Algunas aventuras pese a no tener un gran título a sus espaldas, dejan huella. Ya sea por sus gráficos, su historia o incluso la jugabilidad, pero la combinación de estas junto con una gran banda sonora hacen que sea algo difícil de olvidar. Eso sucedió en 2015 con 'Ori and the Blind Forest' en la plataforma de Microsoft y PC. Ahora la misma vuelve con energías renovadas para Nintendo Switch.
La colaboración entre las dos famosas compañías no ha dejado indiferente a los seguidores de Ori y sus aventuras, y no es para menos. Poder revivir uno de los títulos más encantadores y mágicos, a la vez que complicados es una gran experiencia para los seguidores y una oportunidad fantástica para quien no tuvo el placer de vivirla en su momento. Así pues, 'Ori and the Blind Forest: Definitive Edition' llega para hacernos partícipes de una preciosa historia llena de retos que afrontar.
Un lugar mágico
Aunque la noche empezó tranquila, la Gran Tormenta estaba cerca, más de lo que Ori pudo imaginar cuando quedó huérfano del Gran Árbol en apenas unos segundos. Su vida da un giro y de pronto está solo en medio de la oscuridad y el caos de la tormenta. Pero como no pudo ser de otra manera, ahí estaba Naru, listo para salvarle la vida y convertirse en su inseparable compañero. Llegado a este punto, con tan solo estos minutos de la historia ya es imposible dejarla de lado y no tener el corazón en un puño cuando el bosque Nibel su hogar durante todo este tiempo empieza a marchitarse. Se apaga su luz y con él todo la vida que les rodea. A partir de aquí Ori deberá luchar en solitario sacando fuerzas de donde sea necesario para devolver esa luz al bosque. Una historia breve, concisa y con mucho corazón.
En esta aventura junto a Ori descubriremos el bosque Nibel y todos los misterios de su interior, al igual que cada una de las zonas que lo componen. Unos escenarios imposibles de pasar por alto y que tienen una estética completamente maravillosa. Eso sumado a que Ori es un pequeño ser de luz perdido en la inmensidad de un gran bosque lleno de criaturas extrañas y árboles gigantescos a los ojos del pequeño. Además, con el paso de las horas en esta aventura, nos daremos cuenta de que todas las zonas están conectadas de un modo o de otro. Por lo que no es de extrañar que al avanzar en la historia debamos deshacer nuestros pasos para explorar un lugar antes inalcanzable con las habilidades de Ori. Aunque en algunos juegos puede ser pesado, en este caso es todo un placer volver a recorrer el bosque.
En general son todos preciosos, pero los niveles con agua son simplemente mágicos.Al contrario que en muchos otros títulos que no lo llevan tan bien como en este. Pero lo único que enamora de la aventura del pequeño Ori, no son solo los maravillosos gráficos, también la banda sonora de Gareth Coker. Nos acompaña durante toda la historia encajando a la perfección con la situación que el pequeño Ori está viviendo. Ya sea durante una tranquila exploración o mientras nos enfrentamos a terribles enemigos.
Personajes con carácter
Increíble apartado gráfico, una banda sonora que merece ser escuchada con calma y una historia que emociona, ¿pero qué más hace falta? Personajes únicos y especiales. Aunque no aparecen muchos, Ori brilla con luz propia sin necesidad de nada más. Principalmente por la emoción que transmite su historia, pero también por la evolución que vemos del mismo. Al principio se presenta como un ser indefenso incapaz de valerse por sí mismo. Pero gracias a su fuerza y las habilidades que conseguimos por el camino, consigue cosas sorprendentes.
Aquí llegamos a un punto importante, las múltiples habilidades que podremos conseguir a lo largo de la partida. Desde el principio veremos lugares imposibles de acceder a pesar de nuestra insistencia y será con las habilidades que vayamos adquiriendo cuando sea el momento de regresar y realizar un gran salto o impulsarnos hasta un punto más alto con algún proyectil. Además de conseguir distintas ventajas a través de un completo árbol de habilidades. No es tarea fácil completarlo, pero es una gran ayuda para avançar.
Igual que su curioso sistema de guardado que puede ser una ventaja respecto otros juegos o todo lo contrario. Como en el juego original, podremos guardar dónde y cuándo queramos, excepto en momentos muy concretos. Lo que hace que sea ideal para guardar justo antes de un punto complicado, pero a la vez obliga a que estemos pendientes de guardar de vez en cuando si no queremos perderlo todo. Al principio es una sensación extraña, pero al poco tiempo te acostumbras y resulta un gran acierto. Algo que incorpora esta versión definitiva es el poder de teletransportarnos en determinados puntos, así que se acabó lo de ir andando a todas partes.
Un reto constante
Cualquier juego de plataformas supone un reto para los jugadores en mayor o menor medida, pero siempre está el riesgo de ser demasiado complicado o todo lo contrario y ser demasiado sencillo. En el caso de Ori en su nivel normal, tiene el equilibrio perfecto a la vez que cada vez que conseguimos nuevas habilidades o que llegamos a puntos nuevos, aumenta de forma significativa. Lo que al principio parecía complejo, se convierte en sencillo en comparación con los nuevos retos. Que no te engañe su adorable protagonista o sus gráficos, toda la aventura es un gran reto que no siempre será fácil de superar a la primera y probablemente te de más de un dolor de cabeza. Además cuenta con varios niveles de dificultad para adaptarse mejor a los jugadores.
La fluidez que tiene el juego facilita mucho la tarea de superar los distintos niveles, al igual que en la consola de Microsoft. Los 60 fps y la suavidad de movimiento que aportan, se hace notar en todo momento, tanto en el ataque como en cualquier otra técnica aprendida. Como Ori no es especialmente fuerte, contaremos con una pequeña bola de luz que se encargará de atacar mientras nosotros nos preocupamos de seguir perfeccionando las técnicas y habilidades descubiertas. Lo que puede resultar fácil al principio, se complica cuando debemos enlazar las distintas habilidades en tiempo record.
En algunos puntos encontramos enemigos bastante sencillos y con un patrón fácil de entender que no nos costará mucho superar. La complejidad llega con las huidas donde tendremos que demostrar que dominamos a la perfección las habilidades y sin pensar demasiado, escapar sin mirar atrás. Una huida perfecta y frenética a partes iguales que engancha y lleva a la desesperación en más de una ocasión. Un pequeño fallo y deberemos repetirlo hasta lograr la huida perfecta.
Donde sobran las palabras
Sencillamente es una aventura que debes ver con tus propios ojos y conocer la historia desde dentro. No aporta grandes novedades respecto a su versión original, pero el poder jugarlo en Nintendo Switch es todo un regalo para quien no tuvo la oportunidad de jugarlo en su momento. Tiene cosas que se pueden mejorar como sus enemigos finales que tienen poca personalidad y la dificultad es escasa, pero pocas sombras más esconde.
Por el lado contrario, el diseño de niveles es sencillo pero perfecto, con un aumento de la dificultad significativo a medida que progresamos en la historia y no se hace para nada tedioso el tener que pasar varias veces por los mismos lugares para completarlo. Más bien todo lo contrario, redescubrir esas zonas es una experiencia muy gratificante. Además Ori tiene una gran evolución pasando de ser un personaje pequeño y con poca fuerza, hasta ser una pequeña luz con una habilidad y una energía increíbles.
¿Merece la pena si tenemos el de Xbox o incluso PC? Probablemente no es necesario por que no hay apenas diferencias, pero sin duda es una gran pieza que en Switch luce como nunca, y sin duda es un juego que no te cansas de jugar una y otra vez, sobretodo teniendo un sistema de logros que te incita a no dejarlo hasta conseguirlos todos.