El 24 de Agosto 2019 | 12:00
No soy especialmente fan de los juegos de puzles, pero la saga 'Picross' entra en una categoría muy especial para mí. Cuando necesito que el tiempo pase volando por tener un largo viaje entre manos o cuando mi cerebro pide desconectar de todo siempre acudo a esta franquicia. Es relajante, en cierta forma. Dedicas el tiempo que es necesario a cada nivel, estrujas tu cerebro al máximo y activas distintas partes de tu mente a las que no estás acostumbrado en el día a día. Con este mente la idea de llevarlo a otros géneros y crear nuevas clases de bestias me parece más que interesante para darle nueva vida. ¿Qué tal funcionaría, por ejemplo, con los RPG? Son juegos que también necesitan su paciencia y no acuden a la acción inmediata. Suena a buena idea. ¿Se las arregla 'PictoQuest' para destacar entre otras entregas de puzles?
Sin Historia ni pasado
Una de las ventajas de combinar géneros es que puedes pasar a centrarte en aspectos que antes eran innecesarios o se consideraba que estaban fuera de lugar. Uno de los puntos fuertes de los RPG es cómo se centran en su historia: algunos de los mejores videojuegos narrativos han pertenecido a este género, así que el potencial está presente. Para bien o para mal, 'PictoQuest' no aprovecha la ocasión. Contiene una trama, pero está despreocupada por ella.
Su historia gira alrededor de dos héroes que se aventuran a salvar el mundo de la amenaza Moonface, un terrible villano que ha desperdigado por todas partes los nonogramas mágicos que definen el mundo. En nuestro camino nos enfrentamos a varios enemigos a modo de jefes finales, pero más allá del par de diálogos que podamos tener con ellos, resumidos en cuatro o cinco cajas de texto, no hay absolutamente nada más de trama. Tan poco pesa que ni siquiera importa si elegimos al héroe masculino o femenino: los diálogos no cambian y nos tratan como si ambos viajaran a la par.
No hay humor ni tampoco el juego se centra en las debilidades o fortalezas de los tropos típicos en las historias de fantasía. Poco o nada importa la trama hasta el punto de que
El nivel de desinterés por la trama es tan grave que ni siquiera cuando terminamos la aventura el título se preocupa en dar un cierre a la aventura con los créditos finales o un diálogo final. Enhorabuena, has completado el mapa y alcanzado el 100%. Se acabó. No hay una sensación de satisfacción en la que regocijarse.
Tampoco aprovecha el mapa que tiene a su disposición, y era muy fácil haber diseñado un mapamundi con el estilo de 'Super Mario Bros. 3' o semejante. Los niveles son una línea recta sobre la que no tenemos ningún control para elegir fases o saltarnos algunas: sólo podemos elegir aceptar misiones secundarias que reciclan los niveles ya resueltos. Nada más. Es sobre todo una inconveniencia si queremos repetir un nivel en concreto y debemos recorrer todo el mapa para encontrarlo, yendo por las líneas rectas infinitas.
Puzles fantásticos
Es obvio que el punto en el que destacará 'PictoQuest' es en el diseño de sus nonogramas. Quien no conozca esta modalidad de puzles debe saber que consiste en marcar casillas en un cuadrado de diferentes tamaños marcado por líneas y casillas; nuestro objetivo es atender a los números horizontales y verticales para deducir dónde dar nuestro siguiente paso y, a partir de ello, seguir completando el puzle hasta que tome forma de un dibujo con estética píxel art. Es satisfactorio por sacar músculo de nuestra capacidad de deducción y observar los ingeniosos dibujos artísticos con los que los artistas logran destacar. En el caso de este título destacan especialmente, ya que una vez completado cada nivel los nonogramas se mostrarán en una animación, dándole nueva vida a las obras por las que pasamos.
La gracia, además del estilo particular de los diseñadores del juego con estos dibujos, es que todos los niveles por los que pasamos están basados en objetos, criaturas y conceptos típicos de los RPG de fantasía medieval. Tenemos desde los clásicos cofres hasta mantícoras o vampiros capaces de hacernos temblar. Seguir esta temática es entretenido e incluso nos anima a continuar para descubrir en qué se podrían basar a continuación en los próximos niveles. No se hace aburrido en ningún momento y da qué pensar sobre qué podríamos ver en el futuro en el mundo de los videojuegos de nonogramas.
En lo que se refiere a los puzles en sí este es un juego perfecto para aquellos que quieran empezar con el género y no sepan por qué título hacerlo. Todos los niveles tienden hacia una dificultad no muy exigente: los más expertos no encontrarán ningún problema para completar cualquiera de los niveles, incluso con el aumento de tamaño en los márgenes con respecto a la franquicia 'Picross'. En esta los niveles no suelen superar los 15x15 cuadrados, mientras que en 'PictoQuest' los niveles finales son de un terrorífico 20x20 cuadrados. Estos números pueden asustar, pero con las facilidades que se nos entregan y el hecho de que muchas líneas están pobladas de marcas que debemos hacer nunca llegaremos a atascarnos.
De mayor quiero ser RPG
Estas mencionadas facilidades son perfectas para aquellos que se acerquen al título por el amor hacia los RPG. Tenemos dos clases de niveles: cofres que abrir, donde cada error deberá pagarse con las monedas que hayamos recolectado; y enemigos, donde tendremos que hacer frente hasta tres monstruos que nos bloquean el paso. El punto está en que estas bestias harán lo posible para detenerte y te atacarán de forma directa si no reducimos su barra de acción, lo cual lograremos cada vez que completemos una línea del puzle de turno.
Esta clase de encuentros añade un elemento de estrés que no está normalmente en otros juegos de tipo 'Picross'. Jugamos contra el reloj, porque si nos vacían la vida se acabó la partida y deberemos comenzar desde cero. Por suerte contamos con magia de nuestro lado: los tres hechizos elementales clásicos del género (fuego, hielo y electricidad) nos ayudarán a enfrentarnos a las criaturas revelándonos dónde hacer marcas, rellenando el nonograma por nosotros o deteniendo a nuestros enemigos para que no nos dañen. También entra en juego el hecho de que los jefes finales pueden borrar algunos bloques de nuestro progreso si tardamos mucho en avanzar, pero esto sucede contadas veces y no lo vemos lo suficiente habitual como para destacar los combates contra ellos por encima de otros enemigos normales. Resulta mucho más difícil hacer frente a un grupo de tres enemigos con tres barras de acción independientes que a estos terribles monstruos finales.
Conclusiones
'PictoQuest: The Cursed Grids' tiene muy buenas ideas para hacer un nuevo tipo de jugabilidad en el campo de los nonogramas, pero casi ninguna de ellas la consigue ejecutar con éxito. Los elementos RPG como el mapamundi o los enfrentamientos a enemigos son más una incoveniencia que otra cosa, e incluso hacen que en vez de relajarnos nos sintamos más estresados, constantemente luchando para no quedarnos arrinconados en la pared. Quizás en el futuro alguien pueda ver los conceptos con los que los desarrolladores han querido jugar y cree el siguiente paso en el mundo de 'Picross', pero ese momento no ha sido el ahora.
Lo mejor:
- Nonogramas bonitos y animados basados en fantasía medieval.
- Perfecto como primer juego para iniciarse en los 'Picross' por su baja dificultad.
Lo peor:
- Mapamundo lineal y molesto.
- Niveles que nos obligan a manejar el estrés de los combates y agilizan negativamente el juego.
- Conceptos RPG muy mal implementados a la aventura.
- Trama desconsiderada y vacía.