El 27 de November 2018 | 19:00
La música en la industria del videojuego es uno de los aspectos a los que los jugadores más atención deberíamos prestar. Puede expresar incontables clases de emociones, guiarnos a través de cuevas oscuras cuando nos encontramos atascados o incluso revelar mensajes ocultos que quizás no seríamos capaces de desencriptar en la comodidad del silencio. En ese aspecto siempre ha sido más que admirada la capacidad de Atlus de poner grandes temas musicales en una de sus sagas más importantes, 'Persona', hasta el punto de llevar uno de sus juegos más vendidos al mundillo de los títulos rítmicos. 'Persona Dancing: Endless Night Collection' vuelve a experimentar con esta idea, pero trayendo esta vez dos entregas diferentes al frente: más música, más posibilidades.
Pero hablar de la colección no es fácil. Vamos a analizar 'Persona 3: Dancing in Moonlight' y 'Persona 5: Dancing in Starlight' codo con codo, ya que las semejanzas entre ambos juegos llegan más lejos que el mismo estilo de juego con protagonistas ligeramente diferentes. Lo cierto es que, si debe hacerse una comparación, ambos títulos se parecen más a lo que serían las diferentes versiones en una misma generación de 'Pokémon' que a títulos completamente diferentes, una diferencia preocupante a la hora de analizar las versiones finales de ambos.
Una razón por la que bailar
La historia de ambos juegos es prácticamente idéntica. Tomamos el control sobre los ocho protagonistas de cada uno de los títulos, dejando de lado al pobre Koromaru, para aparecer en una extraña sala de baile donde se nos anima a servir como espectáculo para un público invisible. Todo sucede dentro de un sueño, así que ninguno de los personajes recordará nada cuando terminemos el juego, escapándose así del canon marcado por otros spin offs de la saga. Y nada más.
Hasta ahí llega el hilo argumental: no hay escenas de por medio y lo único que podríamos considerar como trama son los eventos sociales con las organizadoras del evento, que describen cómo tus personajes compiten contra el grupo del otro juego. Quizás sea un argumento válido para otra clase de juegos semejantes, pero la realidad es que se hace extraño y poco agradable tras venir de 'Persona 4: Dancing All Night', título que daba mucho peso a la trama y profundizaba en los protagonistas de aquel título.
Se hace peor cuando descubrimos que sólo podemos tener interacciones sociales con el protagonista central de cada juego, no entre los diferentes personajes, y con sólo ocho eventos para cada uno. No cuentan nada prácticamente nada nuevo de ellos mismos ni se explora la posibilidad de que interaccionen con otros usuarios de Persona, que hubiese sido el caso si se hubiese compartido un único videojuego para ambos grupos. Esta falta de modo historia se compensa con la posibilidad de visitar las habitaciones de cada personaje cuando hayamos intimado con ellos, lo cual podemos hacer en la realidad virtual de nuestros cascos PlayStation VR... Pero no se nos ofrece mucho más allá del modo de baile principal.
Baila hasta desfallecer
El modo principal de juego nos lleva a bailar una veintena de temas musicales a través de cuatro modos de dificultad, cada uno más alocado que el anterior. Debemos pulsar los comandos correctos al ritmo que se nos impone, colocados en los márgenes de nuestra pantalla para que podamos ver con todo lujo de detalles cómo el personaje de turno interpreta lo que oye con toda clase de estilos de baile. Todos ellos son muy expresivos, con toda clase de movimientos destacados y haciendo uso de diferentes características que les definen para expresar cómo se sienten: no es lo mismo ver las coreografías de Junpei en 'Persona 3: Dancing in Moonlight', que le llevan a mostrar una actitud chulesca y mover su bate de beisbol como extensión de su cuerpo, que los suaves y cuidados bailes de Hary en 'Persona 5: Dancing in Starlight', que muestran su bien cuidados modales y una educación estricta y abierta a la gente.
En este sentido se puede apreciar mucho que la pantalla quede libre de toda clase de obstáculos. Detenerse a observar a nuestros protagonistas es un gusto privado que muestra cómo el baile es capaz de expresar emociones e intenciones. Las animaciones están muy cuidadas hasta el punto de ser casi obsesivas, con un cariño de los desarrolladores espectacular que me lleva a plantearme si contratarían bailarines profesionales para captar los movimientos de cada uno de ellos.
El problema viene siendo que, si juegas en consola de sobremesa, quizás tengas problemas para seguir la acción como es debido. 'Persona 4: Dancing All Night' funcionaba porque controlábamos la acción en la pantalla de una PS Vita, donde nuestros ojos pueden colocarse con mucho acierto sobre todos los elementos del escenario sin ningún problema para captar cuáles serán los próximos comandos a los que debemos atender. Si pasamos esta misma fórmula a un televisor con un número considerable de pulgadas pasaremos a tener un gran número de problemas: colocar los botones que debemos pulsar en los márgenes, alejados de la acción, puede desubicar a un jugador incluso con gran campo de visión periférica. Recomendamos encarecidamente la versión de la consola portátil por encima de la de sobremesa.
La noche acaba pronto
El hecho de que las animaciones y los bailes estén tan cuidados hace que todo el esfuerzo de los desarrolladores haya ido a esos puntos en concreto y deje de lado uno de los aspectos más importantes de todo juego rítmico: la selección musical. Las canciones son excelentes, no penséis lo contrario: tanto los temas originales como los nuevos remixes son auténticamente fantásticos, al igual que en los juegos originales de los que vienen.
Pero esto no compensa el bajo número de canciones jugables, que a duras penas alcanza los veinte temas y hay que dividir ese número entre dos al darnos cuenta de que existen tanto remixes como los temas originales. Son grandes canciones, pero poner las dos versiones como temas diferentes hace que se sienta limitado. Peor es cuando nos damos cuenta de que apenas hay dos canciones para cada uno de los personajes, con algunas de ellas siendo simples cinemáticas de los juegos originales o versiones con grupos de chicos o chicas.
Conclusiones
'Persona 3: Dancing in Moonlight' y 'Persona 5: Dancing in Starlight' tendrían que haber sido el mismo juego. No existe ningún motivo para mantenerlos por separado, especialmente teniendo en consideración lo cortos que se quedan de contenido de forma individual y que la historia parece fracturada al separar unos de otros. Existía potencial para tener un gran spin off de algunos de los mejores JRPG que existen en el mercado, pero en vez de ponerse a la altura de la entrega anterior de baile el juego se limita a sí mismo y toma decisiones no muy acertadas en su diseño. Y es una pena cuando viene totalmente en castellano, un movimiento que necesitaba la franquicia desde hacía varias entregas.
Lo mejor:
- Traducción en castellano de calidad, todo un logro para la saga.
- Alto nivel de personalización con modificadores de ayuda y desafío.
- Remixes de gran calidad.
Lo peor:
- Falta de hilo narrativo.
- Un único modo de juego.
- Diseño rítmico no muy acertado para una consola de sobremesa.
- Bajo número de canciones jugables.