El regreso de un mito
30 años, ese es prácticamente el tiempo que ha pasado desde la aparición por primera vez de esta mítica saga, original de recreativas y que enamoró tanto a la prensa como a los jugadores de todo el mundo allá por el año 1989. El también conocido en su día como 'Buster Bros', desarrollado por la magnífica Capcom, consiguió crear una fórmula muy original, con un concepto sencillo, pero con un desarrollo muy ágil, y sobre todo muy adictivo (pensado claramente para que la gente pagara por "una partida más"). Un juego que ya por aquel entonces se basaba en un producto anterior ('Bubble Buster'), y que nos proponía ponernos en la piel de uno de los hermanos 'Pang' (o de ambos) para salvar a la humanidad de una série de "burbujas asesinas" que amenazaban con cargarse los monumentos y ciudades más importantes del mundo. En el original ya pudimos ser testigos de escenarios tan emblemáticos como Egipto, Londres, Isla de Pascua, la Antártida, Nueva York, o hasta Barcelona. Y en todas ellas, nuestro objetivo era muy simple, pero a su vez muy exigente, y tremendamente divertido: romper todas esas bolas con nuestro arpón. Inicialmente las bolas tenían un tamaño bastante grande, pero cuando conseguíamos dar en el blanco, esta se dividía en dos un poco más pequeñas, y así sucesivamente hasta que todo se quedaba en nada. Claro, imaginad el panorama, teniendo en cuenta que en función del orden y la estratégia aplicada, un nivel con dos bolas grandes iniciales, podía convertirse en un auténtico infierno de pequeñas pelotas rebotando por todo el escenario.
Todo sin olvidarnos de elementos muy interesantes para dar variedad a unos niveles ya de por sí bastante inteligentes y distintos entre sí (no solo por la ambientación, sino también por el tipo y número de bolas que aparecen, la disposición del escenario...). Como por ejemplo bloques que dificultad el lanzamiento de nuestro arpón, otros que desaparecen y aparecen en tiempo real, algunos que simplemente no se pueden romper... Ah, y lo mismo con el tipo de armas que podíamos usar. Porque además de ese arpón normal, podíamos encontrar distintos objetos que nos ayudaban a mejorar ligeramente nuestro disparo: desde la posibilidad de lanzar dos arpones seguidos (en nuestro disparo normal, fallar era sinónimo de tener que esperar unos segundos antes de lanzar el siguiente), hasta otro tipo de arpón que se enganchaba en el techo, o una espécie de ametralladora, que cambiaba radicalmente el concepto de disparo durante un tiempo limitado (tenía munición limitada, claro). Añadidle a todo eso elementos que parecían sacados más bien de un juego de puzles de toda la vida (género con el que también compartía muchos aspectos), tales como relojes que ralentizaban las bolas, u otros que directamente las paralizaban durante unos segundos, y teníamos un título en el que, aunque la habilidad era lo más importante, la estratégia a seguir resultaba completamente esencial para marcar la diferencia entre los jugones normales, y los expertos de verdad. Pero... ¿qué me diréis si os digo que este 'Pang Adventures' ofrece no solo todas esas bondades (exactamente iguales), sino también novedades significativas y muy inteligentes?
Un 'Tour' con todo incluído
Y he aquí la que considero la clave más importante de todo este análisis, y lo que tenéis que tener más en cuenta a la hora de haceros o no con este juego: su modo 'Tour'. El historia de toda la vida, y muy parecido a lo visto anteriormente en la saga, que no solo es el mejor modo y el más importante de todo el juego, sino el único por el que vale la pena comprarlo. No es que los otros dos, 'Puntos', y 'Pánico', no valgan la pena, sino que quedan algo vacíos de contenido, y ofrecen todo lo que ya hemos visto una vez pasado el 'Tour'. Pero de ellos hablaremos más adelante. Ahora centrémonos pues en el verdadero protagonista del juego, y un modo que personalmente me ha encantado, que me ha mantenido pegado a la pantalla hasta terminarlo del todo (y me ha resultado bastante exigente), y sobre todo un modo que me ha parecido muy pero que muy rejugable. En otras palabras, es mucho más completo que cualquiera de los juegos aparecidos en la saga hasta día de hoy (incluído el fantástico 'Super Pang' de Super Nintendo). Aunque es cierto que jugando a dobles la dificultad se ve claramente reducida (porque las pantallas no se adaptan a ese hecho a medida), y por lo tanto la duración queda relegada a la mitad prácticamente, jugando en solitario resulta un reto tan completo como el modo historia de cualquier juego retro que hayas jugado, e incluso más divertido, original e interesante que el de la mayoría de puzles (actuales o no). No tiene desperdicio.
Pero, ¿a qué es eso debido? Pues básicamente a una dualidad muy marcada. Por un lado el hecho de que los fans reconocerán su querida saga desde el primer momento, se sentirán cómodos con el control y el desarrollo, y no dejarán de encontrar novedades significativas e inteligentes a cada paso, y por las que años atrás nos habrían cobrado el mismo precio que por un Triple A (ahora llega a precio de indie). Por otro, porque todas esas novedades de las que hemos hablado, lo convierten en un producto con una curva de dificultad excelente, en el que cada mundo ofrece mecánicas muy distintas, y en el que los nuevos elementos se van ofreciendo poco a poco, saboreando cada nuevo paso, de manera que prácticamente cada uno de los alrededor de 100 niveles que contiene el modo 'Tour' es radicalmente distinto. O dicho de otro modo, aunque el modo historia de este juego dura unas 4 horas aproximadamente si jugamos en solitario (quizá la mitad si somos muy buenos y jugamos en cooperativo), todas y cada una de ellas se disfruta muy intensamente, ofreciendo además al jugador, la posibilidad de rejugar el juego una vez terminado, permitiendo elegir cualquiera de los niveles pasados para intentar mejorar nuestra puntuación y obtener un "perfect". Porque esa es otra. Aunque pasar los niveles ya puede tener miga de normal (incluso podemos resetearlo en cualquier momento pulsando un solo botón, y sin tiempos de carga), conseguir la puntuación perfecta que en cada una de ellas se pide es un reto muy divertido y exigente. Solo conociendo al dedillo cada una de las estratégias, tácticas, y sobre todo el comportamiento de todas las armas, objetos y elementos en pantalla se podrá sacar el máximo rendimiento de cada nivel.
Reventar bolas sigue molando
Evidentemente estamos ante un producto que disfrutarán mucho más los fans de la saga 'Pang', pero no podemos obviar el hecho de que su concepto jugable sigue resultando perfecto para que cualquier jugón se adapte a él rápidamente y lo pase en grande con muy poco. Como hemos dicho anteriormente, las fases de este 'Pang Adventures' ofrecen exactamente lo mismo que los anteriores, pero con muchas novedades. Así pues, no hace falta que remarquemos en qué consiste cada nivel. Lo que sí diremos es que una vez más, estos transcurren en distintos lugares emblemáticos de nuestro preciado "globo", tales como 'Escocia', 'Bora Bora', el 'Ártico', o hasta el mismísimo espacio exterior. Pero lo mejor de todo, es que ahora cada mundo tiene muchos más niveles, y por lo tanto da más pie a verlo todo antes de cambiar de ambientación (en el 'Pang' original solo había 50 niveles para 17 localizaciones distintas). En otras palabras, cada mundo tendrá un total de 15 fases, y antes de llegar al siguiente tendremos que hacer frente a una de las grandes novedades de esta entrega: los jefes finales. Al principio, todo recuerda al juego original: fases muy simples, en las que el fondo simplemente es decorativo, y en las que haciendo uso únicamente de nuestro arpón simple, tenemos que destruir todas las bolas. Sin embargo, a medida que avanzamos la cosa se va complicando: aparecen enemigos en pantalla que nos ponen las cosas más difíciles (algunos nos pueden caer encima y dejarnos aturdidos durante un instante), bloques que se mueven, trampolines que nos invitan a actuar como en un juego de plataformas para llegar a ciertas bolas inaccesibles de manera normal, o hasta distintos tipos de burbujas.
Estas últimas, otra de las grandes novedades de este 'Pang Adventures'. Porque en ningún momento es lo mismo destrozar las típicas burbujas rojas o azules (unas son más lentas que otras), o intentar hacer lo propio con otras que rebozan de electricidad, o que tienen el fuego como elemento principal. Pero, ¿por qué eso se convierte en un elemento importante para la jugabilidad y no solo en algo meramente visual? Sencillo, cambian completamente la forma en la que tenemos que hacerles frente. Sin ir más lejos, las electrificadas nos obligan a estar atentos a las chispas que saltan una vez las tocamos. Tanto cuando la bola es grande, como cuando estamos hablando de la más pequeña, al ser atacadas sueltan un calambrazo que, de tocarnos, nos envía directamente al otro barrio (sí, como ya ocurría en el original, un solo toque nos envía a pastar), mientras que por ejemplo las de fuego sueltan laba, e incluso pueden venirnos bien para que esa lava acabe tocando otras bolas normales que están expuestas justo debajo. Sin olvidarnos de las bolas que sueltan humo y dificultan nuestra visión, las que contienen escudos que las convierten en bolas más resistentes, o incluso las que no se dividen, sino que simplemente sueltan una cuenta atrás antes de explotar. Ahora imaginad todo esto en contínuo movimiento, rebotando tanto en el suelo como en las paredes, y con la agilidad que tenemos que tener para no recibir ningún toque de ningún lado. Y lejos de convertirse en algo tedioso (por la dificultad), en realidad resulta muy inteligente a nivel de puzle. Tanto por los objetos beneficiosos que encontraremos en cada nivel (nuevas armas, escudos protectores, o relojes que paran o ralentizan el tiempo), como por la disposición de las bolas, que han sido integradas de un modo inteligente para que podamos provocar cadenas de destrucción (indispensable para sumar las puntuaciones necesarias para el perfect).
Armados hasta los dientes
Pero hablemos primero de las nuevas armas. Aparte de las que ya habían hecho acto de aparición en anteriores entregas, como el doble gancho, el que se cuelga en el techo, o la ametralladora, ahora podemos encontrar algunas que aumentan considerablemente la duración por un lado, la variedad por otro, y sin lugar a dudas la diversión por último. Desde el espectacular lanzallamas, que tiene un alcance corto, pero un poder destructivo sin igual, hasta el peculiar revolver, con el que hay hasta que recargar, como si de 'Ocelot' de 'Metal Gear Solid' se tratara, sin olvidarnos del original 'Shuriken', que esparce nuestros lanzamientos por toda la pantalla, y que en caso de no acertar directamente, pueden acabar pinchando bolas indirectamente (se quedan enganchados al escenario). Pero lo más inteligente de todo me ha parecido la disposición de esos objetos y armas. Como he dicho anteriormente, la curva de dificultad es excelente, y en todo momento va ligada al concepto de puzle de cada nivel. Coma ya ocurría en anteriores entregas, si nos equivocamos en la estratégia, podemos liarla parda, y acabar con una pantalla más complicada de lo que se podía intuir en un primer momento; sin embargo, si analizamos bien la situación, quizá nos daremos cuenta de que disparando a una bola de cuenta atrás (al llegar a cero explotan) en el tiempo-espacio correcto, puede implicar destrozar todo el resto de bolas del escenario de un solo golpe. Y ese es un solo ejemplo, porque la cantidad de "movimientos encadenados" que se pueden producir son tan numerosos como ingeniosos, y no están puestos ahí por casualidad. Ahora no os vayáis a creer que en todos los niveles se puede resolver el tema de forma tan sencilla (además, el saber cómo, no implica tener éxito), pero sí está todo montado para que al rejugar, intentemos ir a por la partida perfecta.
Otra historia son ya los jefes finales. En este caso sí estamos sin lugar a la mínima duda ante la novedad más interesante y original de todas. Porque, ¿cómo se puede integrar ese tipo de niveles en un juego en el que simplemente destrozamos burbujas? Personalmente me costaba imaginarlo antes de probar el juego, pero tras haberlo pasado solo puedo decir una cosa: es lo más espectacular y divertido de todo el título. Sí, en esos "niveles" también habrá bolas (de todo tipo además), y aparecerán igualmente todos los objetos beneficiosos, o los distintos tipos de armas. ¿Dónde está entonces la gracia? En que aquí el nivel no terminará cuando hayamos destrozado la última de las bolas pequeñas, sino cuando hayamos eliminado al alienígena de turno. Porque claro, tenemos que tener en cuenta que el argumento en torno al que gira el argumento es precisamente este: una invasión alienígena en la Tierra (¿de dónde os pensábais que salían las burbujas sino?). Así pues, en cada uno de esos enfrentamientos nuestro objetivo será darles cera a las naves enemigas, que tendrán cada una un patrón de ataque distinto (usando las burbujas principalmente, pero también armas propias), y que supondrán una experiencia más propia de un plataformas retro, o de un run and gun de toda la vida (al estilo matamarcianos, o hasta 'Contra'). Además, las batallas son largas, duras, y tenemos que ir eliminando el enemigo por partes, normalmente empezando por sus tentáculos, y acabando por el cuerpo principal. Original, bien implementado, y muy pero que muy divertido.
Todo es cuestión de segundos
El único problema es sin duda que la variedad de esos enemigos es prácticamente nula (excepto por alguna sorpresa que no os vamos a spoilear), siendo cada nuevo jefe una versión prácticamente igual que el anterior, solo que con una mayor dificultad (normalmente más puntos a los que atacar) y un patrón de ataque distinto, siempre en relación con las armas o burbujas propias del mundo que acabamos de terminar. Una variedad que, eso sí, sí es para aplaudir en el resto de niveles, que sorprenden tanto como divierten, y que nunca cansan o aburren. De hecho, debéis tener en cuenta que más allá de la posibilidad de morir (en cuyo caso simplemente reiniciamos, porque las vidas no se agotan en este modo), cada nivel tiene un tiempo límite antes de ser terminado, y si ese llega a su fin, también tenemos que volver a empezar el nivel. En otras palabras, todo es cuestión de segundos, y de ahí que cada fase esté pensada para ser terminada más rápidamente si nuestra estratégia es tan depurada como nuestra habilidad. Es más, antes os hablábamos de la posibilidad de hacer un "perfect" en cada nivel, lo cual implica una medalla extra, necesaria si queremos obtener el 100% de este modo (y un trofeo / logro por ello); y en ese caso, no solo será importante jugar con estilo, porque romper la bola de una forma u de otra puede dar una cantidad distinta de puntos (incluso dejar que los cangrejos rompan bolas da más puntos, por ejemplo), sino que el tiempo será fundamental. Si no lo logramos muy rápidamente, no llegaremos al objetivo, aunque sí nos iremos al siguiente nivel. Lo bueno es que antes de cambiar de pantalla, se nos dará la opción de reintentar, por si somos perfeccionistas, o queremos ir a por el 100% desde el primer momento.
Y he aquí otra de las grandezas de 'Pang Adventures', que sin embargo, se queda a medias por un motivo muy importante y a tener en cuenta a la hora de elegir qué versión compramos: su modo online. Porque aparte de comparar nuestras puntuaciones con nuestros amigos, varios desconocidos, o incluso con las del campeón mundial, algo que está disponible en todas las plataformas, está la opción de jugar con otra persona. Y aquí tenemos que lamentar algo bastante grave: mientras en la versión para PC (disponible en Steam) este se puede jugar de manera online, tanto con amigos como con desconocidos (lo que es una gran suerte para aquellos que no disponen de la posibilidad de jugar con alguien a pantalla partida), en consolas (PS4 y Xbox One) solamente podemos jugar de manera local. Tan incomprensible como imperdonable. Más que nada porque si se tienen recursos para hacerlo en una plataforma, en principio se deberían tener para hacerlo con las otras dos de más importancia. Otra historia son ya las versiones para dispositivos móviles (Android y iPhone), que directamente ni siquiera incorporan multijugador. Eso sí, a cambio son más baratas: 2,99 euros, y conservan el resto de características. Recordad que tal y como os contamos en esta noticia hace unos días, el resto de versiones tienen un precio de 9,99 euros. Ah, y el multijugador local funciona en todos los modos, y añade alguna que otra mecánica distinta al resto del juego, como ayudar a un compañero caído.
No todo lo que reluce es oro
Por más trillada que esté la expresión, no se me ocurre mejor forma de calificar todo lo que ofrece el conjunto del producto. Porque claro, cuando nos lo venden, lo hacen asegurando que este contiene hasta tres modos de juego fantásticos. Y aunque el modo 'Pánico' y el modo 'Puntos' no son para nada aburridos, e incluso resultan interesantes y perfectos como complementos, no dejan de ser eso: complementos. Mientras en el primero tendremos a nuestra disposición un total de 99 niveles (aunque yo diría pequeños retos consecutivos, más que niveles) en los que se mezclan varias de las mecánicas o particularidades del modo historia, y en el que tenemos un número limitado de vidas para acabarlo, en el segundo simplemente tenemos el mismo modo 'Tour' (exacto de principio a fin) pero como si de la propia máquina recreativa de los 90 estuviéramos hablando. En otras palabras, tres vidas para acabar todo el juego y sin posibildiad de adquirir de extras (algo que sí ocurre en el modo 'Pánico'). De ahí lo que decíamos de modos "complemento". Para empezar, uno no ofrece absolutamente nada nuevo, y además de resultar prácticamente imposible para la mayoría de mortales (simplemente derrotar el jefe final sin morir ya me parece un reto tremendo), solo resultará interesante para unos pocos; y para acabar, el otro no deja de ser más de lo mismo, pero en una única pantalla de ambientación (con un curioso y atractivo aspecto virtual, eso sí), en la que vamos superando oleadas una tras otra, hasta llegar a la 99 y última. Ni es tan difícil como puede parecer en un primer momento, ni supone un aliciente para seguir jugando tras haber pasado ya el gran meollo del título, que es el modo 'Tour'. En definitiva, no le hubiera venido nada mal un modo puzle, con pantallas en las que cumplir ciertos retos, o con restricciones, por ejemplo. Vamos, lo que tienen la mayoría de puzles del mercado.
Eso si, a nivel visual estamos ante un título bastante resultón. Una vez más, todo nos recordará al original (y a las secuelas, claro), y eso gustará mucho a los fans, pero lo mejor de todo es que las animaciones, y la fluidez en la que todo se mueve es digna de mención. Además, aunque nada más iniciar el juego tendremos que hacer frente a un tiempo de carga importante, a partir de ahí no volveremos a ver ni uno más en prácticamente todo el juego y en todos y cada uno de los modos de juego. Tanto si decidimos reiniciar el nivel manualmente (en tiempo real y con un solo botón), como si pasamos de una fase a la siguiente, todo transcurrirá de un modo ágil y con transiciones muy vistosas. Y la verdad, es que en un juego de este género, frenético y muy arcade, es esencial y prácticamente imprescindible. Por otro lado, la física funciona de maravilla, y en esta ocasión ayudan y mucho los elementos nuevos como algunas armas, los distintos tipos de burbujas, o hasta los jefes finales, que aún siendo demasiado parecidos entre sí, están muy bien diseñados, y resultan imponentes. Cada nuevo mundo, ambientando en lugares reales, es más espectacular que el anterior, y además cada una de las 15 fases que lo forman también es distinto visualmente. En conclusión, simples pero también efectivos y muy a favor de la jugabilidad. Otra historia es la banda sonora. Personalmente me ha parecido fantástica. Las melodías son muy pero que muy cañeras, y además abundan y son variadas. No obstante, no se puede decir lo mismo de los efectos de sonido, que aún sin ser pesados, ni abundan, ni sorprenden, y ni mucho menos se han aprovechado tanto como cabría esperar (jefes finales aparte). En conclusión, los aspectos técnicos acompañanan de maravilla al título, pero quedan relegados a un segundo plano ante un apartado jugable que es lo que realmente se busca cuando uno elige 'Pang'.
La evolución perfecta... que podría haber llegado más lejos
Para acabar, que se va haciendo tarde, podemos determinar con firmeza que este 'Pang Adventures' resulta la evolución perfecta de una saga que ahora llevaba ya muchos años sin aparecer. Con un modo historia ideal, variado, largo para ser un indie (en solitario al menos), con muchas novedades y niveles inteligentes, y sobre todo muy divertidos, resulta tentador, y una experiencia muy distinta a lo que suelen ofrecer la mayoría de indies hoy en día. Pero al mismo tiempo también se queda muy atrás en comparación con otros juegos del género con respecto a durabilidad y modos de juego. En otras palabras, no solo no aprovecha las características multijugador del modo exigible hoy en día (incluso en la versión para compatibles, el online no está del todo bien aprovechado), sino que modo 'Tour' aparte, no ofrece mucho contenido para que el jugador pueda disfrutar de partidas rápidas "toda la vida". O dicho de otro modo, por más que completes 'Tetris', o que explotes un 'Bust a Move', siempre apetece una partida rápida. Y aquí no te ocurrirá lo mismo porque el modo 'Pánico' tiene un principio y un final, siempre es el mismo, y además tampoco es muy duradero. La ausencia de algún modo puzle, "reto", contrarreloj, o como quiera que se pudiera llamar es significativo, y habría justificado completamente una subida de precio (por ejemplo 15 euros). Aún así, tienes delante un título muy disfrutable, que años atrás nos habrían colado como Triple A, y que en cambio hoy puedes adquirir por muy poco. Sin lugar a dudas recomendamos la versión para Steam, aunque todas tienen sus particularidades, con lo que la elección es vuestra. Si por otro lado, lo que te gustaría es conocer la historia de la saga, quizá te interese saber que existen hasta dos recopilaciones que traen consigo los primeros juegos de la franquicia. Por un lado el 'Super Pang Collection' de PSX (1997) (muy cotizado, eso sí), que nos ofrece los tres primeros, y por otro el 'Capcom Puzzle World' de PSP (2007), que hace lo propio pero solamente con los dos juegos originales.