El 28 de Mayo 2016 | 19:51
Los usuarios de más edad tenemos miedo a esta época en la que los juegos de portátiles son cada vez menos habituales y cada ves oímos hablar más y más del panorama móvil. Para alguien que 35 años que tuvo un hijo a los 25, el padre añorará con cariño el tiempo que pasó con la Game Boy en el autobús y a las noches la luz de una lámpara con 'The Legend of Zelda: Link's Awakening. Su hijo estará siguiendo los pasos de su padre, aunque sin lámpara, jugando con su móvil a 'Angry Birds', 'Candy Crush Saga' y 'Clash of Clans'.
Al fin y al cabo la única diferencia que hay son dos generaciones diferentes disfrutando de productos de calidad de su época y el padre ya ha entrado en la edad en lo que todo lo nuevo le parece brujería, y no debería ser así. Varios juegos de móviles nos demuestran que pueden tener una calidad comparable a esos juegos de portátiles como 'Implosion: Never Lose Hope' que parece un juego de PS Vita para amantes de la acción estilo 'Diablo'.
Del género RPG hay muchos, pero una gran mayoría son ports de juegos clásicos de la SNES, con lo que sería mejor aproximarse al mercado con un juego pensado desde cero para móviles. Hace varios días se estrenó en el mercado mundial 'Phantom of the Kill', de los creadores de 'Brave Frontier'. Con ese precedente, podemos confirmar en que será un juego de rol mínimo competente.
RPG móvil, sólido
Los que hayan jugado a 'Fire Emblem' se van a sentido medio cómodos, pues 'Phantom of the Brave' parece su marca Hacendado. Aunque es claramente el acercamiento a formato móvil y de monetización free to play que muy seguramente acabe usando Nintendo.
Empezamos con unas unidades fijas y ya el juego nos dispensa maná y Lapislázuli con los que conseguir unidades y objetos para crear nuestro ejército personal. Aquí entra un factor de azar a la hora de conseguir unidades que puede hacer el juego o muy fácil o muy difícil. En mi caso personal, me tocó una unidad Mitum femenina de cinco estrellas y un hacha de dos al principio del juego y el modo historia se convierte en un proceso que se basa en poner al personaje a disposición de los enemigos y contrarrestar sus golpes. Cero estrategia. Claramente he tenido mucha suerte y demuestra que esta muy vendido al azar, cosa que pasa con la distribución estilo gashapon y no es algo por lo que le deba culpar.
Por lo demás, es un calco del estilo de 'Fire Emblem': movimiento en cuadrículas, triángulo de armas, los arcos son fuertes contra enemigos alados... Se le añade una pequeña tabla de elementos que le da cierta profundidad, que se agradece. Se le podría acusar de ser un plagio fácil, pero no hay que ser talibán si tomando mecánicas de algo popular, se le da algo distintivo y con valor propio. Quitando que el azar puede hacer que sea un juego muy fácil o muy difícil, tiene una estructura sólida, que es lo que cuenta a la hora de valorar el juego. No rompe moldes ni reinventa la rueda, pero para los amantes de 'Fire Emblem' puede ser una buena alternativa.
Mención especial merece la enorme cantidad de contenidos adicionales como el coliseo, las historias personales de los personajes (aunque requiere que sean de alta categoría) y los eventos regulares para conseguir premios especiales. Es mucho contenido el que hay y se agradece dado que así los coleccionistas se animarán a disfrutar plenamente del título y puede cundir mucho, y eso que aún falta por añadir el modo multijugador.
Un enorme amalgama artístico sin sentido
Pero si hay una gran queja que tengo que decir sobre 'Phantom of the Kill' es que es el resultado de varios estilos artísticos pasados por una batidora. ¿Recordáis que Pete, Sora, Donald y Goofye en el mundo de Piratas del Caribe de 'Kingdom Hearts 2' se sentían como un pegote debido a su diferencia de estilos artísticos? Pues 'Phantom of the Kill' sería su Electric Boogaloo (apelativo que se da a una secuela o continuación desastrosa).
Hay varios problemas a nivel artístico y trataré de ser breve con ellos. Han utilizado diferentes artistas de Pixiv para diseñar a los personajes y dan la sensación de que cada uno pertenece a un juego distinto. Ninguno de los diseños que hay hace que me los pueda tomar en serio debido a que no dudan en poner a una chica con traje de colegiala en un juego de guerra mientras otro personaje lleva una armadura clásica y con sentido y luego una unidad lleva un traje lleno de abalorios. Y terminamos con una unidad especial con un diseño parece sacado de un manga de la Shonen Jump rechazado hecho con la intención de que su creador pueda ver a chicas cosplayers con sudaderas que enseñan los costados y el lateral de los pechos. Y ese personaje con diseño que "se esfuerza demasiado" ya tiene una figura de coleccionista anunciada.
Se nota mucho que han querido seguir la fórmula de 'Kantai Collection' y 'Touken Ranbu' de hacer muchas "waifus" y "husbandos" (léase con tono despectivo) para atraer al máximo número posible de usuarios. Y aunque va a funcionar como el público objetivo amante de los animes de temporada, es difícil pasar por alto el inconexo estilo artístico. Todo ese sobreesfuerzo para tener unos gráficos en batallas de estilo chibi muy normales, una banda sonora con temas que "funcionan y ya", una historia muy poco interesante digna de una serie de animación japonesa de verano, y una interfaz llena de elementos en pantalla. Sobre esto último, es comprensible dado que no tenemos botones físicos, pero al menos funciona al adaptar al control con pantalla táctil una experiencia de 'Fire Emblem' de marca blanca. Cabe decir que, debido a la cantidad de contenidos que tiene, nos veremos obligados a efectuar una gran descarga inicial para no acabar descargando niveles y contenidos del modo historia con los datos móviles. Y eso no hace que se reduzcan mucho los mortales tiempos de carga en mi móvil de gama alta.
Para perder el miedo a los móviles
Pero al final de la partida, puedo decir que es uno de esos juegos con los que pese a sus defectos se puede disfrutar mucho. No entra en la categoría de joyas en bruto ni títulos de culto, pero con cumplir lo básico del género es suficiente. Ya por sí solo tiene una cantidad de contenido envidiable con un sistema de batalla sólido y cierto componente estratégico si no te toca una unidad claramente OP que te haga el juego un paseo.
Además, pese a tener microtransacciones y claramente pedírtelas, no cruza el umbral de lo exagerado. El juego no se avergüenza de darte lapislázulis para conseguir unidades raras o aumentar tus ranuras de inventario, el dinero no escasea y los puntos de maná vienen solos a poco que agregues a amigos y pongas a una unidad que todos quieran tener en su equipo como invitado. Se siente más como la promoción de un producto transmedia y nos venderán la banda sonora, figuras coleccionables de todos los tamaños, encuentros con las actrices de doblaje en Japón... Pero ante todo, el juego es firme en su base y su cantidad de contenidos y aunque no se acerque al sobresaliente, no se puede negar su calidad.
Puedo recomendarlo, no encarecidamente como juego obligatorio, pero sí para comprender y entender que quizás el futuro de los juegos para móviles no es tan malo si se mantiene cierta calidad en los productos. Tras pasarme con él más horas y logueos diarios de los que esperaba al inicio, estoy tranquilo de que Nintendo puede pasar sus franquicias estrella a móviles y dejar de invertir en un mercado de consolas portátiles que cada vez les da menos beneficios.
Lo mejor:
Tiene mucho contenido, mucho más que algunos juegos de consola. Como juego de estrategia, funciona mal.
Lo peor:
Que te toque una unidad OP muy pronto y el juego sea un paseo. No hay por donde coger un apartado artístico tan irregular.