ACCIÓN FARAÓNICA

Análisis de 'Pharaonic': La mejor puerta de entrada al "souls-like"

Milkstone vuelve a desarrollar una obra cuya mayor baza es la accesibilidad para todos los públicos.

Por Marco Gonzálvez 26 de Julio 2016 | 14:51

Después de jugar a fondo a dos desarrollos propuestas más ambiciosos de Milkstone Studios queda muy claro que si hay que definir a este estudio carbayón con una sola palabra ésta sería accesibilidad. En 2014 su 'Ziggurat' fue un éxito por ofrecer una experiencia absolutamente compatible con todo tipo de jugadores en el género de los rogue-lite. La aventura de magia y acción frenética reducía el concepto del rogue-lite a sus mecánicas más básicas sin perder la diversión en el proceso.

El "Souls" amigable

Ha sido este mismo mes cuando los asturianos han demostrado que saben aplicar esta filosofía de reducir géneros para hacerlos amigables a los foráneos al tipo de juego que se propongan. En el caso de su último trabajo, 'Pharaonic' (juego que pasó unos cuantos meses en el programa de Acceso Anticipado de Steam), se han atrevido con un sub-género bastante nuevo en la historia del videojuego reciente y muy de moda como es el "souls-like". Con una aventura en 2,5D este equipo se ha aventurado a explotar una ambientación tan poco utilizada en los videojuegos como es la del Antiguo Egipto.

En el rol de un preso que creamos en un modesto editor de personajes 'Pharaonic' nos encomienda la misión de librar al pueblo egipcio de la tiranía de Ahmosis I, el Faraón Rojo, quien hace y deshace a su antojo parapetado tras un ejército de seguidores cuyas filas se componen por todo tipo de criaturas, desde soldados humanos hasta lagartos y golems.

La historia comienza siendo una mera excusa y a penas gana trascendencia con el paso de las horas, no se expande mediante los diálogos que mantenemos con los diversos personajes que encontramos a lo largo de las distintas localizaciones del juego. Tampoco encontramos líneas de texto que enriquezcan la narrativa en descripciones de objetos o piezas de equipo como pasa en la saga en la que se inspira fuertemente 'Pharaonic'.

Combate como baza principal

El juego deja caer todo el peso de su atractivo en los combates; unos que el principio se tornan demasiado ortopédicos y casi aburridos pero que a diferencia de la parte narrativa sí que mejora con el tiempo. Cuando nos hacemos con los tempos de los distintos tipos de arma que van desde pesados y lentos martillos y mazas hasta ligeras espadas y manejables lanzas es cuando empezamos a ver que un "Souls" en 2D sigue siendo una buena idea. Nada que no demostraran en su día juegos como 'Salt & Sanctuary', todo sea dicho.

Como era de esperar medir cada movimiento es parte vital del combate en 'Pharaonic', contamos con las clásicas barras de energía que determina cómo y durante cuánto tiempo podemos atacar, rodar o realizar esquivas y bloqueos y la barra de magia que sirve para usar las mochilas, dispositivos mágicos divididos en ofensivos y de apoyo que nos permitirán lanzar proyectiles, ataques en área o realizar acciones como aumentar nuestra velocidad o hacernos más resistentes, entre otras. No podían faltar a semejante cita los contraataques o "parrys", los cuales son muy efectivos para neutralizar a enemigos humanoides con un gasto mínimo de energía pero que por desgracia no funciona siempre tan bien como nos gustaría por el puntito de pulido que le falta al sistema de combate del juego que en ocasiones nos dejará vendidos al recibir un golpe que deberíamos haber esquivado o perdiendo algún input por el camino. Nada habitual, por suerte.

'Pharaonic' se mueve entre lo desafiante para los novicios en juegos que requieren cierta paciencia para afrontar hasta el combate más insignificante y lo tremendamente simple para los que llevan cientos de horas repartidos entre juegos de From Software y sus muchos derivados. La accesibilidad de 'Pharaonic' no reside en su sencillez en términos de dificultad si no en la simpleza de su diseño. El componente RPG se reduce a mejorar las estadísticas de salud y fuerza con cada nuevo nivel y la maestría que podemos adquirir para hacer que cada pieza de la armadura, así como las armas y las mochilas consuman menos energía, pesen menos o requieran menos magia para ser usadas se mejora con unas gemas mágicas que obtenemos de vendedores o cofres repartidos por los niveles y que deberemos cambiar a entrenadores también diseminados por los escenarios para obtener un nuevo nivel en el dominio de cada objeto. Atrás quedó la docena de estadísticas, las escalas, los sets de armadura y otras parafernalias explícitas a "Lo Souls"y de quienes beben de ellos. Las configuraciones de personaje que podemos elaborar se reducen a las clásicas de soldado lento pero fuerte y resistente o ágil a la par que débil dado que las piezas de equipo se dividen en pesadas o grandes para ir a fuerza y pequeñas o ligeras para afrontar los combates con más ritmo pero menos daño.

El progreso a través de la historia principal de 'Pharaonic' tampoco requiere de sesudos puzles escondidos en un diseño de niveles enrevesado y pesadillesco. Por supuesto el juego recurre constantemente al recurso de el descubrimiento de estatuas a las que rezar para activarlas como punto de control que además de recargar todas las barras de nuestro HUD así como nuestro suministro de cantimploras sanadoras devuelve la vida a todos los enemigos de la zona salvo a los jefes y minijefes. También está presente en el diseño de su arquitectura la presencia de caminos cerrados que una vez abiertos suponen importantes atajos para recorrer con más eficacia unos escenarios que igualmente tampoco son especialmente grandes, pero por suerte sí variados, llevándonos la aventura a través de oasis, ciudades, minas, canteras y otras localizaciones con un diseño más que cumplidor.

Identidad propia

Ayuda mucho a distanciarse de comparativas (inevitables por otra parte) su tono desenfadado otorgado por un apartado artístico cartoonesco con unos personajes humanos sobremusculados que rozan lo caricaturesco (gran detalle el hecho de que el sexo de los enemigos cambia aleatoriamente en cada encuentro) y un buen elenco de criaturas que si bien no son el pináculo de lo imaginativo si que ayudan a que el descubrimiento de cada área vaya acompañado de la incertidumbre y miedo ante todo un nuevo set de movimientos que memorizar y contrarrestar. Se agradecen especialmente detalles como la posibilidad de configurar cada botón del mando para la acción que deseemos, algo que no es ni mucho menos nuevo pero que no vemos habitualmente entre el desarrollo independiente y que personalmente me ha permitido disfrutar de todo el juego con un mando estropeado sin perder nada por el camino.

'Pharaonic' sirve para constatar la calidad que hay en Milkstone Studios, el equipo vuelve a firmar una obra que se inspira en elementos ya de sobra conocidos y los incluye en una experiencia accesible y reducida a términos comprensibles y amigables para muchos más jugadores que los juegos en los que se inspira. Se le puede achacar cierta desidia en lo narrativo, problemas en la versión de PS4 que ya parecen inherentes a cada lanzamiento desarrollado en Unity que llega a la consola de Sony e incluso cierta monotonía si nos lo tomamos demasiado a pecho y pretendemos explorar cada rincón del escenario hasta el completismo puro. Pero lo que no se puede negar a 'Pharaonic' es que vuelve a tocar las teclas necesarias para hacernos bailar a su son sin caer en lo derivativo hasta hacer herida y que no es solo un lanzamiento relevante para nuestro desarrollo patrio si no que lo es para el catálogo internacional de PC, PS4 y Xbox One.