Aquí estamos otra vez. El año pasado 'Pokémon' sorprendió a propios y extraños con el estreno de su séptima generación de videojuegos, 'Pokémon Sol' y 'Pokémon Luna'; el título enamoró a la crítica, y es un gran porcentaje de fans el que asegura que se trata de las mejores ediciones hasta la fecha. Es este el punto álgido que debía superar GameFreak de cara al futuro, toda una tarea de alta responsabilidad. Y en gran medida seguimos esperando, pues ese es el objetivo para los próximos juegos en Nintendo Switch.
Pero mientras tanto debemos esperar, y las esperas pueden hacerse muy largas. Contamos con dos nuevas ediciones hasta entonces con mejoras y extras diferentes: 'Pokémon Ultrasol' y 'Pokémon Ultraluna', las versiones mejoradas de los juegos previos. Y vamos a ser sinceros, esto ha resultado ser algo confuso: ¿son secuelas de los juegos anteriores? ¿Versiones definitivas que suman eventos como anteriores terceras versiones? Bueno, la respuesta es compleja. La saga quizás no esté en la mejor de las situaciones.
Volvamos juntos a Alola
El argumento de 'Pokémon Ultrasol' y 'Pokémon Ultraluna' repite los mismos puntos que la entrega previa. Somos un joven de once años que a nuestra llegada al archipiélago de Alola se nos encomienda la misión de hacer el recorrido insular: superar las diferentes pruebas que nos aguardan en las cuatro islas para demostrar que ahora somos adultos. Se trata de un viaje espiritual, uno en el que estrechamos vínculos, conocemos a nuevos compañeros de viaje y que el vínculo que guardamos con los Pokémon no es uno de mera esclavitud, sino una simbiosis que refleja los beneficios para ambas partes.
Estas valiosas lecciones se sumaban en el juego original a temas como la toxicidad de las personas y el daño que podemos provocar en otros de forma indeseada a través de temas como el amor negativo y excesivo. Todo esto demostraba lo excelente que puede ser la narrativa de un juego para niños si se pone el suficiente cariño al guión. Pero ese es el problema: la mayoría de estas cosas no existen en estas dos entregas.
Desde el principio del juego se eliminan algunos eventos del título original para meter otros, haciendo la narrativa más directa pero no por ello mejor. En la recta final del título es cuando viene la mayor cantidad de cambios, alterando por completo la naturaleza de la ex villana principal y cambiando la amenaza de algo personal al cliché de salvar el mundo. Sí, es un problema: convierte una historia de un tema cercano y profundo a la trama de cualquier otro título de la franquicia.
El juego no logra tampoco conseguir mantenerse fresco frente a estos cambios. Son transformaciones que hacen más cómodo el transcurso a los jugadores que ya disfrutaron de las dos entregas previas, pero casi todo el resto del trayecto se mantiene casi sin ser alterado, dándonos una sensación de repetición de tareas constante. Quizás un año haya sido muy poca distancia entre los juegos; quizás lanzar este título más tarde hubiese sido más acertado.
Los villanos contraatacan
Estos temas se pierden, pero a cambio se gana un importante extra tras terminar la historia principal. Pasamos a protagonizar un nuevo capítulo que trata el regreso de un viejo equipo de villanos que pretende conquistar el mundo con la ayuda de los diferentes antagonistas que han poblado la saga en sus entregas principales, todos ellos en su versión más poderosa: con un equipo con mega evoluciones, legendarios y ataques terriblemente poderosos.
Es un añadido fantástico que no sólo hace un llamamiento a la nostalgia y a reunir lo mejor de veinte años de franquicia, sino que suma un gran contenido con un justo nivel de dificultad. Es el contenido principal por el que los jugadores más interés van a generar: recorremos toda la saga a través de ellos, se alarga el título unas horas más... Es un extra estupendo. Pero uno que podría haberse sumado como DLC a las anteriores entregas sin tener que pasar de nuevo por todo el recorrido insular.
Si queremos acceder a este jugoso extra tenemos que volver a terminar el juego, una labor nada sencilla. El título dura alrededor de 30 horas de juego si vamos directos a la historia; esto es ignorando las misiones secundarios, los descansos y capturar todas las criaturas a nuestro camino para rellenar la Pokédex. Es una auténtica pena tener que pasar por todo esto para lograr el objetivo principal por el que adquirir el título.
Pequeñas mejoras, ligeras transformaciones
Además de este capítulo adicional han sido añadidos pequeños detalles al título para compensar la repetitividad de la historia. La Pokédex ha crecido en tamaño de las trescientas dos criaturas originales a cuatrocientas, pero sólo cinco de ellos son nuevos monstruos de bolsillo coleccionables. No ha sido agregada la Pokédex nacional recopilando las más de ochocientas especies existentes, una de las mayores quejas de los juegos anteriores que no ha sido llevada a consideración por The Pokémon Company y perjudica el resultado final a aquellos que desearan hacerse con todos, pues parece quedarse sin recompensa a partir de esta séptima generación.
También han sido añadidas numerosas misiones secundarias al título, ataques inéditos que se pueden aprender y minijuegos como el surfeo de Mantine, que nos permite viajar de una isla a otra haciendo uso de la susodicha criatura; o los viajes entre ultraumbrales, que no sólo nos dan acceso a Pokémon legendarios sino también a otras especies que no podemos capturar en las islas de forma regular. Aun así estos extras se quedan algo vacuos a la hora de la verdad y pueden llegar a resultar incluso molestos, especialmente el segundo al forzar en una primera partida a ser jugado con el giroscopio de la consola y no dejar claro cómo cambiar la opción de control por defecto.
Game Freak ha intentado dar una versión más refinada y definitiva de nuestro viaje a Alola, pero el resultado no parece uno completo. Estos nuevos extras no se pueden comparar a anteriores adiciones como Pokéwood o el Frente Batalla; quizás de haber contado con más tiempo de desarrollo podría haberse logrado algo más acertado, aunque las decisiones artísticas tomadas que cambian el juego original no terminan de tranquilizarme a ese respecto.
Conclusiones
El mayor problema de 'Pokémon Ultrasol' y 'Pokémon Ultraluna' es quizás que no sabe exactamente a qué público debe dirigirse: ¿nuevos jugadores que nunca hayan tenido el placer de disfrutar de la séptima generación o aquellas personas que decidan revisitar Alola una vez más? Sea como fuese, es un juego que difícilmente podrá satisfacer a alguna de ambas partes. Aquellos que no pudieron jugar en su momento de los dos juegos anteriores no podrán disfrutar de la historia al completo, y los que vuelvan a repetir la experiencia no verán las suficientes novedades como para verse lo suficientemente atraídos.
Incluso así: 'Pokémon Ultrasol' y 'Pokémon Ultraluna' son juegos excelentes. Sus cambios quizás hagan que sean inferiores a sus juegos originales, pero en su conjunto se sigue tratando de unas entregas de gran calidad dentro de la franquicia capaces de ofrecer más de cien horas de contenido variado y divertido. Quizás sea mucho más recomendable para recién llegados que para antiguos jugadores, pero cualquiera podrá disfrutar de estas ultra ediciones.