada, es el auténtico desafío del título. De hecho el modo historia y el libre podían llegar fusionados y nadie echaría en falta de menos algún elemento, ya que en ambos es donde podemos comprar campos, sembrar a nuestro gusto y elegir cómo y cuando realizamos operaciones comerciales. Como comentaba arriba, el modo desafío nos permite ejecutar algunas tareas de forma progresiva en los distintos terrenos de forma que, aunque desde el primer momento contamos con Montana, Japón, Colombia, Italia y Alemania, hasta que no superemos los primeros retos no se nos desbloquearán los siguientes.
Cada uno de estos retos son actividades que podremos desempeñar en las otras modalidades, como sembrar o fumigar determinados campos, llevar a cabo distintas recolectas o criar animales, otra de las funciones de un granjero que también queda representadas, aunque es el elemento más automatizado de la simulación, tan sólo debemos seleccionar y construir los animales que queremos criar, proveerles de la comida necesaria para su existencia y recoger las ganancias cuando pase el tiempo establecido. No necesitan de cuidados especiales ni ningún tipo de mantenimiento exhaustivo, algo que sí ocurre con la maquinaria, a la que deberemos pasar periódicamente por el taller, previo pago, e incluso limpiar tras varias jornadas de trabajo ya que el no hacerlo repercutirá en un peor funcionamiento, y con ello, la pérdida de un tiempo que en el campo es oro, pues los cultivos se nos pueden echar a perder si no se mantienen bajo unas condiciones que podremos ver bien a pie de campo o bien desde drone, siendo esta última mucho más visual e irónicamente, la que mejor rendimiento ofrece, pues a pie de campo, y a pesar de que la carga técnica no sea excesiva, pues las carreteras están casi despobladas y las edificaciones, sufre de varias caídas en la tasa de fotogramas en su versión para PlayStation Pro.
Conclusión
Realmente los fans de este tipo de simuladores y amantes del campo encontrarán un mundo de posibilidades en esta propuesta de Techland. De hecho es a ellos a quién va dirigidos, pero también es cierto que la gestión de los recursos y la economía lo convierte en un simulador más que atractivo para los habituales de otras franquicias de gestión, añadiendo la particularidad de trasladar todas las operaciones habituales del género, como los préstamos o los altibajos del mercado de valores al entorno rural y, como en el resto de títulos, ofrece diversión para horas y horas sobre los asientos de tractores, cosechadoras y todo tipo de vehículos habituales en una granja, los grandes protagonistas, sin ningún tipo de duda, de su apartado visual, pues se ha recreado hasta el interior de cada uno de ellos, pudiendo ver sus particularidades mientras recolectamos nuestros campos y suena de fondo composiciones de country o del folklore de cada uno de los países donde ubicamos las granjas.
Lo mejor:
Muchas posibilidades de gestión de recursos
Distintos entornos y cultivos propios de cada uno de ellos
Aspecto sonoro
Lo peor:
Su aspecto gráfico más allá de los vehículos
El desarrollo excesivamente lento al inicio
La similitud entre modos de juego